El sábado habíamos quedado para reunirnos Trisha, Jeremy, Taís y yo, por supuesto para estudiar y hacer los trabajos que no hicimos por andar de fiesta el día anterior. Ambas chicas tenían resaca pero un buen café, o mejor dicho muchos de ellos, ayudaron a atravesar su día y ayudarme con las temibles matemáticas. Estábamos en la biblioteca de la universidad, mi lugar favorito desde que recorrí el campus, y no éramos los únicos que tuvimos la idea de hacer tareas aquí. No estaba tan lleno pero sí lo suficiente como para oír de vez en cuando libros siendo cerrados con fuerza, o suspiros frustrados de varios estudiantes. Taís estaba con sus lentes puestos mirando la pantalla de su ordenador, el día de ayer se había puesto lentillas para la fiesta, y a decir verdad le quedaba mucho mejor los lentes. Como si fueran parte de ella y su personalidad. Trisha estaba a su lado, bostezando y leyendo los papeles frente a ella. A mi lado Jeremy se rascaba el cuello mirando los apuntes de sus cuadernos, mientras que yo, trataba de entender el ejercicio que minutos atrás Trisha me había explicado. ¿Era X la que tenía que despejar, o Y? ¿Y por qué teníamos que despejar alguna bendita letra del abecedario? No lo entendía, ¿a quién se le ocurrió combinar letras y números? ¿Estaría bajo los efectos de las drogas o algún alucinógeno?
Cuando los cuchicheos de las chicas de al lado en nuestra larga mesa se hicieron presentes, volteé mi cabeza en esa dirección para ver qué causaba tanto alboroto. Solo vi a Jadel entrando a la biblioteca, con una Macbook bajo su brazo. Nos vio a nosotros y se acercó, sonriendo y mirándome en el proceso.
—Hola, nueva amiga de Trisha que su nombre se parece al pantalón que estoy usando. —Señaló su jean oscuro y yo no pude hacer otra cosa que rodar los ojos, riéndome en voz baja. No quería que la supervisora me callara, suficiente vergüenza tuve en el día cuando Trisha estaba cabeceando y casi se le cayó el café. Su reacción fue tan graciosa que no pude evitar soltar carcajadas estruendosas, la supervisora me calló de prisa y yo tuve que apretar los labios para no reírme.
—Hola, imbécil hermano de Trisha que ayer me enseñó a jugar beer pong y casi ganó, por lo tanto no tan imbécil. —Su carcajada no se hizo esperar, dejó su laptop a mi lado y saludó a su hermana, con un beso en su cabeza haciéndola sacudirse. Miró a Jeremy y luego a Taís, saludándolos con una breve inclinación de cabeza.
—¿Qué haces aquí? —preguntó Trisha mirando a su hermano. Jadel se encogió de hombros mientras se dejaba caer en el asiento a mi lado. Ordené los papeles desperdigados para que tuviera más espacio en la mesa.
—¿Qué, no puedo venir a estudiar con mi hermanita?
—En la fraternidad tienen una biblioteca —señaló ella.
A su lado Taís la codeó. Jeremy suspiró. Pero no era un suspiro tranquilo, sino uno de molestia, como si estuviera fastidiado.
—En serio quiero estudiar, chicos —dijo sin levantar la cabeza. Trisha lo miró y por un momento me pareció ver tristeza en la forma en cómo lo miraba.
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Lo que dure nuestro amor | ✓
Teen FictionAndrew Koltov es enigmático, silencioso y oculta un terrible secreto, Jeane hará todo por ayudarlo. ☽ ☽ ☼ ☾ ☾ Jeane Miller cree que su primer año en la universidad será sencillo, al menos eso es lo que parece cuando se muda de su ciudad natal para...