baji keisuke.

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LETTER FOR KEISUKE.

Te paraste frente a la gran lápida grisácea, a pesar que han pasado los meses la sensación de dolor no se ha ido de tu cuerpo y tal vez nunca se vaya.

— Hey, Keisuke — dejaste caer tu cuerpo en el suelo mientras observabas un pequeño plato de yakisoba a la mitad — Creo que Chifuyu se me ha adelantado.

Una media sonrisa salió de tu rostro y bajaste tu mirada nerviosamente, desde la muerte de Baji no habías tenido la voluntad de visitar su tumba por ti misma, únicamente el día de su funeral y cuando Kazutora vino a disculparse con él.

En realidad, tu subconsciente te lo había negado muchas veces. A veces llegabas a mitad de camino o solo venías a visitar la tumba de Shinichiro, tal vez era porque no querías creer que ya no estaba y simplemente estaba por algún lado de la ciudad discutiendo con alguien.

Era difícil, aún no comprendías como la vida pudo arrebatártelo de tus manos, muchas veces la maldeciste y la odiaste tanto que quisiste desaparecer para acompañarlo, pero sabías que esa no era la solución para tu dolor.

— Perdóname — tus ojos se empezaron a llenar de lágrimas, apretabas tus labios para no soltar un sollozo en alto — Perdón por no visitarte todo este tiempo... solo... te extraño tanto que no puedo...

Tu pecho se elevaba y bajaba agitadamente gracias a tus sollozos, realmente lamentabas no visitarlo. Querías creer que el todavía seguía aquí, que el cumplió su promesa de no dejarte. Los recuerdos de sus últimos momentos aún estaban frescos en tu mente.

— Baji... cariño — tomaste su rostro tibio entre tus manos, el te miraba con sus ojos perdidos mientras el líquido rojo corría por su boca.

— Estás aquí...

— Si, la ayuda vendrá... aguanta un poco más Kei.

Apretabas tus labios para no sollozar, no querías que él te viera de esa forma. Nunca pensaste que toda la riña con Valhalla y la ToMan terminará de esa forma.

Su brazo se elevó para acariciar tu rostro con ternura, inclinaste tu cabeza para sentir más su toque y fue ahí cuando cayó la primera lágrima del día.

— No llores... no me gusta ver cuando lloras.

— Quédate por favor... ¿por qué Baji? ¿por qué cuando te dije que no cargaras con esto tú solo?

— Porque te amo.

Y esa declaración no era mentira, desde que Baji Keisuke tenía uso de razón se enamoró perdidamente de ti, dispuesto a arriesgar todo para tu bienestar y el de sus amigos. Y los dos sabían perfectamente que ese sentimiento era correspondido.

— Yo te amo más... así que quédate despierto ¿si?

— Se mi novia.

Empezaste a llorar descontroladamente mientras abrazabas su cuerpo, solo le pedías a Dios y a la vida que no te lo arrebataran. Pero ellos no escucharon tu llamado.

— Prometo visitarte más seguido — sonaste tu nariz aún con la mirada en tus pies — Prometo traerte flores a pesar que detestabas su olor... unas peonias estarían perfectas.

necking and misery | tokyo revengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora