sano shinichiro.

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UNABLE TO SAY GOODBYE.

Abrí mis ojos algo adormilada, de inmediato me quejé al sentir la luz del sol de lleno en mis ojos, lleve la palma de mi mano a ellos para poder crear oscuridad.

Me removí en la cama girando mi cuerpo, pude escuchar su respiración tranquila y sus manos tocar mi cintura. Alejé mi mano para poder mirarlo y me encontré con aquellos ojos negros que tanto me gustaban.

— ¿Cuánto llevas despierto? — bostece mientras escondía mi rostro en su pecho — Buenos días...

— No vuelvas a dormir — hablo divertido mientras acariciaba mi pelo con ternura — Tenemos que ir a abrir la tienda.

— Diez minutos más.

— Jiro...

— No me llamo Jiro... me llamo mi amor.

Su pecho se tambaleó debido a su carcajada, me aferró más a su cuerpo y apoyó su mentón en mi cabeza fundiéndonos en un abrazo cálido. Acaricié su pecho con mi nariz y dejé un beso fugaz en él.

La pierna de Shinichiro se subió sobre la mía y los dedos de sus pies empezaron a acariciar mi pantorrilla, aquella sensación hizo que mi piel se erizara por completo.

— No hagas eso.

— ¿Qué? — habló sin cuidado ante mi llamado, la yema de sus dedos empezó a acariciar con lentitud mi espalda — No estoy haciendo nada.

— Si lo sigues haciendo no abriremos la tienda.

— Tal vez después de todo no quiero abrir la tienda.

Reí ante su respuesta, me alejé de su pecho para mirarlo a los ojos. Esos estaban algo entrecerrado a ya que no tenía mucho que había despertado, lleve mi mano hacia sus mejillas y las apreté — Jiro.

Shinichiro se quejó alejando su cabeza para que dejara de apretarlas, sonreí y alejé sus piernas de las mías para poder subirme a su regazo. El pelinegro ladeó una sonrisa al notar mi acción y llevó su mano a mi cadera para poder acariciarla.

— Si, tal vez no debas abrir la tienda — lleve la palma de mis manos a su pecho y empecé a acariciarlo, el miraba atento mis movimientos.

— Tengo que...

— No — fruncí el ceño y lo mire fijamente — Al menos tienes que descansar un día.

— Tengo que arreglar la moto que le daré a Mikey.

— La puedes arreglar mañana — agache mi cuerpo dejando mi cabeza en su pecho, el con sus brazos tomo mi cintura aferrándome a él. Quedando de nuevo abrazados — Vamos por Mikey hoy y lo llevamos a comer taiyaki.

— Jiro... tengo que terminarla antes de su cumpleaños — hablo algo serio. Y si, probablemente tenía razón pero aún no quería dejarlo ir.

— Te aseguró que el es más feliz cuando tú estás con él.

— También es feliz contigo — hablo entre risas — Le caes mejor tú que yo.

— Eres tonto — volví a elevarme para poder mirarlo a los ojos — Le caigo tan bien porque lo llevo a comer taiyaki.

No contesto a mi respuesta ya que se quedó algo perdido mirando mi rostro, estiró su mano hacia mis mejillas y empezó a acariciarlas. La sensación de estar con el era espectacular.

necking and misery | tokyo revengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora