Andrew Koltov es enigmático, silencioso y oculta un terrible secreto, Jeane hará todo por ayudarlo.
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Jeane Miller cree que su primer año en la universidad será sencillo, al menos eso es lo que parece cuando se muda de su ciudad natal para...
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Salir del estadio fue todo un desafío. La gente empujaba y como todos estaban eufóricos, fue muy lento salir pero pudimos conseguirlo. Yo había llegado con Trisha, Taís y Jeremy, y dado que mi celular había muerto no tenía forma de contactarme con ellos. Y aunque alguien me prestara alguno, no me sabía su teléfono de memoria. En cuanto los tres llegamos al estacionamiento, volteé hacia Koltov en una mirada de súplica.
—¿Puedo cargar mi teléfono en tu camioneta, por favor? —Incluso hice puchero y todo para convencerlo.
Debí haberlo conmovido porque ensanchó los orificios de su nariz como si tratara de calmarse y luego asintió desganado, como si no tuviera otra opción. Caminamos Magda y yo guiadas por Koltov hasta su camioneta negra. Abrió la puerta y me instó a subir del lado pasajero. Magda no tuvo otra opción que sentarse detrás. Dejé mi cámara sobre sobre el tablero de la camioneta y saqué de mi bolsillo el cargador de mi iPhone 4. Koltov me tendió de la guantera el cable para conectarlo y lo hice. La pantalla de mi celular seguía en negro, pero instantes después apareció la carga indicándome que ya podía encenderlo. Cuando lo hice aparecieron varias llamadas perdidas de Koltov, Magda, Jeremy, Taís y Trisha. Todos ellos me habían llamado cuando mi celular decidió morir.
De inmediato llamé a Trisha para indicarle que estaba en el auto de Koltov y me diera la dirección de la fiesta para ir.
—Trisha —dije ni bien cogió la llamada—. ¿Dónde estás? Yo estoy en la camioneta de Andrew, en el estacionamiento.
—¡Jeane, ganamos! —Alejé el celular de mi oreja al oír su intenso grito. Detrás escuché la voz de Jeremy y Taís hablando entusiasmados y con el mismo tono de voz, demasiado alto para mis pobres orejitas—. ¡Uy, estás con Andrew! ¡Vayan a la fiesta! Nosotros iremos con el equipo, Jadel nos llevará en el bus con los demás. Te paso la dirección por mensaje. Nos vemos allí, ¡y ni se te ocurra faltar!
Colgó, y a los pocos segundos recibí un mensaje suyo con la dirección de la fiesta. Magda que estaba en el asiento de atrás me miró cuando extendí mi celular a ella para que lo leyera.
—Querida, Magda, tenemos una misión que cumplir. —Volteé hacia Koltov quien me miraba con sospecha—. ¿Conoces la casa de fraternida...?
—No pienso ir a esa fiesta.
Entrecerré mis ojos.
—No vamos a ir de fiesta, es trabajo. Magda tiene que entrevistar a los jugadores y qué mejor oportunidad que ésta. —Traté de darle mi mejor sonrisa pero no funcionó.
—Bueno —dijo arrancando el motor—, yo las llevo y las dejo allí.
Jadeé, volteando a ver a una triste Magda.
—¿Oíste lo que dijo? —Alzó las cejas, muda. Parecía nerviosa por estar en presencia de Koltov. Quien a estas alturas salía del estacionamiento. Le mostré mi celular cuando hizo una seña preguntándome si ir a la izquierda o derecha. Asintió, para luego girar a la derecha, con la mandíbula apretada—. Tú solo nos quieres dejar a nuestra suerte.