Tras el fin de la guerra el silencio reina con un peso aplastante que se extiende cuanto aguanten los lamentos en llegar. Días enteros entre horas en cementerios dándoles una digna ultima despedida a todas esas almas sean viejas o jóvenes (la edad de la misma no tiene porque estar relacionada con su cuerpo), tratar de construir sobre la sangre de los muertos es una labor que ni el más grande arquitecto puede realizar sin dejar espacio al recuerdo, aun si la magia les ayudaba a no tener que planear nada ni batallar con los materiales y que la mano de obra a la práctica no necesitaba superar las dos decenas, el proceso de reconstruir el colegio fue insufriblemente largo, en más de un atardecer se dudó siquiera abriría de nuevo sus puertas. La nueva directora tampoco ayudaba a contestar las dudas, se reusaba fervientemente a hablar con la misma prensa, tenía cosas más importantes que hacer.
Se alisto una vez más con su túnica negra acorde a la situación, uno pensaría que tras tantos funerales a los que asistió estaría curada de espanto, todos tan parecidos entre ellos, cada uno igual de importante que el anterior. Aquel era particularmente doloroso para todos los involucrados y ella no era ningún tipo de excepción. Entre menos tardara en enfrentar el momento menos dolería, utilizando la desaparición llego al valle de Godric que le otorgo un cielo menos nublado de lo habitual en aquellos días, el solo conseguía aparecer cada tanto entre las nubes blancas, un día perfecto para hacer cualquier cosa menos un funeral. Desde el centro comenzó a caminar por las calles desiertas solo escuchando el repentino canto de un ave a la lejanía y el sonido del suelo empedrado siendo impactado por sus zapatos. Conforme fue avanzando su destino se hizo claro, unos cuantos pares de personas ya se encontraban en el lugar, apresuro un poco el paso hasta llegar al cementerio del pueblo, a quien primero distinguió fue a su exalumna, la chica de Hufflepuff, sin poder evitarlo le otorgo el abrazo que tras la guerra no le dio, la joven madre creía no tener más lagrimas tras unas semanas de lo sucedido, pero se dio cuenta al instante en el que su maestra le abrazo que estaba muy equivocada.
Desde su lugar unos metros cerca, entregando la intimidad que solicitaban ambas mujeres, Sirius y Harry observaban el pasto verde que aparentaba extenderse hasta los confines del mundo, adornado por multitud de lapidas grises de diferentes tamaños y años, con escritos más largos y complejos que otros. Muy dentro suyo el hijo de los Black agradecía estar ahí para despedir a su amigo como no lo había podido hacer con James en su momento; Potter por su parte se encontraba igual que la primera vez cuando acompaño a la familia Weasley en el funeral de Arthur, destrozado por decir algo, pero intentando mostrarse fuerte ante su hasta hace poco desconocido ahijado.
Conforme los minutos fueron pasando el resto de invitados iban llegando, Ron junto con sus hermanos y su madre, compañeros maestros que fraternizaron con el licántropo, Hagrid era quien más sobresalía en el grupo. Inesperada fue la llegada de Lovegood y la mayor de las Greengrass. Fueron pocas las miradas desagradables que recibió la serpiente, como gran embajadora de la sorpresiva rebelión de Slytherin todos los presentes le tenían en gran estima y respeto (de misma forma la prensa que del suceso se habían hecho eco).
Fue una ceremonia como las tantas a las que los presentes habían asistido en aquellos tiempos, lágrimas y más lágrimas, palabras que de corazón trataban de reconfortar, abrazos, ultimas despedidas.
Perdonen la mentira, si hubo algo diferente en el funeral de Remus Lupin (el padre, el amante amigo y maestro): Una oportunidad se dio tras la ceremonia.
Sirius con una triste sonrisa observo la nueva lapida donde descansaban los restos mortales de su amigo, a la izquierda de la tumba de Lily Potter, una petición que figuraba como una de las voluntades póstumas que había dejado en su testamento, curioso gesto que hayan dejado un espacio a la derecha de James cuando la muerte reclamara al hijo de los Black. Era triste para el encontrarse de nuevo sin sus inigualables amigos, pero estaba Harry, no lo podía dejar, ya llegaría el momento en el que se reunirían; levanto su vista de las lapidas, su ahijado se encontraba hablando con Tonks y Andromeda junto con Hermione, en la calle paralela al cementerio, firme como si fuera una estatua, una rubia observaba toda la escena con detenimiento.
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Serpientes Valientes.
Fanfiction"Una serpiente demasiado valiente por el mármol trepo, a una ventana llego y al oído del león, una nana le canto". Gran parte de la historia sera narrada desde el punto de vista de la princesa de las serpientes, Pansy Parkinson, quien recapitulara s...