Todas las hadas se encontraban esparcidas por el bosque arreglando el caos que se había hecho debido a aquel nefasto lobo. El campo poco a poco cobraba la vida y el color que tenía antes de que la maldición fuese liberada, a excepción de los animales muertos que iban jalados por los trolls y siendo enterrados a varios metros bajo tierra. No se puede hacer nada ante una vida perdida.
Jisung y Hyunjin hablaron con el líder del páramo, Seokjin, quién rápidamente dio órdenes para que los seres con el poder de la restauración de la flora fuesen corriendo para reparar los daños, mientras que él fue al palacio escoltado de trolls y elfos para hablar con el nuevo rey acerca de lo que ocurría.
Jisung tocó la corteza de uno de los árboles marchitos. Un brillo dorado apareció entre sus dedos e inmediatamente éste subió con rapidez hasta la punta del árbol, cubriéndolo por completo de magia. El tronco tomó nuevamente su color y las hojas se tornaron de un verde brillante.
Hyunjin estaba unos metros lejos de su amigo. Éste no tenía el pequeño tamaño que normalmente solía tener, usó su poder para optar los metros de un humano y así Jisung no se sintiese incómodo. Tenía un ciervo frío y pálido a sus pies que estaba entrando en estado de descomposición, ya desprendía un olor asqueroso. Le dieron unas ganas tremendas de vomitar y llorar.
Le dio la espalda al cadáver y se puso en cuclillas, dónde una mata de flores marchitas se encontraba esparcidas por el césped. Posó su mano en medio de las plantas. El color del poder de Hyunjin era de un brillante azul. Poco a poco, las gardenias se fueron levantando volviendo a su blanco y brillante color.
Jisung se sentía tan fatigado, no tuvo el tiempo suficiente para reponerse de la magia que utilizó para ayudar al misterioso lobo, y ahora está de aquí para allá reviviendo árboles, flores y ayudando a los trolls a arrastrar animales. La cabeza le duele y siente como si en cualquier momento se fuese a desplomar en el suelo.
Las estrellas y la luna brillaban en lo más alto del cielo. Todos los seres mágicos seguían con sus ropas formales, pues apenas regresaron de la coronación, ocurrió lo impredecible. El rey Christopher tan pronto tiene un trabajo pesado como dueño de las tierras que tiene que proteger, de seguro anda desesperado e irritado buscando soluciones encerrado en las cuatro paredes de su asfixiante estudio.
El par de amigos una vez finalizada su labor—de momento—, se desplomaron en el suelo terroso soltando un suspiro cansado y se dedicaron a acostarse para apreciar el bello cielo estrellado.
—Que cansado estoy—dijo Jisung.
—Ni me lo digas, moriré antes de que esa cosa venga a por nosotros.
—Si viene por nosotros, nos encargaremos de atraparlo.
—Oh, que genio, moriremos intentándolo—Hyunjin rodó en el pasto para buscar una posición cómoda—con un roce que tengamos con él, ya estaremos muertos.
—Cierto, pero por lo menos lo intentamos ¿no? Morimos con honor por haber intentado algo contra la maldad que nos amenaza a nosotros y al reino. Además, no seas tan pesimista, somos más fuertes que él—se giró a ver a Hyunjin, le dedicaba una mirada de reproche—¿Qué?
—¡No quiero morir maldición!, quiero vivir todo lo que vive un hada—pataleó haciendo de sus típicos berrinches.
—¿Una eternidad?
—¡Exacto, una eternidad! Solo tengo cincuenta años ¡Soy muy joven para morir!
Jisung rodó los ojos e ignoró el drama de su amigo para apreciar el cielo estrellado que se alzaba sobre sus cabezas. Movía las pupilas verdosas buscando formas en la constelación. Era lo que normalmente hacía en la noche cuando no podía conciliar el sueño; salía de su pequeña casa, se acostaba en el pasto y se dedicaba a admirar las formas que creaban las estrellas, dejando volar su imaginación.
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Beauty In Death 》 Minsung
FanfictionEn el reino de Luceat existen todo tipo de criaturas mágicas que viven bajo la protección de la monarquía y viceversa. Entre cada uno de esos seres, existe un hada muy poco común, cohibida por el menosprecio que los demás le dan y encerrada en su bu...