ANDREW
A veces solo necesito descargarme en un par de hojas para estar bien de nuevo. Como si necesitara poner en palabras lo que mi boca no puede hacer. O decir. Es un pensamiento muy contradictorio creer que estoy solo y no estarlo. Es decir, tengo una familia que me ama. Me lo demuestran cada día. Mamá siempre suele ser de esas mamás gallinas que se preocupan por todo y de todo. No tengo hermanos, soy hijo único, así que mis habilidades para hacer amigos apestan. Solo tengo un par, los puedo contar con una sola mano y aun así a mí me basta. Por otro lado, el amor... Siempre he querido encontrar el amor verdadero, pero siento que no es para mí.
La primera vez que abusaron de mí, era solo un niño indefenso que no sabía qué hacer. Me encontré entumecido. Viví mi vida luego de aquel horror en silencio, disfrutando del sonido de la música inundar mis oídos en las cómodas almohadillas de mis audífonos.
Ahora, rebobinemos.
Cuando dije que mi familia me ama, solo me refería a mi madre. Ella es mi única familia. Mi padre es muy imbécil como para mencionarlo, pero aun así lo voy a hacer. Creí que encontraría en él el héroe con el que todos sueñan de niños cuando ven a sus padres hacer cosas increíbles por ellos. Aprendí a la mala que no.
Mi padre es un ser humano normal. Ordinario. Ama a mi madre a su manera. Y supongo que me ama a la suya, pero no es suficiente. Nunca lo es y nunca lo será. Fui lo suficientemente valiente como para contarle acerca de lo que me sucedió. De mi abuso. Creí que sería un héroe, creí que me defendería. Puedes adivinar que no lo hizo, y estás en todo lo correcto. Ni siquiera me creyó. Dijo en contexto que eran putas mentiras y me mandó a mi habitación para que no siguiera difamando al hijo de su querida hermana. Porque sí, fue él que a una edad tan joven, abusó de mí. Yo también lo era, tenía diez años la primera vez que sucedió y ni siquiera pude defenderme. Él era siete años más que yo. No le importó. No tengo corazón o mente suficiente como para relatar aquello. Pero puedo decir que fueron varias veces. Mi niñez fue feliz, hasta que ya no lo fue. A esa edad, a la edad de diez años, quise morirme. Tuve pensamientos suicidas que me llevaron al límite, pero me refugié en la música y eso tuvo un punto de ayuda en mí.
Aquellos abusos desencadenaron problemas en mí. No solo psicológicos, sino también físicos. Nunca fui al doctor, solo lloré encerrado en mi habitación luego de lo que pasó. Y años después, a la edad de dieciocho años desarrollé una enfermedad en mi cuerpo. Es vergonzoso decirlo, pero tenía llagas en mis partes íntimas. Fui al doctor. Me diagnosticó papiloma humano. Vaya mierda, ¿no? No solo desarrollé un trauma interno que me jodía la cabeza, sino también algo fisiológico que me jodía el cuerpo.
A la única persona que culpo, es al violador, mi primo. Y a mi padre, que no me oyó la primera vez que sucedió. "Qué jodida familia", pensarás. Uf, aún no te terminas de enterar. Supongo que él, del hijo de puta de quien estamos hablando, no tuvo suficiente. Siempre fue un drogadicto y se metía en problemas por todo. En su adolescencia, su madre se fue de viaje y dado que no tenía un padre decidió dejarlo en nuestra casa. Allí es donde ocurrió todo. ¿Qué iban a saber mis padres? Si salían temprano a trabajar y no regresaban hasta la noche. Era solo un jodido niño, estaba aterrado, me temblaban las manos cada vez que ellos llegaban y nunca supe cómo enfrentarlos para decirles la verdad. Supongo que algunos padres no son héroes, y no toda la familia te ama. Existe mierda fea en el mundo, sé eso. Lo viví en carne propia. Y es por eso que aprendí a no aferrarme a alguien. Aprendí a vivir solo, a resistir solo. A no esperar que alguien te salve.
Lo cierto es que en el fondo de mi corazón siempre esperé que alguien lo hiciera.
La música ha hecho su parte justa en mí. Siento las letras de las canciones como si fueran mi propia biblia, el manual de cómo vivir. Ella se ha convertido en mi vida, en mi pan del día a día. No funciono sin música. Se ha convertido en una parte mía. Me ayudó a salir de la oscuridad cuando más miedo tenía. Ahora le tengo terror al silencio, tengo miedo de morir solo y sin música a mi alrededor. Se ha convertido en el aire que necesito para respirar, es como una droga. Y no puedo vivir sin ella.
Hay cosas en la vida que requieren ciertos cambios. Yo no. Al fin de cuentas mi rotura, mi parte dañada, es quien me hace ser.
Mi madre jamás se enteró de la verdad. De mi abuso. Y por más que pasen los años, quiero que se quede así. Mi madre es una mujer increíble, pero es sensible y no soportaría una noticia como esa. Por otro lado mi padre..., siempre me ha menospreciado. Nunca creyó en mí. En ninguna jodida cosa que yo le dijera. He crecido todos estos años con resentimiento, con él, con mi familia. Con mi abusador. He canalizado todos esos malos deseos contra ellos para volcarlos al fondo del mar. Porque siempre me repito lo mismo, «no es mi culpa». No lo es.
Quiero creer que mi vida será diferente. Pero he perdido la esperanza de volver a creer. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Pues yo creo que es el amor lo último que se pierde. Porque sin amor, no hay nada.
Conocí a Jeane cuando menos lo esperaba y su luz inundó por completo mi oscuridad. La manera sencilla suya de ser y la locura en su mente me ayudó a espantar a los fantasmas que diariamente me atormentaban y que solo podía ahuyentar con la música. Pausé mis canciones favoritas por escucharla. Si eso no era amor, no sabía qué otra cosa era. En mi corazón, sabía que lo era.
Ella es mi luz, mis estrellas. Mi camino a seguir. Ella es mi guía hacia un mundo mejor en donde nuestro amor es lo único que existe.
Somos el uno para el otro. Ambos congeniamos a la perfección. Somos el yin y el yang, la combinación perfecta. Somos nosotros.
Somos Jeane y Andrew.
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Lo que dure nuestro amor | ✓
Teen FictionAndrew Koltov es enigmático, silencioso y oculta un terrible secreto, Jeane hará todo por ayudarlo. ☽ ☽ ☼ ☾ ☾ Jeane Miller cree que su primer año en la universidad será sencillo, al menos eso es lo que parece cuando se muda de su ciudad natal para...