CLOVE
-¡Si quieres que te peine Clove, te tendrás que dar un poco de prisa!
Ese comentario me hace soltar una carcajada involuntaria.
-¡No sé si te has dado cuenta Beth, de que la que quiere peinarme eres tú!
Un silencio que traduzco como haber dejado a mi hermana sin palabras.
-¡Aun así – responde al fin – no tardes! ¡No voy a ver a mi hermana en al menos una semana, y quiero que salga de casa guapa!
-¡Que ya casi estoy!
Me paso por encima de los hombros la ajustada camiseta negra que nos dieron en el centro, y abrocho con al sonido de “click”, una cómoda riñonera del mismo color. Observo mi reflejo en el espejo del pasillo y trago saliva; es la misma ropa que he usado para entrenar incontables veces con Dock, lo que me trae a la cabeza miles de pensamientos, de cosas infelices que me han pasado desde su muerte. Siento ganas de alejarme del mundo y su crueldad, de huir; pero desecho la idea rápidamente.
No puedo permitirme un solo instante más de debilidad.
Bajo las escaleras con paso ligero, hasta llegar a un baño cercano al salón donde está Bethany esperándome impaciente.
-¡Vamos! – apremia, y yo bufo
-Voy al bosque, no a una pasarela del Capitolio.
Me sienta en un taburete y coge el peine. Empieza a cepillar toda la melena negra hacia atrás, deshaciendo cada nudo que se encuentra con unos, en ocasiones, dolorosos tirones.
-Au. – me quejo, masajeando la “zona dañada” – Bethany, solo son las ocho y media. ¿De verdad necesitas tanto tiempo?
-Sí – contesta secamente. Cuando está concentrada en la música, el diseño de algún vestido (hace prácticas con una modista del centro del distrito), o arreglando a alguien, no se distraería ni aunque una guerra estallase a en la puerta de casa.
Después de una hora, la obra de mi hermana está terminada, y hasta alguien con tan poco interés en la belleza como yo, admitiría que tiene parte de maestría: aunque el recogido que ha hecho parezca sencillo, en realidad está realizado de forma que ni un solo pelo salga de la coleta hecha en la coronilla, sin dejar por ello de ser práctico y cómodo.
-Guau – susurro
-¿Ha merecido la pena, eh? Ahora podrás matar a Coy sin que él se dé cuenta siquiera – finaliza con un guiño.
Eso hace que la tímida sonrisa que se había formado en mi cara se desvanezca rápidamente.
-¿Qué? – pregunta preocupada
-Nada, nada – le calmo, aunque sé que ella nota que no se lo traga; sin embargo, es lo suficientemente discreta como para fingir que sí, y no responder. – Oye, me voy yendo ya, ¿vale? Hayden y las demás me están esperando.
-Por supuesto, no te preocupes.
Me levanto del taburete y corro a la puerta.
-¡Salgo ya! – grito a nadie en concreto
-¡Está bien! – responde mi padre, pero, justo cuando estoy a punto de cerrar, mi madre viene a medio preparar.
-¡Espera, Clove!
Suspiro y me giro hacia ella.
-¿Qué pasa?
-¿De verdad que en ese entrenamiento de campo no salís heridos?
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District Two (Cato & Clove)
FanfictionClover Ringer, la que antes fuera una niña llorona y débil, lleva entrenando desde los ocho años para convertirse en una auténtica tributo profesional lo que, aún no siendo bien visto por su madre y hermana mayor, Bethany, cumpliría el sueño que su...