Con un movimiento de su brazo, Gamma intentó tocar el lateral de su casco para hacer una llamada, sin embargo, el Guerrero del Olimpo que acababa de llegar no dejó que Gamma hiciera esa llamada. Del cañón de su brazo derecho salió un potente disparo de aire concentrado que golpeó al tercer líder de los Guerreros del Olimpo, lanzándole contra la pared de mármol de detrás del escritorio.
El golpe provocó que Gamma se golpease la parte trasera del casco, lo que causó que sonido de estática saliera desde los altavoces de su comunicador.
— ¡Gamma! ¡Ya está bien, Alfa! Hemos venido a investigar qué nos pasó hace tres meses —saltó Beta, poniéndose entre Alfa y Gamma.
—No creo que Alfa te escuche, Beta... —dijo Gamma, poniéndose en pie—. Sea lo que sea que os pasó ese día, anuló vuestro raciocinio.
Sin esperar a nada, Alfa se lanzó contra Beta y Gamma. Los otros dos líderes de los Guerreros del Olimpo lograron esquivar los agarres del hermano de Beta al rodar por el suelo del despacho, situándose cada uno a un lado de Alfa.
— ¡Gatling de Gea!— Gamma apoyó sus manos en el suelo sin conseguir resultado alguno.
— ¿Se puede saber qué haces? Aquí no hay arena ni tierra para tus ataques. ¡Ira del Kraken!
En los brazos de Beta se arremolinó un poco de agua antes de que varios proyectiles de dicho elemento salieran volando contra Alfa, aunque este apenas se inmutó por el ataque de su hermana. Con un movimiento en arco de su brazo derecho, Alfa creó una corriente de aire que dispersó los proyectiles de agua, permitiendo que unas inofensivas gotas le alcanzasen.
—Tal no tenga tierra para atacar, pero aún sé luchar cuerpo a cuerpo.
Gamma aprovechó el instante en que Alfa se defendió del ataque de Beta, pero nada más tocarle, el primer líder de los Guerreros del Olimpo le atrapó con su mano libre. Manteniéndole sujeto, Alfe le propinó una patada en el abdomen ayudado por los propulsores que tenía en las armaduras de las piernas. El resultado fue que Gamma recorrió volando el despacho del presidente hasta llegar a la lona que tapaba los destrozos de la terraza.
Sin darle a Gamma mucho tiempo para recuperarse, Alfa se volvió a lanzar contra él con la intención de lanzarle al vacío desde la terraza del despacho. Viendo lo que se le venía encima, Gamma solo pudo cubrirse la cara con un brazo y la tripa con el otro.
— ¡Ya es suficiente, Alfa! —usando el agua que todavía tenía alrededor de sus brazos, Beta creó unos tentáculos para inmovilizar a su hermano.
Por suerte, este ataque fue más rápido que el propio Alfa, aunque Beta logró detenerle cuando ya estaba muy cerca de Gamma y, a pesar de que este golpe no fue tan potente como el anterior, Alfa logró acertar, obligando al tercer líder a retroceder hasta el borde de la terraza.
Como Gamma estaba usando sus brazos para defenderse, no tuvo el tiempo suficiente después de recibir el último golpe para usarlos y recuperar el equilibrio y bajo sus pies, la lona que cubría los destrozos, le hizo resbalar hacia una caída segura. En un último intento, Gamma logró agarrarse a la propia lona y al borde destrozado de la terraza del despacho.
En el interior del despacho, a Alfa no le costó mucho trabajo el deshacerse de los tentáculos de agua, los cuales cayeron sobre la alfombra roja creando manchas de humedad. Beta aprovechó la ventaja del tiempo que su hermano se tomó la librarse de su ataque para pasar por su lado hacia la terraza.
La sirena de la corporación saltó por la terraza, agarrando a Gamma en su caída, a pesar de que este se resistió un poco antes de caer junto a ella.
— ¿¡Se puede saber qué estás haciendo!?
— ¡Vamos a llevar a Alfa a un terreno más favorable para nosotros! ¡Hablamos por los comunicadores!
— ¡No, espera! ¡El mío...!
Gamma no fue lo suficientemente rápido para decirle a Beta lo que pasaba con su comunicador antes de que la chica se alejara de él y de que su voz saliera por los altavoces entrecortada.
— "¡T... llev... Alfa... taña!"
— ¡No te entiendo! ¡Habla con palabras sueltas!
— "¡Al...! ¡Mon...! ¡Ve...t...ja!
— ¿Montaña...? ¡Ventaja!
Parecía que el comunicador de Gamma solo se había estropeado en el canal de entrada. Con esas pocas palabras comprendió lo que su prometida le quería decir. Con un gesto de afirmación de la cabeza y del dedo pulgar, Gamma le comunicó a Beta que había entendido lo que quería decir.
Colocando sus dos manos delante de la pieza del casco que le cubría la parte baja de la cara, Gamma dejó que un poco de la energía de su armadura fluyera libremente y acto seguido empezó a girar como si de un taladro se tratase, con sus manos apuntando hacia el suelo. Con un sonido sordo, levantando una nube de polvo y asustando a los trabajadores que se encontraban cerca del edificio principal de la corporación, Gamma se introdujo bajo tierra.
Por su parte, Beta, después de ver que el tercer líder había entendido el mensaje, arremolinó más agua alrededor de sus brazos y la lanzó contra el suelo. Poco a poco la velocidad de su caída fue disminuyendo hasta que logró aterrizar a salvo. Sin perder tiempo, salió corriendo hacia los bosques que rodeaban las instalaciones de la corporación.
Beta y Gamma no habían sido los únicos en saltar desde la terraza del despacho del presidente. Alfa, al ver cómo los otros dos intentaban huir de él, también se lanzó al vacío. Los ventiladores que tenía bajo las rodillas en su armadura comenzaron a girar y emitiendo potentes chorros de aire por los conductos situados en sus gemelos, logró estabilizar su caída. Además, las piezas de su espalda se abrieron un poco y actuaron como alerones que le permitieron planear durante el salto. Al llegar al suelo, levantó otra nube de polvo.
Los trabajadores y soldados de la corporación volvieron a sobresaltarse con la llegada de Alfa. Algunos de los soldados presentes levantaron sus armas al no saber qué era lo que estaba pasando.
—Es Alfa... ¿Qué habrá pasado? —murmuraron algunos de los soldados.
—Antes han caído Beta y Gamma, ¿no?
— ¿Será un nuevo ataque enemigo?
La presencia de Alfa estaba alertando a los soldados. El resto de los empleados habían salido corriendo de la escena para ponerse a cubierto por si se producía un ataque. Después de localizar las señales de Gamma y Beta, Alfa se marchó de allí, saltando el muro que separaba los bosques de las instalaciones de la corporación Olympus.
Aquello dejó a los soldados de la corporación más confundidos que antes. El que estaba al mando de las patrullas mandó a unos pocos de sus hombres a comprobar el despacho del presidente Adrian para saber qué había pasado allí arriba y después mandó a otros tres seguir a Alfa con la orden de no actuar, simplemente como observadores.
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Olympus
FantasyEl día en que la última gota de petróleo fue extraída marcó el comienzo de una gran crisis sin precedentes. Ahora, con la última bolsa de gas natural bajo el poder de la corporación Olympus, el mundo tiene que buscar formas de sobrevivir a la escase...