necking and misery | tokyo revengers

haneyima kazutora.

I WANNA BE YOURS.

Entraste al coche mientras soltabas un bufido, cerraste la puerta con cuidado y te encontraste con sus ojos marrón, intimidantes como siempre solían serlo.

— ¿Por qué me miras así? — hablaste con tranquilidad, Kazutora no dijo una palabra más y aceleró el coche para avanzar — Mirándome así no harás que cambie de opinión.

— ¿Realmente vas a casarte?

— No tengo opción.

Dejaste caer tu cuerpo en el asiento y observaste como los carros avanzaban, realmente las cosas nunca salían como uno querían. Ya no eran los jóvenes que solían ser Kazutora y tú.

Había pasado el tiempo y en algún punto, terminaste con un anillo en tu dedo. La situación se salió de control cuando Kazutora salió del reformatorio y todo se hizo mucho más complicado, más por el hecho de que el fue a buscarte y hasta la fecha, se ofrecía a hacerlo aún.

Se ofreció a llevarte a tu casa una última vez, a lo cual claramente accediste ya que querías verlo una vez más, aún no sabías porque ibas a casarte si a la persona que querías era a Kazutora, pero no podías decepcionar a tus padre de tal manera.

'Que se jodan mis padres'

No pudiste evitar verlo de reojo, y en ese momento, sentiste como todo colapso a tu alrededor. La abstinencia que estabas tratando de hacer contra Kazutora Haneyima, estaba fallando en ese momento.

Tu mirada fue hasta el volante, la forma en cómo lo sostenía y como movía ligeramente su dedo pulgar al ritmo de la música de los Artic Monkeys. Su mirada estaba concentrada en la carretera e inconsciente mordía ligeramente su labio inferior. Su cabello estaba amarrado y dos mechones caían por los costados de su cabeza, su camisa de cuello alto oscura y su abrigo blanco tampoco ayudaba lo suficiente.

'Respira'

— ¿Y acaso Choji Ahane es mejor que yo?

Sonreíste más por su pregunta que por el hecho que menciono a tu prometido, agarraste las orillas de tu abrigo con fuerza y esta vez lo miraste con algo de diversión en tus ojos.

— ¿Tienes manera de probar lo contrario? — alzaste tus cejas esperando su respuesta, pero este se quedó callado — Lo supuse.

Kazutora no respondió porque no quisiera, al escucharte hablar de tal manera sintió cómo todo su cuerpo se calento dejándolo sin ganas de hablar y poner más acción en el asunto. Tampoco era como si pudiera aguantarse cuando llevabas un vestido negro ceñido a tu cuerpo junto con un abrigo marrón.

Frunciste ligeramente el ceño cuando te percataste que Kazutora se había desviado y fue hasta un estacionamiento de un edificio en construcción, despegaste tu cuerpo del asiento y lo miraste de forma interrogativa cuando jalo la palanca del freno.

— Kazut...

No pudiste terminar tus palabras, ya que el hombre acuno tus mejillas en sus manos y acercó sus labios a los tuyos haciendo que chocaran en un beso desesperado y algo ansioso.

La abstinencia que habías fingido tener, se fue por completo en aquel momento.

Abriste la boca para que el accediera a tu cavidad y tus manos temblorosas fueron hasta el cinturón, el sonido de este regresar a su sitio inundó el lugar encerrado acompañado de un quejido de tu parte. Llevaste tu mano hacia el tablero y elevaste una de tus piernas con todas las intenciones de sentarte encima de él, Kazutora tomó tu trasero y te impulsó para ayudarte en el proceso, para finalmente quedar a horcajadas sobre su regazo.