Me removí sobre la cama al sentir un cosquilleo en mi espalda. Estaba tendida sobre mi pecho, con la cabeza inclinada en la almohada y las sábanas desordenadas entre mi cuerpo. Abrí los ojos e inmediatamente los cerré al notar que era de mañana. La luz de las ventanas me daba directamente en la cara ya que anoche no las habíamos cerrado.
Podía sentir un leve ardor entre mis piernas y cada uno de mis músculos me dolía como el infierno, aún así extendí mi brazo y toqué el hombro de Andrew.
—¿Puedes parar? —pregunté con la voz ronca por el sueño pero con tono suave. Me estaba haciendo cosquillas pasando sus dedos y labios por mi espalda. Aunque siendo verdad no quería que parara nunca, pero si no lo hacía en cualquier momento saltaría sobre él.
—Buenos días —murmuró tan cerca de mi espalda. Reprimí un siseo al sentir su aliento en mi piel.
Me di media vuelta cubriéndome con las sábanas y lo enfrenté. Andrew estaba a mi lado, con un brazo bajo su cabeza en la almohada y de costado. Su cabello oscuro estaba desordenado, al igual que el mío enredado. Sus ojos mieles brillaban, parecía tan feliz como lo estaba yo. Recordaba cada momento de anoche, y de sólo pensarlo los dedos de mis pies se retorcían.
Había sido maravilloso.
Le sonreí.
—Buenos días —murmuré bajo mi aliento. No quería que se acercara a mí. Era de mañana y quería lavarme los dientes antes de cualquier cosa. Me levanté con rapidez escapando de sus ojos curiosos y tapándome con la sábana para correr hacia el baño. Con una velocidad increíble me lavé los dientes y cogí el enjuague bucal de menta. Una vez que mi boca se sintió fresca, volví a la cama viendo que Andrew no había cambiado de posición. Salté sobre la cama y volví a acomodar las sábanas a nuestro alrededor—. Ahora sí.
Besé sus labios unos cortos segundos. Estaban suaves, incluso sentí el aroma de menta en su lengua. Lo que significaba que había hecho exactamente lo mismo que yo hice minutos atrás.
—¿No tienes clases hoy? —preguntó.
Mi globo se desinfló.
—Sí. —Eché la cabeza atrás. No quería ir a clases, quería quedarme con Andrew todo el tiempo posible. No sabía por cuánto tiempo se quedaría y mi mayor deseo era disfrutar todo lo que pudiéramos—. Pero podría faltar.
—Jeane... —dijo mi nombre como si fuera un papá regañando a su hija. Mis mejillas se calentaron al recordarlo gemir mi nombre anoche. Me crucé de piernas y luego las descrucé, demasiado inquieta como para mantenerlas inmóviles. Andrew parecía consciente de ese hecho, porque me miró como si pudiera leerme la mente. Me atrajo hacia él y yo sin pudor alguno me senté en su regazo. Completamente desnuda. Ni sentí ni un poquito de vergüenza en todo mi cuerpo—. Si vas a faltar, hagamos que merezca la pena.
Me incliné, presionando mis senos sobre su pecho. Mis manos tuvieron mente propia cuando bajaron por su pecho hasta su ombligo, viendo cómo su piel se ponía de gallina. Sonreí.
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Lo que dure nuestro amor | ✓
Teen FictionAndrew Koltov es enigmático, silencioso y oculta un terrible secreto, Jeane hará todo por ayudarlo. ☽ ☽ ☼ ☾ ☾ Jeane Miller cree que su primer año en la universidad será sencillo, al menos eso es lo que parece cuando se muda de su ciudad natal para...