kawaragi senju.

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TOUCHES.

— Mierda...

Dejaste caer tu mochila y observaste como Senju corrió hasta su cama para acostarse en ella, alzó su brazo ligeramente para prender la bocina y los Artic Monkeys resonaron en la habitación.

Definitivamente las clases las consumía muchísimo y solo querían relajarse un rato.

— Me quiero dar de baja — sonreíste ante sus palabras y te acostaste a un lado de ella observando el techo — No dejes que me dé de baja...

— Lo prometo — giraste tu cabeza y estiraste tus piernas algo cansada — ¿Vamos a preparar la comida nosotras?

— Takeomi no está — Senju se sentó en la cama y comenzó a remover en su cajón — Y encontré esto en su habitación.

Abriste los ojos con exageración cuando saco una revista porno, de inmediato la alejaste de tu vista y ella comenzó a reír. Senju y tu eran mejores amigas desde ya un tiempo, pero aún así te daba vergüenza hablar de esos temas.

Y más porque no te atraía ese tipo de sexo.

— ¿Que estabas haciendo en su habitación?

— Le estaba robando camisas — Senju se acercó más a tu cuerpo y elevó la revista para que las dos la comenzaran a ver — Capaz tiene líquido extraño.

— Senju... — golpeaste ligeramente su brazo y ella empezó a reír — Él se dará cuenta que se la quitaste.

— Tiene muchas.

La joven se elevó de hombros y abrió la revista quedándose muda, sentiste tu rostro caliente al momento en que tus ojos se toparon con la pagina decorada. En letras grandes y oscuras decía "kamasutra lesbico".

Senju no tardo en cerrar la revista y quedarse callada por la vergüenza, nunca creyó que la revista que tomaría tratara de eso. La escuchaste reír nerviosamente y sentó en la cama para no toparse con tu mirada, para los pensamientos de Senju, en ese momento su rostro estaba de un color rojo intenso.

— No creí que fuera de eso.

— No pasa nada — elevaste tus piernas tratando de ignorar el tema, Senju no pudo evitar observar que en el movimiento, tus muslos habían quedado al descubierto — Supongo que ya sabemos que le gusta a Takeomi...

Senju guardó silencio mientras observaba tu piel desnuda, se removió algo incomoda y giró sobre su hombro para observarte. Parecías mirar todo, menos a tu mejor amiga, más que nada por la vergüenza.

Y por lo qué a continuación ibas a preguntar.

— ¿Quieres intentarlo? — tu pregunta la saco de su trance por completo, conectaste miradas con ella y podías observar un mínimo brillo de diversión en ellos — Solo por curiosidad...

Aún no sabías como la pregunta había salido de tu boca, ella tragó saliva y la revista resbaló de sus manos. Un extraño sentimiento se adueñó de su estómago al observarte de tal manera, como si lo estuvieras haciendo para provocarla.

necking and misery | tokyo revengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora