Capítulo 9: Don't let me fall

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CLOVE

Medio dormida, noto de repente cómo alguien me levanta del colchón para cargarme en sus musculosos brazos. 

Poco después, oigo un timbre, y una puerta que se abre. Una ahogada exclamación, y fragmentos de una conversación inconexos llegan a mi cabeza:

-¿Dónde estaba?

-Pero dile a tus padres que… - murmullos - ¿Estamos?

Otra vez, silencio. Quien quiera que me lleve, tiembla un poco, por lo que intuyo que estaremos subiendo unas escaleras. Acabo de nuevo en un colchón, y me rindo finalmente al sueño.

A LA MAÑANA SIGUIENTE

Cuando me despierto, me encuentro a mi hermana prácticamente encima de mí, y me echo hacia atrás casi por acto reflejo.

Ella suelta una risa cantarina, que noto demasiado tensa para ser natural. Me empiezo a preocupar.

-¡Clovie! ¡Al fin, dormilona! – cubre la poca distancia que nos separa con un abrazo, embriagándome con su perfume de flores. Apoya su cabeza en mi hombro, y empieza a susurrarme rápidamente algo en el oído, lo que enlaza las dos primeras ideas de la mañana: en esta casa las paredes oyen, lo que significa que si susurra… es que no le pueden escuchar abajo. 

No por favor, que me acabo de levantar, secretitos ahora no…

– Cato me lo contó todo, pero papá y mamá no saben nada desde que desapareciste del funeral. – ahí lo tenemos - Quedamos en que les diría que te largaste, te buscaron un rato, y apareciste dormida detrás de una roca, ¿vale? – asiento aturdida. A lo mejor soy yo, ya que tengo la cabeza dolorida y recién levantada no pienso muy claro pero, ¿ese plan no suena un poco incoherente?

Bethany parece leer mis pensamientos.

-No se nos ocurría nada más realista… Tú simplemente atente a ello, ¿vale? A lo mejor hasta te levantan el castigo

¿El castigo? ¿Qué cas…

¡Pum! Repentinamente, la realidad me estrella contra ella: el castigo. El día del entrenamiento. Hayden llorando. El funeral. Yo y Cato. Yo en casa de Cato. Yo bebiendo con Cato. 

Dock muerto.

Mi mirada se ensombrece, y ya enteramente activa, me dirijo a las escaleras con paso apretado. Al llegar, mi hermana me coge del brazo, como si quisiera servirme de apoyo, y yo le suelto bruscamente.

-No necesito ayuda – mi voz trata de ser dura y firme, pero surge pastosa y medio afónica. Maldita sea, tenía que haberme abrigado más ayer.

-Lo sé – responde Bethany paciente – Pero se supone que ayer te dormiste (quizás incluso sea mejor que digas que te desmayaste), y cuanto más destrozada te vean, menos preguntas harán.

-Por eso no te preocupes – murmuro para mí mientras me pasa el brazo otra vez por encima de su hombro. – No sé si doy más asco por fuera o por dentro

Cuando bajamos, mis padres están en la mesa de la cocina, desayunando tranquilamente; sin embargo, al entrar yo, mi madre se gira rápidamente y su cara se ilumina.

-¡Clovie!

Maravilloso. Me hago la aturdida durante toda la mañana, mientras mi padre me mira desconfiadamente, lo que no hace más que enfadarme por dentro, hasta estar casi a punto de restregarle a gritos todo lo que hice ayer es, en parte, su culpa… Pero no puedo. Tengo que quedarme callada, y parecer tonta y estúpida; no me extraña que no se lo trague.

District Two (Cato & Clove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora