Fue muy bonito despertar y tener el sol alumbrando la habitación con los rayos matutinos de la mañana. A pesar del otoño, el sol seguía saliendo, pero ya no calentaba como en el verano. Lo que era un gran alivio para mí. El viento de otoño era frío y la calefacción de mi departamento estaba malograda. Aunque suficiente tenía yo con mis mantas para dormir por la noche. Así que subí mi sábanas tapándome del frío matutino. Ni siquiera abrí los ojos cuando sentí un ruido proveniente de afuera, de la calle o donde quiera que fuera viniera, no iba a arruinar mi sueño. Nada iba a hacerlo. Por lo menos no este día.
Anoche no había podido dormir luego de leer y releer las palabras que estaban escritas en la carta enviada por aquel instituto francés otorgándome una beca completa gracias a mis fotografías. También me pidieron un récord de notas de la secundaria y más papeles que debería enviar en las próximas semanas si es que deseaba estudiar el próximo semestre con ellos.
Como aún no tenía respuesta para ello, simplemente doblé los papeles y los guardé bajo un montón de libros prometiéndome a mí misma volver a leerlos cuando tuviera tiempo.
O valentía.
Volví a dormir no sé por cuánto tiempo hasta que el timbre del departamento resonó, asustándome. Me levanté como un resorte y me sobé los ojos, sintiéndome un poco desorientada. Anoche había dejado a Andrew dormir en su casa porque, de nuevo, había tomado sus pastillas para dormir. Según él, necesitaba con urgencia una buena dosis de sueño porque ya no aguantaba más los insomnios. Por supuesto me preocupé, pero antes que pudiera sugerirle ir al psicológico o algún especialista, me dedicó una mirada feroz para que cerrara la boca. Lo cual hice.
Me calcé en mis pantuflas favoritas y arrastré los pies hasta la puerta de entrada. Bostecé intensamente. ¿Quién podría despertarme un sábado por la mañana? ¿Andrew, tal vez? Mi teléfono estaba muerto –sin batería– y no quería buscar el cargador que siempre parecía perderse cuando más lo necesitaba.
—¡Jeane, fe..., feliz cumpleaños! —chilló una voz demasiado conocida para mí. Mi hermanita Alie estaba fuera de mi puerta. Con mis padres detrás. No pude reaccionar rápidamente. Mi hermana se estampó contra mí y me abrazó por un largo rato. Su agarre en mí era mortal. Sonreí cerrando los ojos e inhalando su aroma. La había extrañado como loca. Esta sorpresa era tan hermosa que sólo dejé que el tiempo pasara mientras yo la abrazaba como si hubiera mañana—. Te extrañé mu..., mucho.
La abracé más fuerte. Mi garganta se cerró.
—Yo también, Alie.
Santo cielo.
¿Sería capaz de estar alejada de ella seis meses? Me dolía haberla dejado para venir a la universidad a estudiar, pero por lo menos estaba a una hora de distancia. Si me iba a otro continente, estaría muy lejos y no podría verla tanto como quisiera.
Empecé a dudar sobre irme.
Cuando Alie se alejó noté que el auto de mis padres estaba estacionado justo afuera de mi departamento.
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Lo que dure nuestro amor | ✓
Genç KurguAndrew Koltov es enigmático, silencioso y oculta un terrible secreto, Jeane hará todo por ayudarlo. ☽ ☽ ☼ ☾ ☾ Jeane Miller cree que su primer año en la universidad será sencillo, al menos eso es lo que parece cuando se muda de su ciudad natal para...