Capítulo 14, episodio 1: calma tras la tormenta

1 0 0
                                    

En la casa de la montaña de Alessio ninguno de los presentes había apartado la mirada de la pantalla de televisión. Una vez que todo hubo terminado, lo primero que se escuchó fue un gran suspiro de alivio, salvo por parte de Adel, que fue el único que mantuvo la calma en todo momento. La mueca de satisfacción en su cara indicaba que había demostrado estar un paso por delante de Adrian aquella noche.

—Todavía tiene que pulir un poco su forma de combatir. Me alegro de que haya hecho los entrenamientos que le indiqué —comentó Adel antes de alcanzar el mando de la televisión para apagarla.

Nada más que el aparato se apagó, Alessio rodeó el sofá donde Adel estaba sentado y le agarró por el cuello de la camiseta.

—¿Se puede saber por qué no habías dicho nada de ese módulo? Por un momento me he temido que estuvieras de parte de la corporación una vez más.

—Lo siento, pero tenía que mantener el módulo Chi en secreto para evitar que la corporación lo buscase. Chi ha estado vigilando la mansión cuando Roy no estaba allí.

—Espera un momento, Alessio —Kazue se acercó a los dos para hablar con ellos—. Primero, tengo que darte las gracias por dejar a una persona encargada de la mansión, Adel. Y después, tengo que preguntarte cómo sabías lo que iba a pasar esta noche. Si lo sabías de antemano, tendré que desconfiar de ti y del módulo Chi.

Adel logró zafarse del agarre de Alessio antes de contestar a Kazue.

—Le dije a Chi que vigilase la mansión a todas horas y que en cuanto viera algo extraño vistiera el módulo y fuera hacia allí.

—Pero eso no responde a la pregunta de la chica—dijo Jonny—. ¿Cómo sabías que un ataque se iba a producir esta noche? Ese tipo de información es confidencial incluso entre los soldados de la corporación. Solo lo saben aquellos que van a intervenir en la operación.

—Eso es verdad. Los únicos casos especiales que podemos acceder a esa información somos mi hermana, Guy y yo, y creo que Jonny por tener a su cargo a los equipos de mecánica e informática —añadió James.

—De camino aquí me topé con una avanzadilla de la corporación. Se puede decir que les convencí rápido para que me contaran qué tramaban, aunque algunos de ellos parecían como perturbados o algo así, fue extraño. Por eso he llegado tarde.

En ese momento, Kazue notó vibrar su móvil. Al sacarlo del bolsillo, vio una llamada de su padre, además de varias notificaciones de mensajes de sus amigas.

—Perdonad, es mi padre. Continuad sin mí, voy a contestarle —Kazue salió de la cabaña para ir a atender la llamada.

—Me había olvidado de Haruo. Debe de estar al borde de un ataque de nervios —dijo Adel, comprobando su móvil.

—¿Y cómo pudiste crear un módulo fuera de la corporación? Creía que todo el desarrollo de módulos estaba detenido —quiso saber Sarah.

—Me hice con algunos de los informes y materiales antes de irnos. Admito que fue difícil al no tener los medios, pero después de muchos intentos, logré crear el módulo Chi —explicó Adel—. Cuando trabajaba en la corporación, no solo era el responsable de los asuntos legales, sino que tenía a mi cargo el desarrollo de los módulos.

—Perdona un momento, Adel, pero antes has dicho que algunos de los soldados con los que te encontraste antes se comportaban de forma extraña. ¿A qué te refieres? —preguntó Roy.

—Pues que no dejaron de luchar hasta que los dejé inconscientes. Fueron muy insistentes.

Roy y Guy miraron a James y Sarah.

OlympusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora