Capítulo 9, episodio 2: pánico

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Al día siguiente, antes de salir de la habitación, el módulo Omega empezó a emitir la señal de mensaje entrante. Por suerte, Arata se encontraba en el baño por lo que Roy pudo leerlo y contestarlo sin necesidad de esconderse. El mensaje era de Guy. Le advertía de que los soldados de la corporación empezaban a moverse, pero que, sin embargo, Beta no estaba con ellos. Guy también le recomendaba extremar las precauciones si salía por la zona ese día.

Antes de que Arata regresara, Roy le escribió una respuesta a Guy, diciéndole que había recibido la información y que se mantendría en alerta por si pasaba algo. Tras escribir el mensaje, guardó el módulo Omega en la bolsa que se iba a llevar a la playa.

Durante el camino a la playa, Roy le contó lo del mensaje de Guy a Kazue.

— ¿Crees que atacarán esta zona?

—No estoy seguro. No creo que les convenga si pretenden mantener el ataque a Hokkaido en secreto. Pero Guy está con ellos, así que a saber qué podría pasar.

—De acuerdo. Estaré atenta e intentaré sacar a Arata y a las chicas si pasa algo.

—Y si pasara algo, avisa a la policía, por favor. Si podemos parar a esos soldados podríamos para el ataque sorpresa y descubrir algo más sobre Beta.

Por suerte para Kazue y para Roy, ninguno de sus amigos les estaba prestando atención, por lo que pudieron hablar sobre los soldados y la corporación sin problemas aunque lo hicieran en voz baja.

Al llegar a la playa, el grupo pudo ver que aquel día había más gente y les resultó un poco más difícil encontrar un lugar en el que colocar la sombrilla que, una vez más, Arata y Roy alquilaron mientras las chicas se cambiaban.

Durante el tiempo que estuvieron esperando, Roy estuvo mirando a su alrededor todo el rato, con la guardia en alto esperando, pero no desando, que aparecieran los soldados de la corporación Olympus y Guy. Durante la mañana no pasó nada, lo que se tradujo en un agradable día en la playa para todos los presentes.

Los problemas llegaron durante la tarde, justamente, después de que Roy y el resto terminasen de comer. Mientras los seis amigos estaban tirados en las toallas, descansando y jugando a las cartas, se pudo escuchar una explosión en la lejanía. La gente no se alarmó ni se sorprendió demasiado, ya que durante la noche siguiente, el templo que estaba próximo a la playa iba a celebrar un pequeño festival local con unos pocos fuegos artificiales.

Sin embargo, aquella explosión alertó a Roy, quien esperaba el ataque de los soldados. Transcurridos unos pocos minutos, Roy se relajó ya que no hubo más sobresaltos. Como excusa para intentar relajarse del todo, el chico se ofreció voluntario para ir a tirar los envases de la comida a los contenedores.

Fue entonces cuando ocurrió. Una nueva explosión, mucho más cercana a la playa se pudo escuchar. Esta sí que alertó a las personas que estaban en la playa. Al darse la vuelta hacia la explosión, Roy pudo ver a uno de los soldados voladores de la corporación sobrevolando la zona de la explosión. Antes de que pudiera reaccionar, alguien hizo cundir el pánico al dar la voz de alarma. Una marea de gente corría en dirección contrario al soldado intentando salir de la playa.

Dejando los envases de la comida sobre los contenedores, Roy regresó corriendo al lugar en donde estaban Kazue y el resto, abriéndose paso entre la multitud como le era posible. Al llegar a donde Arata y él habían puesto su sombrilla, vio a sus amigos recogiendo lo poco que tenían antes de salir corriendo.

— ¿Qué hacen los soldados de la corporación Olympus aquí? —preguntó Himiko al mismo tiempo que cerraba su bolsa.

—No es momento para preguntar eso, Himiko. Si ya tienes todo recogido, sal corriendo —insistió Haru.

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