Capítulo 23: Lori

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Semanas después...

—¿Kara? —Preguntaron Alura y Eliza impresionados al ver a la rubia llegar hasta el comedor luciendo cansada.

—¿Qué te pasó, mi niña? —Alura acariciaba el cabello de su hija y miraba algo preocupada a Eliza.

—Lena tenía antojo de una fruta, pero aún no están en cosecha aquí en Krypton... —Empezó a contar soltando un bostezo. —Entonces fui a Daxam.

—¿Cabalgaste a Daxam toda la noche? —Eliza abrió la boca.

—No, no... —Kara rascó sus ojos y las dos mujeres la miraron con ternura. —Tomé uno de los prototipos de Lena. —Kara sonrió. —Ella es genial, ¿sabían? Es tan brillante y todo lo que hace es brillante...

Eliza y Alura no podían evitar derretirse de ternura al ver a la reina de Krypton hablar así de su esposa.

—Entonces llegué a Daxam en la mitad del tiempo y traje la fruta de Lena, pero le hizo daño y empezó a vomitar... —Kara seguía relatando. —Y me quedé toda la noche cuidándola, por si necesitaba algo.

—¿Cómo sigue Lena? —Alura seguía acariciando el cabello de su hija.

—Logró quedarse dormida, así que yo aproveché para comer algo y llevarle algo también. —Kara volvió a quedarse dormida sobre la mesa.

—Traigan un buen desayuno para las reinas, frutas y buena bebida, por favor. —Pidió Alura a los trabajadores y siguió acariciando el cabello de su dormida hija.

—Kara será una buena madre, ¿cierto? —Eliza sonrió a Alura quien asentía.

—Ambas serán unas increíbles madres. —Concordó Alura mientras uno de los mayordomos se acercaba.

—La reina Lena acaba de despertar y pregunta por su majestad. —Informó y Kara levantó la cabeza.

—¿Lena? ¿Está bien? —Preguntó colocándose de pie.

—Sí, su majestad. —El hombre hizo una reverencia. —Solo solicita su presencia porque... porque la extraña. —Kara se sonrojó y sus dos madres empezaron a reír.

—Será mejor que subas, pequeña, lo peor que puedes hacerle a una embarazada es decirle que no. —Aconsejó Eliza y Kara asintió.

—El desayuno estará pronto. —Continuó Alura mientras Kara subía a su habitación.

—¿Dónde estabas, mi sol? —Lena se abrazó a su esposa al verla llegar.

—Estaba en el comedor pidiendo algo de desayuno para ti, vomitaste mucho y debes estar hambrienta. —Kara acarició el rostro de su esposa con ternura.

—Mi sol... —Lena la examinó con sus hermosos ojos verdes que hacían estremecer a Kara. —Te ves muy cansada, lo siento tanto.

—No tengo nada que disculparte, mi reina.

—Por mi culpa no has dormido bien y tienes compromisos importantes. 

—Tú eres más importante que cualquier cosa. —Kara le robó un beso a su esposa. —Y si tengo que ir hasta el último rincón del universo solo para complacerte, créeme que lo haré.

—Te amo tanto. —Susurró la ojiverde dándole un beso en los labios, la puerta sonó y Lena recibió el desayuno. —Es mi turno de consentirte, mi sol, túmbate en la cama. —Kara sonrió e hizo lo pedido. Ambas se sentaron en la cama y empezaron a comer.

—¿Te sientes mejor?

—Mucho, tus atenciones me hacen sentir mejor. —Lena empezó a darle de comer a su esposa mientras Kara observaba con adoración el vientre abultado de la ojiverde.

—¿Qué crees que sea, mi reina?

—¿Qué quieres que sea?

—Una niña como tú. —Kara le sonrió. —Con tu ceja somete reinos, tu cabello negro y tus hermosos ojos verdes. —Lena soltó una risa.

—Prefiero que tenga tus ojos, mi sol. —Lena miró fijamente los brillantes ojos azules de Kara y mordió sus labios ante la deslumbrante sonrisa que Kara le regaló. —Definitivamente quiero que tenga tu sonrisa. Ojalá los genes Zor-El ganen.

—¿Cómo te gustaría llamarla?

—Lorelai... Lori.

—Lori Luthor Zor-El.

—¿Quieres que lleve mi apellido primero? —Lena no pudo evitar ocultar su sorpresa y Kara sonrió.

—El apellido que lleve primero no importa, es nuestra y tendrá lo mejor de ambas. —La rubia siguió acariciando el vientre de su esposa y se acercó para darle un suave beso cerca a su ombligo. —Serás la princesa más amada de todo el universo.

—¿Crees que nazca igual que tu? —Ambas mujeres se miraron unos segundos y Kara mordió su labio.

—¿Te molestaría?

—Por supuesto que no. —Lena negó rápidamente. —La haría tan especial como tú.

—Ya quiero conocerla. —La reina empezó a besar el vientre de su esposa. —Ya quiero que salgas, mi linda Lori, y quiero verte empezar a someter reinos con tu ceja.

Lena soltó una carcajada y acarició el rostro de su esposa quien se encontraba sonriendo.

—Te amo, Kara. Te amo más que a nada en el mundo.

—Yo te amo mucho más, Lena, más de lo que alguien podría amar a otro alguien.

Ambas mujeres se acercaron y se dieron un profundo beso antes de volver a acostarse en la cama.

—¿Cómo volviste tan rápido de Daxam, mi sol? —Preguntó Lena acariciando el brazo de su esposa.

—Utilicé uno de tus autos. —Lena abrió los ojos y se levantó para mirar mejor a la rubia.

—¿Enserio? ¿Qué te pareció?

—Eres una genio, mi amor, es de las mejores cosas que he visto en mi vida. —Respondió Kara con emoción. —Vas a cambiarnos la vida.

—No puedes darme todo el crédito, mi sol. —La ojiverde se sonrojó ante los cumplidos de su rubia.

—Fue tu idea la hiciste realidad. —Kara le dio varios besos en el rostro. —Eres maravillosa, mi reina. Te admiro demasiado.

Lena se lanzó a los brazos de su esposa y le dio un enorme beso en los labios con una sonrisa.

—Gracias por creer en mi.



Feliz navidad y año nuevo para cada uno de ustedes. Gracias por su apoyo ♥️

La Heredera del Sol (AU SUPERCORP) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora