Seokjin miraba con furia y desagrado la prisión vacía, hecha trizas ante sus ojos. Se temía que eso sucedería, por eso mismo aseguró la zona con sus mejores guardias, pero al final no fueron capaces de hacer lo que se les había ordenado. Ahora Jisung y aquel chico estaban dados a la fuga, otra vez.
— ¡Encuéntrenlos! — ordenó con rabia, caminando por los cristales que crujían bajo su peso, apretando la mandíbula y aguatándose las inmensas ganas que tenía de gritar de frustración.
Los soldados que aún quedaban con vida, se fueron con rapidez, acatando las órdenes del líder.
— L-lo siento mucho, señor Seokjin — Nayeon agachaba la cabeza con arrepentimiento y vergüenza — Es mi culpa, yo dejé a Jisung pasar.
El brujo la miró con repulsión. Levantó la mano en alto, dejándola caer en la mejilla de la joven elfa, encestándole una fuerte bofetada. La chica jadeó, acariciándose inmediatamente la zona adolorida que se teñía de un color carmín.
— ¡Insolente! — escupió — ¡Les dije que no dejaran pasar a absolutamente nadie! ¿Quién te dio el permiso de hacerlo, elfa estúpida?
Nayeon se incorporó, ignorando el ardor que se expandía en su rostro, quería mantenerse firme, y recibir el castigo que le sería encomendado, pues se lo merecía por no cumplir órdenes. El brujo levantaba la mano una vez más para dejarle caer otra bofetada en la mejilla, Nayeon preparándose para recibirla.
— Fui yo — la voz autoritaria de Seungmin, hizo que la mano de Seokjin frenara — Yo le dije que dejara pasar a Jisung.
El brujo dirigió con lentitud la visión hacia Seungmin, enfadándose cada vez más. Seokjin hizo una mueca, guardando sus manos detrás de la espalda, tratando de mantener la calma.
— ¿Por qué? — dijo con amabilidad, pero se le notaba la terrible irritación que sentía a través de su voz — ¿A caso no soy claro con lo que les pido?
— Jisung necesitaba verlo. Estaba desesperado y no podía ver a mi amigo sufriendo.
— ¡Eso no es excusa para sus malditos actos! Solo miren lo que han ocasionado, no tenemos a ninguno de los dos a nuestra merced. Así que más les vale que los encuentren ya mismo, o los mataré.
— Confío en Jisung, y yo sé que él podrá manejar la situación con cabeza — Seokjin negó con la cabeza mientras reía en burla. La mirada intensa cargada de ira, se posó en los dos elfos que lo miraban expectante, quizás con temor, y no iban a negar que lo que hicieron estuvo mal, pero si tienen que obligar a Jisung a despedirse de alguien a quien quiere, es mejor que lo haga de la mejor forma.
— Ya lo veremos — caminó con lentitud alrededor de los pedazos de cristal de la prisión, haciendo lo posible por ese momento no perder el control y hacer trizas al quien sea que esté en su camino, sin importar que sean sus propios ciudadanos — Esto es un juego para ver quien muere primero, el último sobreviviente, es el ganador.
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Y otra vez estaban ahí juntos, sentados al borde la montaña Perdita, mirando el vasto reino que día a día amenaza con separarlos y destruirlos; que piden paz, pero a la par piden guerra, que la idea de que el único guerrero que puede dar batalla, sea quien destruya todo el mal pero que pague la única consecuencia que eso traería a su vida, el profundo dolor y arrepentimiento.
¿Por qué Jisung tiene magia oscura en su interior?, específicamente de la bruja Lee. Es algo extraño que no logra comprender, porque es un poder adherido a él como algo natural, que existe dentro de su núcleo desde bebé. Los dones heredados por su madre, invernaron la gran parte de su vida, logrando despertarlo hace poco e intentando comprenderlos, aunque le sea difícil. Ahora se siente sucio, asqueroso y nauseabundo por estar manchado de energía negra. ¿Qué es lo que está pasando?
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Beauty In Death 》 Minsung
FanfictionEn el reino de Luceat existen todo tipo de criaturas mágicas que viven bajo la protección de la monarquía y viceversa. Entre cada uno de esos seres, existe un hada muy poco común, cohibida por el menosprecio que los demás le dan y encerrada en su bu...