Capítulo 3: Kiss the girl

1.5K 88 5
                                    

CLOVE

6 MESES DESPUÉS

-Vale, otra vez

Me separo de mi contrincante hasta que toco la pared de la pequeña sala de entrenamiento que nos han prestado para practicar.

-No lo olvides, Clove, eres muy pequeña, así que pasa de embestir. Esquiva, ataca por detrás.

Alzo la vista al cielo

-Sí, profe, no hace falta que me lo repitas tres mil veces – me callo repentinamente cuando veo su cara seria, pero rápidamente sonríe y yo le saco la lengua.

-Está bien enana, vamos allá.

Los dos corremos hacia el centro de la sala. Obviamente, él me dobla en tamaño y casi nunca le gano en el cuerpo a cuerpo, pero gracias a las técnicas que Cato me ha enseñado estos últimos meses, he mejorado de forma increíble.

Sí, habéis leído bien, Cato. Tras el incidente que tuvimos medio año atrás, nos pusieron juntos en las parejas para los combates de septiembre. Aunque los primeros días fueron tensos, mi vida peligró un par de veces y él tuvo que tirar varias camisetas por los rotos que le hice con los cuchillos, como al mes o así empezamos a tener más confianza. Primero, dejando de estar siempre a la defensiva y atacándonos el uno al otro; más tarde desvelándonos técnicas y ayudándonos mutuamente (él a mí en el cuerpo a cuerpo, y yo a él mejorando su bastante deficiente puntería). Al poco de ello, nos hicimos inseparables. Pasamos casi todo el tiempo en los entrenamientos juntos, nos saludamos en la entrada del colegio, charlamos…

Por supuesto, nuestras conversaciones van dirigidas casi siempre a las armas, los combates o cosas por el estilo, pero hay algo más. Es parecido a mi amistad con Hayden y Marietta, aunque lo de Cato es mucho más fuerte: es mi mejor amigo, la persona en la que más confío, que mejor me entiende aun sin apenas conocerme; y puede que quizás me guste un poquitito...

Cuando nos cruzamos, él embiste contra mí con toda su fuerza, como hizo hace seis meses, aunque esta vez no está furioso. Yo me agacho y paso por entre sus piernas abiertas, también como entonces. Increíblemente, eso le deja un poco sorprendido y le hace sonreír mientras se da la vuelta. Lanza un puño que cruza el aire mientras yo le pego una patada que ni le hace cosquillas.

-Knivey, ¿qué dijimos del ataque frontal?

Knivey* es el mote que Hayden me puso a las pocas semanas de llegar yo, debido a mi tamaño (sí, siempre mi tamaño) y la habilidad con los cuchillos. Ahora todo el grupo especial lo usa.

-Bla, bla, bla – respondo

Entre tanto, estoy en una esquina con Cato a punto de alcanzarme. Sé cómo acaba esto: me levanta por el cuello, me dice que tengo que mejorar aún más y me suelta, ganando como siempre.

“No” pienso “Esta vez no”.

Detrás de mí hay un par de cajas apiladas de madera. Miro hacia arriba, donde, para mi fortuna, una barra de metal cruza en horizontal a unos veinte centímetros del techo. No sé para qué está ahí ni me importa, pero la voy a necesitar.

Subo rápidamente las cajas hasta llegar a la última, donde suelto la hebilla de mi cinturón. Después, disfruto con la cara de confusión de mi rival mientras lanzo mi cuerda improvisada a la barra de metal, la cojo de ambos extremos, y salto, aprovechando el impulso para caer justo encima del adversario, quien acaba en el suelo antes de poder asimilar lo que ha sucedido.

-Cato, ¿qué dijimos de vigilar los ataques por la espalda? – pregunto imitando su voz – Que si no lo hacemos, puedes acabar con alguien encima

District Two (Cato & Clove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora