CAPITULO 2-Dobles Reuniones.

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Como bien me lo había informado Bellatrix, el momento de encontrarme de frente con El Señor Tenebroso, llego. Durante el último día de vacaciones, Bellatrix llego a la mansión de mi padre con una sonrisa de oreja a oreja y con sus pupilas dilatadas, como si intentara imitar al gato de Alicia en el país de las maravillas; entre extrañas risas mi mentora me comunico la gran noticia – Pasare por ti en la noche. Hoy conocerás a nuestro señor, Pansy – Fue todo lo que me dijo aquel día, extrañamente tampoco entrenamos, rompiendo así los días en cadena que llevábamos entrenando.

Al llegar la noche yo me enfundé con el mejor vestido que pude encontrar, un vestido negro cuya falda llegaba hasta mis rodillas (un poco menos, a decir verdad) y sus mangas a ¾ de mi brazo, dejando a la vista mis muñecas. El escote de mi vestido se balanceaba entre lo provocador y lo formal, dejaba ver el que dejaba ver, la imaginación de los pervertidos debía de hacer el resto. Mis tacones desuelas gruesas me daban unos pocos centímetros más de altura y eran del mismo color que mi vestido; me maquille únicamente con un pintalabios de color verde, haciéndole honor a mi casa.

El momento de la reunión de llegue, Bellatrix junto a mi padre me llevaron a la mansión Malfoy, un destino que me esperaba. Al llegar la mortifaga Lestrange se tomó un segundo para elogiar mi vestuario haciendo, como no podía faltar, una peculiar insinuación indecorosa, pues, afirmo que la única forma para verme más linda seria sin el vestido.

Los tres llegamos hasta el comedor de la mansión, donde al menos dos docenas de personas se encontraban, mis ojos pudieron identificar fácilmente a la familia Greengrass y a los Malfoy, aunque solo había dos de ellos, pues Lucius, el patriarca, había sido mandado a Azkaban tras los sucesos en el departamento de misterios.

Tome asiento junto a mi padre entre otras dos familias de mortifagos, la familia Nott y junto a una mortifaga de apellido Carrow. Los adultos de la sala hablaban entre murmullos, los que tenían hijos se la pasaban presumiendo a sus hijos a otras familias, como quien tiene un cuadro nuevo y quiere que otros lo vean para, quizás en un futuro, vendérselo a esa persona. Otros eran más descarados, ofreciendo directamente a sus hijos como si fueran mercancía, mi sangre hervía al ver las miradas aterradas de los más jóvenes al ser ofrecidos a familias como moneda de cambio para que sus riquezas se preservaran – La cúspide de la idiotez humana – Pensaba yo mientras veía lo que me rodeaba.

Los chicos que tenían mi idead tampoco hablaban a menos que así se les ordenara, desde mi lugar podía ver como la pequeña Astoria se encontraba casi abrazada del brazo de su hermana mayor, temblando de miedo. Si algo bueno puedo decir del señor Greengrass, es el profundo y sincero amor que sentía por sus dos hijas, lo cual se vio notar al momento de rechazar tres ofrecimientos para sus hijas.

No pude continuar pensando pues una callosa y sucia mano cayó sobre mi muslo derecho – Hola guapa – La voz de la dueña de esa asquerosa mano taladro mi cabeza – No te había visto antes, ¿Cuál es tu nombre?

Pansy Parkinson, y si no te alejas te cortare la mano – Amenace con la voz más fría que pude, nuestros ojos hicieron contacto visual intentando intimidarnos la una a la otra.

¿Tan rápido ya vas corriendo a pedir la ayuda de tu papi? – Aquello fue un golpe directo a mi orgullo.

No necesito Arthur Garden Parkinson para defenderme –.

La pelea se vio detenida por el aparecer de Voldemort, con manotazo nada cuidado quite la mano de Carrow de mi muslo. Todos se mantuvieron en silencio, las pláticas de los adultos murieron de golpe.

Mis fieles mortifagos – La voz de Voldemort hizo temblar a más de uno de los presentes y sonreír a otros – Me alegra verles a todos aquí reunidos y más a un ver que sangre fresca quiere unirse a nuestras filas – Muchos de los jóvenes presentes temblaron de miedo ante las palabras del desfigurado hombre, yo por mi parte, me concentre en dejar mi mente en blanco para poder evitar que el miedo me invadiera. Voldemort camino por encima de la mesa, viendo a cada uno de los integrantes de la reunión, la mirada del tipo llego a donde yo, fingí no darme cuenta y mantener la mirada al frente, cosa que pareció funcionar pues el hombre siguió con su andar por la larga mesa; no tuve tiempo para relajarme pues la presencia de la serpiente Nagini apareció, sus movimientos llegaron hasta donde yo apuntándome con su nariz. Dos veces abrió sus fauces haciendo el amago de morderme a lo cual yo ni me inmute – Me alegra ver que tenemos a alguien con carácter. Dígame joven Parkinson ¿Qué es lo que le incentivo a pedir formar parte de nuestra sagrada causa?

Serpientes Valientes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora