necking and misery | tokyo revengers

sano manjiro.

STAY.

mañana del 22 de febrero

Observabas con tranquilidad el cielo, podías escuchar a los pájaros cantar debido a la cantidad de árboles que estaban a tu alrededor.

Era paz lo que irradiaba el lugar.

— Quieres preguntarme... ¿cierto? — giraste a ver al rubio curioso, este solo frunció el ceño algo confundido ante tu pregunta — Sobre Mikey.

Takemichi guardó silencio, realmente tenía curiosidad desde que te había conocido. Se le hacía imposible que alguien pudiera convivir con su primer amor, el cual nunca fue correspondido ya que nunca fue escuchado.

— Mikey no tiene la culpa — bajaste tu mirada y tragaste saliva pensando — Nadie la tiene... tal vez en esta vida no nos tocó estar juntos.

— ¿No te duele? — Takemichi giró para verte, tú solo negaste la cabeza con una media sonrisa — ¿Mikey sabe?

— Solo Emma y le pedí que no le dijera — giraste tu cabeza para verla, parecía estar demasiada entretenida eligiendo los refrescos en la máquina expendedora — Soy un poco cobarde respecto a eso.

Takemichi te miraba, podía notar el brillo de tus ojos a pesar que estos estuvieran decaídos. Aún no entendía porque te aferrabas tanto a seguir en la ToMan, el cual parecía que era una farsa. En los pensamientos de él, sería doloroso convivir con la persona que alguna vez amaste o amas todavía.

Pero lo decidiste así, decidiste que estarías así hasta el día en que dejarás de respirar.

Y aparte, Mikey de alguna forma te enseñaba qué tal vez la vida no era tan mala.

— Pero...

Los dos giraron cuando escucharon el sonido de la moto, Emma se quedó quieta a media calle observando a lo lejos como se acercaba a toda velocidad hacia a ellos.

Todo se torno en cámara lenta, los tres cuerpos se quedaron quietos cuando vieron como la moto se acercaba más hacia ustedes. Un grito salió de parte del piloto y otro de Takemichi, fue tan rápido que en cuestión de segundos la moto ya no se escuchaba más, los pájaros ya no cantaban y el cielo se tornó nublado.

Un golpe y una lata caer hizo que todos recobraran el tiempo, darse cuenta de a su alrededor.

— ¿H...huh?

— No... no.

Takemichi abrió sus ojos con exageración y cayó de rodillas frente a el cuerpo, las manos de Emma temblaban mientras observaba como la sangre salía de tu cabeza.

El golpe iba para la menor, pero fuiste más hábil y tomaste su lugar, recibiendo el bate justo en tus cervicales. Haciendo que de inmediato cayeras al suelo inconsciente.

— No — Emma se paró del suelo ya que había caído sentada gracias a que la aventaste con tu palma, se acercó con lágrimas en sus ojos — Por favor... despierta.

Mikey bajo las escaleras del cementerio al escuchar el altercado de lejos, paro en seco al observar cómo tomaban tu cuerpo entre sus manos. Abrió ligeramente su boca y sintió como su cuerpo empezó a temblar, sus piernas empezaron a fallar y su corazón empezó a latir más lento de lo normal.