CLOVE
Decir que podía desviarme un poco para ir a casa de mi hermana de camino al Centro de Entrenamiento, es un completo eufemismo. De hecho, Bethany vive más allá de la Plaza, varias calles tras el Edificio de Justicia, en una zona residencial de pequeñas casitas apiñadas donde se encuentran todos aquellos que cuentan con un negocio en el núcleo del Distrito. Cargo con el rollo de tela hasta allí, caminando con el paso más ligero que puedo para no llegar tarde; en todo el proceso, el sol ya se ha encargado de secarme el pelo húmedo, así que hago un intento de peinarlo con los dedos, esperando que Beth me pueda prestar un cepillo antes de encaminarme al punto donde he quedado con los demás.
Llamo a la puerta de madera con dos golpes firmes, dejando reposar el cilindro azul a mis pies. Oigo una voz desde dentro de la casa pidiendo que espere un segundo y, al minuto, mi sonriente hermana abre, fundiéndose en una abrazo conmigo nada más verme.
-¡Clove! ¿Qué tal, qué haces aquí? ¿Quieres pasar? Nunnie ha estado aquí hace un segundo y ha traído pastas, si quieres una… - hace ademán de invitarme a entrar con la mano, pero yo lo niego con un gesto.
-No, no, gracias. Sólo… Venía a traerte esto. – cojo la tela y la pongo entre sus brazos – Se han debido de equivocar otra vez y nos la han dejado a nosotros, pero supongo que en realidad era para ti…
Bethany observa el rollo con expresión extrañada.
-Qué raro; yo no…. – entonces levanta la mirada con una ceja arqueada y su tono se vuelve repentinamente serio – Ha sido mamá, ¿verdad?
Yo intento aguantársela pero, finalmente, me encojo de hombros.
-Seguramente; la verdad es que me ha mandado ella a dártela.
La anterior sonrisa de pura felicidad ha ido cambiando poco a poco hasta haberse transformado ahora en una mueca amarga.
-Esa casa no está haciendo más que acabar con ella – susurra – La entiendo, sé que ya es muy tarde para cambiar de vida pero… - suspira - ¿Está muy mal? Clove, en serio, tienes que cuidar de ella; no creo que pueda aguantar sola…
-Eh, eh, para el carro - le interrumpo entre incrédula y enfadada.
¿En serio?
– No tienes ningún derecho a decirme eso, ¿vale? No tienes ningún derecho a echarme la culpa, ni a cargar en mí toda la responsabilidad.
-Clove, yo no he dicho eso…
-No Beth, sí que los has dicho – me cruzo de brazos con el ceño fruncido – La que se fue de casa fuiste tú, ¿estamos? Y me parece genial que tu vida sea de cuento, y que tengas un trabajo que te guste, que estés muy feliz viviendo con Thorne y que te largaras, porque yo habría hecho lo mismo y todos lo sabemos, ¿vale? Pero lo que no puedes es abandonarme y dejarme sola con ellos, y ahora además encargarme que los cuide porque simplemente, no es justo. ¡No es justo!
-Clove…
-Mira, ¿sabes qué? Que te quiero Beth, y creo que también quiero un poco a Patricia…
-Mamá.
-E incluso a Raw – continúo aun así, enfurecida porque me interrumpa – Pero estoy harta de ejercer de paloma mensajera y de que todo el mundo me llene de mierda por todas partes, estoy harta de tener que venir aquí a escondidas de él para que no se enfade con ninguna porque la mitad de las veces, ¡yo ni siquiera quiero! Así que solucionad vuestros problemas de una maldita vez y dejadme tranquila, porque yo ya tengo suficiente con los míos. ¡Voy a presentarme voluntaria este año, ¿es que nadie se acuerda de eso?! Necesito entrenar.
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District Two (Cato & Clove)
FanfictionClover Ringer, la que antes fuera una niña llorona y débil, lleva entrenando desde los ocho años para convertirse en una auténtica tributo profesional lo que, aún no siendo bien visto por su madre y hermana mayor, Bethany, cumpliría el sueño que su...