15
La paz nunca puede ser eterna. Cuando ya noviembre se comenzaba a despedir y durante una salida a Hogsmade que había realizado junto a la joven Bela me di cuenta de eso.
Aquel día desde muy temprano me había alistado para pasar una tarde agradable con la menor, perfectamente vestida con ropas de color negro, más que aptas para el clima nevado que el día nos había otorgado y con el detalle de que la manga de mi camisa cubría a la perfección la marca, misma que trataba de ignorar en la medida de lo posible (aquellas noches donde no pude pegar ojo, la sensación de comezón y dolor se encargaron de recordarme lo inviable de mi labor). Nos encontramos a las puertas del castillo, la chica vestida en ropajes mucho más coloridos que los míos, siendo que usaba el amarillo junto al azul en su conjunto, si no fuera por su bufanda de color verde y plata, la cual tenía también el logo de nuestra casa, podría pasar por alumna de Hufflepuff.
Las conversaciones no tardaron en comenzar siendo las primeras en el idioma que la región demandaba, siendo tratados todos aquellos temas relacionados a la escuela, descubrí que la rumana comenzaba a sobresalir en lo referente a duelos y en astrología, cosa que me ilusiono pues quizás podría encontrar una digna sucesora de mi puesto como la mejor duelista de la casa de Slytherin, a alguien que consiguiera darle honor a nuestra casa de manera que yo no podría hacer. Al llegar al pueblo tomamos rumbo a la tienda de dulces, lugar del cual nos abastecimos de una considerable cantidad de dulces (los cuales salieron de mi cuenta en acto de cordialidad) los cuales degustaríamos una vez llegáramos a nuestro verdadero destino, la casa de los gritos. Lugar abandonado donde podríamos hablar sin miedo a que nos molestaran. Una visión tan clara como la de un pensadero me mostró mi mente, el recuerdo vivido del beso unidireccional que Bellatrix Lestrange me había robado.
Mi primer beso.
Despeje el recuerdo y me centre en lo que era mi presente, en mi día libre junto a otra serpiente. Nos quedamos en una de las salas del primer piso, una que en antaño pudo ser un agradable comedor con vistas al campo. La mesa del lugar había sido arreglada con magia, convirtiéndola en una mesilla para café y en las cercanías se encontraban unas cuantas mantas que nos ayudarían a resguardarnos del frio que se filtraba sin problema alguno por la dañada estructura.
Dime Pansy ¿Cómo es que sabes hablar rumano? – Pregunto la menor antes de morder una tira de regaliz – No tienes un nombre muy rumano que digamos.
Me tome mi tiempo para recordar la forma correcta de pronunciar el idioma natal de mi acompañante – Bueno, es que...mi madre...trabajaba en una reserva natural del país desde mucho tiempo antes de que yo naciera – Necesite un momento para tragar el nudo que en mi garganta se había formado – De hecho, nací en Rumania de improvisto y viví mis primeros años ahí, así que el idioma se me quedo muy bien.
Perdón si estoy tocando un tema sensible, pero debo saber ¿tu madre trabajaba en el bosque de Băneasa – Conteste con un asentimiento de cabeza – Por la luna como es que nunca me di cuenta, eres ¡esa! Pansy Parkinson – Dándose cuenta de lo perdida que estaba solo viéndome la cara, Bela me otorgo la información que a mí me faltaba – Mis padres conocieron a tu madre, no eran los mejores amigos, pero se conocían desde hace algunos años...lamento mucho lo de su madre, hablo por mamá y papá, para darle nuestras más sinceras condolencias.
Gracias, aunque espero que entiendas que no tengo muchas ganas de hablar sobre el tema – Comente, algo incomoda – A todo esto, ¿a qué se dedica tu madre? Claro, si es que me lo puedes decir.
Bueno, mi mamá es la ministra de magia en Rumania – Comento con orgullo y felicidad – Lo es desde antes de que yo naciera.
Oh disculpé mi imprudencia, no sabía que hablaba con un miembro de la realeza – Me puse de pie para continuar con la broma que tenia pensado – ¿Debo empezar a llamarte princesa? – Realice una burlesca reverencia.
ESTÁS LEYENDO
Serpientes Valientes.
Fanfic"Una serpiente demasiado valiente por el mármol trepo, a una ventana llego y al oído del león, una nana le canto". Gran parte de la historia sera narrada desde el punto de vista de la princesa de las serpientes, Pansy Parkinson, quien recapitulara s...