CLOVE
UNA MAÑANA POCO DESPUÉS DEL CUMPLEAÑOS DE CLOVE, 4 AÑOS MÁS TARDE
Hace mucho ya de aquella conversación con mi padre, y mucho también que la antigua Clove se perdió. Mi entrenamiento no fue el único cambio que tuvo lugar entonces: Pasé de esconderme y de llorar por culpa de los otros niños, a ser capaz de defenderme de ellos, tanto usando un muy potenciado sarcasmo, como haciendo caso omiso de sus burlas. Me he hecho más fuerte como prometí, he adquirido un nuevo respeto (bueno, quizás no tanto como eso, pero hace ya un tiempo que dejaron de meterse conmigo) y… quizás he dejado de ser pequeña demasiado pronto. Me he hecho responsable y bastante independiente. No tengo amigos, y los compañeros con los que hablo se podían contar con los dedos de la mano pero, ¿quién lo necesita? Desde aquel día, cuando llego a casa me espera mi padre y el entrenamiento, que me hace mucho más feliz.
Pero lo que me puede enseñar mi hasta ahora “maestro”, se ha quedado un poco corto, y por ello hoy me encuentro donde me encuentro: en una escuela de formación para tributos profesionales. La más cercana a mi hogar a la que los agentes de la paz hacen la vista gorda, no acepta a chavales que no hayan cumplido la edad mínima para entrar en el sorteo de los Juegos. Así que, pasado mi cumpleaños hace un par de semanas, hoy por fin es el gran día.
Entro, nerviosa como nunca había estado, y un hombre se me acerca. Mis padres me han dejado venir sola en cuanto he acabado el colegio a mediodía, porque los dos tienen que trabajar hoy: él como subjefe de esta zona de agentes de la paz, ella como ayudante técnica de una de las canteras, no tan importante como el Hueso, pero con cierta relevancia aún así.
Miro fijamente al hombre que está ahora delante de mí. Le conozco. Creo que se llama Dock, ganó sus Juegos antes de que yo naciera, y ahora ejerce de mentor como tantos otros. No sabía que enseñaba en la escuela, aunque es una grata sorpresa tener a alguien con experiencia.
-¿Tú eres Clover? – pregunta
Asiento
-Pero prefiero Clove
-¿Y tus padres?
-No han venido. Están trabajando. Pero tampoco los tendré a ellos en la Arena, ¿no? Entonces cualquier cosa que quisiera decirles a ellos me lo puede decir a mí.
Sonríe ante mi respuesta
-Una observación inteligente, jovencita. Bueno, en tal caso, ven conmigo, tengo que hacerte unas preguntas y comentarte algunas cosas. – me tiende una mano pero yo niego con la cabeza, y se va andando mientras encoje los hombros hasta una sala, conmigo detrás.
Entramos, y nos sentamos cada uno en una silla a cada lado de un cuadrado escritorio de metal. Coge una ficha.
-Bien, Clove. Comencemos. – me mira por encima del papel - ¿De verdad tienes 12 años?
Ese comentario me irrita, pero no lo demuestro. Mucha gente sigue pensando que soy más joven de lo que realmente soy, porque no he dejado de destacar por mi pequeñez. Más adelante, llegaré a crecer hasta no ser tan ridícula para mi edad, aunque nunca especialmente alta
-Sí, señor, tengo doce años. Si no lo cree puede mirar que mi nombre entra en el sorteo de este año.
-Vale, vale , te creo. Vamos a seguir – lee la ficha – aquí pone que llevas…
-Cuatro años de entrenamiento en casa - completo – No con el mismo nivel que se ofrece aquí, pero se podría decir que no soy una total novata.
-Mejor, es difícil empezar a enseñar de cero. – sigue leyendo – Guau, Clove, si esto es verdad parece que nos has ahorrado gran parte del trabajo. Supongo que estos trámites ya no son necesarios – tira el papel -¿Quieres acompañarme a demostrar lo que sabes? – Asiento – Pues vamos
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District Two (Cato & Clove)
FanfictionClover Ringer, la que antes fuera una niña llorona y débil, lleva entrenando desde los ocho años para convertirse en una auténtica tributo profesional lo que, aún no siendo bien visto por su madre y hermana mayor, Bethany, cumpliría el sueño que su...