Capitulo 2-Felino

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La plática quedo ahí

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La plática quedo ahí. Durante los siguientes días las cosas siguieron con su rumbo natural, Daphne teniendo "citas de estudio" con su águila, Draco trabajando para encontrar una manera de matar a Dumbledore y yo por mi parte, continúe con mi labor de mantener mi promedio y evitar que descubrieran a mi amigo; sumado a lo cual, cada mañana y al atardecer, conjuraba el hechizo Amato Animo Animato Animagus con mi varita apuntando a mi corazón. Tendría que esperar una semana para poder tomar la pócima, el destino decidió ser bondadoso conmigo y con mis intenciones de convertirme en animaga, las posibilidades se habían juntado.

El peso que implicaban los EXTASIS comenzó a hacerme tambalear, me vi en la necesidad de acudir a la biblioteca en busca de mayor cantidad de referencias.

Aquel día era martes y me sorprendí de ver que estaba prácticamente desierta, como si yo fuera la única, junto con algunas águilas, que entendía que aquel año académico seria, cuanto menos, brutal. Recorrí los pasillos donde sabía que encontraría los libros que necesitaba, usando mi varita para alcanzar aquellos que estaban a una altura superior a la mía; cuando conseguí todos mis libros necesarios, me encamine a la parte más alejada de la biblioteca, donde pocas personas caminaban, donde podría estar en total tranquilidad para estudiar. Cuando llegue a donde mi mesa predilecta, una que recibía la cantidad necesaria de luz gracias a una ventana que tenía a pocos metros de distancia con respecto a la mesa, pare en seco, mis ojos se agrandaron al encontrarme con una muy linda presencia, la de Hermione Jean Granger.

Los achocolatados ojos de la leona se fijaron en mi presencia – Parkinson, buenas tardes – Saludo. Mi corazón dio un salto al escuchar mi apellido ser pronunciado – Veo que tú también bienes a estudiar.

Afortunadamente no soy tan irresponsable como el público en general – Bromee en piloto automático, pues mi mente estaba demasiado ocupada apreciando los rasgos de la morena, desde su cabello, el cual se veía mucho más domado que de costumbre; pasando por su uniforme siempre holgado a su cuerpo – Lamento molestarle, ya me voy – Dije apresuradamente.

No te debes de ir – Contesto la leona – Si no te molesta, podríamos incluso estudiar juntas.

La propuesta de Hermione me pareció sumamente agradable, Merlín me había mandado suerte y yo no la iba a desperdiciar – Si esto no te genera problemas con tus amigos...acepto con gusto.

No debes preocuparte por mis compañeros, ninguno estará por aquí hasta que se estén ahogando en temas para estudiar – Se quejó con molestia.

¿Leones descuidados? Quién lo diría – Dije yo en tono de broma, consiguiendo que la chica rodara sus ojos de falsa indignación. Tomo el asiento de frente a la leona, coloque mis libros a mano derecha junto con mi pergamino, pluma y tinta a mano izquierda – Dime Granger, qué conocimientos te puede ofrecer la más linda de las serpientes.

Veo que aun tienes el ego por los cielos – Me regaño Hermione – Supongo que algunos consejos en pociones no me vendrían mal.

Que puedo decir, alguien debe recordarme lo genial que soy – Seguí con mi broma mientras abría el libro de pociones que había tomado de la biblioteca de la mansión de los Parkinson, el cual sería de utilidad para contrastar información – A cambio me vendría bien una clase de runas, solo un resumen.

Serpientes Valientes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora