Beauty In Death 》 Minsung

XXX

El relato había terminado. El silencio haciéndose presente en medio del naufragio de aquel barco que carga todo el peso de aquellas emociones suplicando por explotar, pero no era el momento de permitir que lo hicieran. Jisung había escuchado atentamente cada una de las palabras de Minho. Ambos estando sentados uno frente al otro. Sus respiraciones eran pesadas, siendo aquellas mezcladas con la confusión y el miedo, sin saber que hacer, cómo reaccionar ante todo.

Minho apretaba las manos en puños, mordiéndose el labio inferior tratando de reprimir los jadeos ante la falta de aire en sus pulmones, pues una presión en los mismos, le impedía respirar con regularidad. La ansiedad de revelar la verdad. Relatar por primera vez, su infierno.

Mientras tanto, Jisung sentía una profunda tristeza, ya no solo era la decepción de saber quién era en realidad Minho, sino también el pesar de conocer el sufrimiento de aquel hombre que lo miraba con los ojos cristalinos, impaciente, esperando que el hada dijera algo al respecto. ¿Qué es lo que puede decir? Las palabras se quedan cortas ante todo lo que ha vivido Minho, y Jisung no se puede permitir sentir algo como el odio y la furia por alguien que no pidió ser así.

El par de amantes, tienen un sin fin de demonios que les obstaculiza la vida, pero, sobre todo, su relación.

— ¿Llegaste a ver a tu hermano? — preguntó Jisung, moviéndose incómodamente sobre el colchón. Minho negó con la cabeza cómo respuesta.

— La bruja Lee me dijo que lo había... — se le hizo un nudo en la garganta — extrajo partes de su cuerpo para futuros hechizos, después lo incineró. Así que, probablemente me haya consumido a mi propio hermano — de tan solo pensarlo, se le revolvía el estómago con la bilis queriendo salir de su interior.

Nunca lo había pensado hasta ahora, en qué de tantas sustancias extrañas que lo obligaban a consumir, no solo pudo haber contenido a otras personas, sino también a Minhyuk.

Se le escaparon un par de lágrimas e inhaló con dificultad. Minhyuk, ¿Hubieras sido esa persona maravillosa que tanto querías ser? Sin duda que sí. No solo ibas a crecer siendo un gran hijo y hermano, sino también cómo un grandioso esposo y padre, eso no le cabe duda a tu pequeño hermano menor.

Jisung apretó las manos sobre su regazo. Su labio inferior temblaba, pero no se quería permitir soltarse a llorar en ese momento.

— Mi madre me había protegido tanto, que ahora comprendo porque me hizo pasar tanto dolor. Jamás se cansó de buscar a Minhyuk. Incluso cuando parecía una loca paranoica, siempre estuvo haciendo lo posible por recuperar a mi hermano, haciendo lo impensable hasta que, todo lo que realizaba dejó de funcionar. Quiero que esto acabe, pero... — apoyó los codos sobre sus rodillas, hundiendo el rostro entre sus palmas, ocultando el dolor que sentía a Jisung.

— ¿Por qué tu madre te hacía esas cosas?

— La bruja Lee, me dijo que mi madre hacía todas esas cosas para protegernos de ella. Algunos de sus rituales eran para invocarla y enfrentarla. Al final, mi madre hizo inconscientemente un trato con ella, le regresaba a Minhyuk, pero a cambio me llevaba a mí. Cumplió con el trato, a su manera. Asesinó a mi madre a sangre fría — Jisung se estremeció. No le cabía duda cuanta maldad y traición puede albergar un ser viviente. Cómo le puedes destruir la vida a alguien con un chasquido.

El hada se veía con la necesidad de acercarse al mayor, jalarlo de la muñeca y abrazarlo con fuerza, consolarlo cómo si se tratara de un niño pequeño. Por un lado, no le importaba quién o que era, ni que podía hacer o había hecho, solo quería alejarlo de esa tormenta en su interior por un momento, pero no le queda otra opción, más que quedarse sentado observando cómo se hunde en la oscuridad de su pasado, del presente y el temor hacia el futuro.