El día lunes mi semana empezó tan mal como puede irle a una joven estudiante de veinte años en la universidad. En la clase de matemáticas al profesor se le ocurrió hacer un examen sorpresa. Como yo estaba en la luna, no literalmente, sino mi mente, reprobé el examen y el profesor me reprendió frente a toda la clase por ser la nota más baja. Un cero tan grande del tamaño de mi cara estaba marcado en la hoja de la prueba.
Así que con mucho valor, pero con la dignidad por el suelo, al finalizar la clase me dirigí a la biblioteca para hablar con la encargada del programa de clases particulares con un tutor. Este método consistía en inscribirme a dicho programa, dependiendo de mi tiempo y necesidades, me conseguirían un tutor acorde para mí. Allí en la biblioteca me recibió una estudiante de penúltimo año muy atenta y amable, y me entregó un correo para mandar mensaje a mi tutor asignado. Así de rápido fue el proceso, porque al parecer, tanto mi tutor como yo estábamos desesperados.
Él por el dinero que cobraría por hora y yo por aprobar el curso de matemáticas. Así que vía correo electrónico me citó para el día siguiente, para el martes en la biblioteca. Yo estaba lista, más que lista para combatir la plaga de ese curso y todas sus maldiciones, pero no estaba preparada para encontrar a Andrew Koltov en una única mesa vacía disponible.
Me acerqué cautelosamente viéndolo con su MacBook teclear en ella. Carraspeé, no sabiendo cómo actuar a su alrededor. Esto me sobrepasaba. No podía creer que "andko890@yahoo.com" fuera él. Andrew.
—Así que eres mi tutor —pronuncié deliberadamente. Estaba sorprendida de verlo allí, pero estaba más que sorprendida al verlo sin sus cascos de audífonos.
Suponía que no podía escuchar música a todo volumen al mismo tiempo que me enseñaba, ¿no?
Él no levantó la cabeza, ni siquiera cuando escuchó mi voz se inmutó.
—Cosas del destino o qué sé yo —dijo de vuelta, en ningún momento dejó de teclear en su laptop.
Apreté mi bolso en el hombro al mismo tiempo que tomaba asiento frente a él. La vista de su laptop me tapaba parte de su rostro. Solo podía ver sus ojos marrones concentrados en la pantalla y su cabello negro ligeramente despeinado. No parecía mínimamente preocupado por mí o por empezar la clase de tutoría.
—Si estás ocupado podemos reprogramar la clase... —empecé, pero me callé cuando me miró y cerró su laptop en el momento que esas palabras salieron de mi boca—. Bueno, eso fue rápido.
De mi bolso saqué mi libro de matemáticas, y con mucha vergüenza, mi prueba reprobada. Había un aspa en cada respuesta mía. Me parecía muy vergonzoso mostrársela, pero era mi tutor, y era su deber revisar en lo que estaba fallando, que era básicamente en todo.
—Tuviste una prueba hoy —comentó mirándola con curiosidad, pero sin burla en su voz. Tampoco se rio al ver mis tontas respuestas o la carita triste que dibujé al lado de mi nombre—. ¿Qué es lo que no entiendes, Miller?
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Lo que dure nuestro amor | ✓
Teen FictionAndrew Koltov es enigmático, silencioso y oculta un terrible secreto, Jeane hará todo por ayudarlo. ☽ ☽ ☼ ☾ ☾ Jeane Miller cree que su primer año en la universidad será sencillo, al menos eso es lo que parece cuando se muda de su ciudad natal para...