Andrew Koltov es enigmático, silencioso y oculta un terrible secreto, Jeane hará todo por ayudarlo.
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Jeane Miller cree que su primer año en la universidad será sencillo, al menos eso es lo que parece cuando se muda de su ciudad natal para...
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Una de las peores cosas de viajar a otro país por largos seis meses era la difícil decisión de qué ropa llevar. La maleta que había comprado exclusivamente para este viaje era grande, pero no lo suficiente como para llevar lo que necesitaría por seis meses. Había puesto mi closet patas arriba gracias a la colaboración de mis cuatro amigas y su indudable disposición a ayudarme. Al principio habían llorado negándose a dejarme ir por tanto tiempo, pero cuando les aclaré que iría a estudiar lo que más quería gracias a una increíble beca, no hicieron más que gritar de felicidad. Todas ellas estaban contentas de saber que al menos una de nosotras tendría la diversión de irse de intercambio a un país europeo. Y aunque me las quería llevar a todas ellas en la maleta, ni siquiera cabía lo más esencial para mí.
Gracias a Magda y su obsesión por poner todo en escrito, había creado una lista en un papel con todas las cosas más importantes que debía llevar. Había chequeado el clima, la calle en dónde viviría y hasta los buses que me llevarían a la mágica ciudad del amor. Todo aquello nos había emocionado tanto que terminé con una lista tan larga de ropa que tuvimos que volver a empezar, creando otra lista con menos ropa y más espacio en la maleta. Porque vamos, Trisha tenía razón; compraría mil cosas allá. Estaba llevando una pequeña cantidad de dinero que me serviría para sobrevivir en los días que quería hacer turismo, por los demás gastos, esperaba por lo menos que el dinero que recibiría por la beca me bastara.
Una vez que mi maleta estuvo lista y cerrada, ya había pasado todo un día. Mis amigas se habían quedado conmigo desde el desayuno hasta la cena, y como iba a ser nuestra última pijamada juntas antes de irme, decidimos volver a dormir en la sala de mi departamento. Aquella noche nadie durmió. Todas hablábamos a la vez de lo que haría allá y de las cosas que compraría. Todas tenían un pedido para mí y yo esperaba poder recordar y tener dinero para comprarlo. Bien entrada la noche nos pusimos melancólicas. Sin necesidad de alcohol, nos pusimos sentimentales al pensar que no nos veríamos en las fiestas de Navidad ni Año Nuevo, no a menos que yo ahorrara el dinero para volver. Para aquellas fechas los boletos de avión subían y no sabría si me alcanzaría.
Cada una de mis amigas contó lo que sucedía en su vida cuando me cansé de hablar de mí y mi próxima vida en Francia. Magda estaba ensimismada en crear un proyecto para lanzar la revista Orejas de Papel en físico, con ayuda de Joel y otras personas que se habían sumado, esperaban realizarlo para el siguiente semestre. Beth estaba más tranquila y feliz de haberse alejado de su hermana y el mejor amigo de esta; Leo, el chico que la había ilusionado. Ahora ella vivía con Magda. ambas se habían unido bastante y eran casi mejores amigas.
Taís estaba muchísimo más tranquila y con una renovada mente, y corazón. Estaba momentáneamente desilusionada de los hombres y no quería saber nada de novios ni de amigos con derechos. Vivía sus días tranquila, libre del drama de Leo. Por supuesto, este había vuelto a buscarla, pero Trisha me contó con diversión y orgullo cómo Jeremy y Jadel se encargaron de golpear a Leo en cuanto tuvo la desfachatez de ir a la casa de los chicos y buscarla.
