Capítulo 52 - Recorriendo la ciudad del amor

11.9K 1.1K 223
                                    

No sabía qué rumbo estábamos tomando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No sabía qué rumbo estábamos tomando. Sólo sabía que Andrew no quería ir a mi apartamento. Estábamos recorriendo las calles adoquinadas de Paris en completo silencio. Desde que dijo que su mami había muerto no habló más. Sólo atinó a decirme con voz ronca que quería caminar. Tomé su mano e hice lo que quería. Caminos tomados de la mano sin rumbo fijo y mirando a las personas pasar mientras mi corazón se derrumbaba. Quería preguntarle mil cosas y quería que me respondiera cada una de mis dudas, pero no hablé. Respeté su decisión de silencio y esperé a que él se abriera a mí.

Cuando tomamos una calle que me parecía conocida lo guíe. Todo esto era nuevo para Andrew, y aunque sabía que él sufría en este momento, quería mostrarle los bonitos lugares que había conocido en las dos semanas que ya vivía aquí.

Andrew me apretó la mano en agradecimiento cuando lo guíe hacia las calles como si tuviera un lugar en mente.

Lo tenía.

Quería llevarlo a la Torre Eiffel. Vagamente recordaba las calles que Jonah, Elliette y yo tomamos el primer día para llegar al magnífico lugar.

Con un poco de incertidumbre de mi parte, logramos llegar hasta la impresionante torre. Ésta estaba llena de personas y turistas tomándose fotografías por doquier. Dejé que Andrew tomara esta vez la decisión de guiarme por la plaza. Caminamos entre las personas hasta la plazuela al centro del gran parque que bordeaba la torre Eiffel. El lugar era hermoso porque había árboles y áreas verdes por donde se mirase. Incluso varias personas estaban recostadas en el césped bajo el sol. Andrew las imitó al elegir un lugar apartado para nosotros y sentándose con las piernas extendidas. Me senté a su lado, en completo silencio. Pero me tomó por sorpresa cuando Andrew tomó mi mano y me giró, haciendo que su pecho estuviera recostado contra mi espalda. Me recosté en él y apreté sus manos, estirando mis piernas al ras con las suyas. No necesitábamos hablar. Nos quedamos en completo silencio mirando desde nuestra pequeña altura la impresionante arquitectura de la torre. Me sentía tan pequeña al lado. Las personas se desesperaban para tomarse fotografías con la torre a sus espaldas, mientras que Andrew y yo estábamos sumidos en un silencio sepulcral. Sólo se oían los murmullos de la gente y los carros pasar.

Sabía que hoy era su cumpleaños, gracias a Joel cuando hablé con él en la noche, pero se sentía tan incorrecto felicitarlo cuando estaba tan triste. Preferí callarme y no decir nada. Por el momento.

Dejé que el silencio entre nosotros y el ruido de fondo de la ciudad fuera lo único que nos rodeara. De nuevo, estábamos en nuestra burbuja, sólo que cada uno estaba sumido en sus propios pensamientos. Ya no estaba aquella conexión en donde ambos estábamos sintiendo al otro. Sólo podía sentir silencio de su parte. Y el silencio entre ambos se extendió hasta que lo sentí removerse detrás de mí. Acomodó su barbilla sobre mi hombro y susurró en mi oído.

—Tenías razón.

—¿Sobre qué? —pregunté con temor a la respuesta.

—Paris es hermoso.

Lo que dure nuestro amor | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora