El crujir de la madera quebrándose ante el fuego se encargaba de acompañar la tonada de un solitario violín. La temperatura se había puesto más fría de lo esperado. Pansy se encontraba concentrada en sus apuntes, pronto le aguardaba una de las grandes empresas desde que fundo su nueva vida.
Un suspiro al aire producto de una aparición, lo que de costumbre le hubiera servido para capturar su atención fue pasado por alto.
Hermione de retiro el saco, el día tenía mucho hilo del cual tirar. Por la hora suponía que la niña estaba en sus horas de práctica en el ático de la vivienda. Al lado de la puerta su paraguas junto a los otros dos, las llaves de su propia casa reposaron en la mesilla.
Tras el pequeño recibidor, dejando al paso los paisajes que la dueña había visto en esa segunda vida tan distinta a la primera, encontró a su amada justo donde la imaginaba: sentada en el sofá principal frente a la chimenea con su libreta de cuentas en la mano y un lapicero reposando sobre su oreja.
Al fondo de la alcoba en una esquina adecuada en las alturas, la ya no tan pequeña criatura se percato de la nueva llegada y a nada estaba de ulular hasta que se percato de las intenciones secretas y optó por continuar su vigía.
Con pasos firmes en su andar, sin hacer ruido de más, Hermione se quedó cerca de Pansy, tanto para poderla detallar a la perfección su piel y cabellos brillar ante el color de las llamas que en un ritmo irregular se dedicaban a danzar.
Hey pretty girl — susurró a una prudente distancia con tal de evitar un susto mayúsculo. La aludida terminó por asustarse un poco —. Parece que alguien está muy ocupada.
Se dejó caer a un lado de Pansy quien le empujó en respuesta por el susto que se había llevado — Pues claro, gracias a que a alguien se le ocurrió usar mi casa de salón de fiestas — un momento de silencio, a nada de generar conflicto —. No es un reclamo — le aseguro tomándola de la mano —, solo era una broma.
No hace falta que te disculpes, aunque me reclamaras de verdad no me lo tomaría personal — mantuvieron sus manos unidas, Hermione disfrutaba de jugar con los nudillos de la chica.
Un detalle pequeño hizo aparición de la nada en la mente de Pansy —Santo Dios, una disculpa Hermione — aquello dejo más que desconcertada a la nombrada —, he olvidado poner el té, dame un momento para... — intento levantarse del cómodo sofá para ir directo a su amada cocina. Hermione le detuvo de golpe, sosteniéndola con su brazo; su mente estaba un tanto diluida por el cansancio de tan largo día, por lo que no pensó en lo que hacía. Un simple movimiento de su mano libre, viendo de reojo la cocina, pensó en el grupo de encantamientos necesarios colocando la tetera sobre la hornilla y encendiéndola.
Que conveniente era en ocasiones la vida. Entonces detuvo sus pensamientos, dándose cuenta del detalle.
Un suspiro que escondía la incomodidad de la dueña de la casa — Granger — empezaba por el apellido, la bronca iba a ser buena —, ya te lo he dicho, es mi casa y tengo una sola regla — si fuera perro tendría las orejas bajas, en su lugar, tenía su mirada fija en el suelo alfombrado, que lindo resultaba el patrón de la misma — y es que en mi casa no se hace magia —era una de las cosas más extrañas, desde que lo escucho por primera vez se sintió como algo antinatural, que nunca podría relacionar con su querida serpiente —. Tengo una niña pequeña bajo mi cargo, no puedo permitir que vea algo que no se como explicarle y tampoco quiero que...ellos nos encuentren.
Lo siento — en el tiempo que llevaban juntas una cosa muy importante había aprendido y eso era el no cuestionar ese tipo de situaciones, si Pansy imponía una norma era por algo —. Iré a la cocina a revisar la tetera ¿Qué vas a querer tomar?
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Serpientes Valientes.
Fanfiction"Una serpiente demasiado valiente por el mármol trepo, a una ventana llego y al oído del león, una nana le canto". Gran parte de la historia sera narrada desde el punto de vista de la princesa de las serpientes, Pansy Parkinson, quien recapitulara s...