Capítulo final parte 3: Alex y Sam

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Alex había conservado su mala cara durante casi toda la tarde. Ella no era una mujer muy celosa, no como su hermana Kara, pero esta vez si sentía la vena de los celos a punto de estallar.

Samantha Arias era el amor de su vida, esa castaña preciosa podría tener a cualquiera a sus pies y eso... eso era lo que la tenía ardiendo de celos.

—¿Mamá? —Ruby llamó la atención de su madre. —¿Por qué parece que quieres matar a alguien?

—Porque sí quiero matar a alguien. —Contestó volviendo a fijar su mirada en aquello que la estaba atormentando. Ruby se acercó y pudo ver por fin lo que le pasaba a su madre.

Su mami Sam estaba atendiendo a uno de los nuevos cancilleres del reino de su tío y, obviamente, aquel hombre estaba encantado con ella.

—¿Si sabes qué está casada contigo? —Ruby sonrió al ver los celos de su otra madre.

—Pues al parecer no lo he dejado lo suficientemente claro. —Alex gruñó. —¿Qué se cree? ¿Qué hace tu madre sonriéndole tanto?

—Es su trabajo, mamá.

—Su trabajo es ser la mejor y darle dinero al reino de tu tío, no darle sonrisitas a ese idiota. —Ruby volvió a sonreír dándole palmadas en la espalda a su madre.

—Cuidado con tus impulsos, no quiero verte dormir en el hospital.

—No prometo nada.

Ruby volvió a sonreír y dejó a su madre con sus celos. Alex suspiró y decidió ir hacia su esposa para dejarle claro de una buena vez a ese imbécil quien era quien.

—Tu hermano debió ponerte como ministra de belleza... —Alcanzó a escuchar Alex y apretó sus puños.

—De no ser por Sam, ese lujoso auto de ahí solo lo tendrías en tus sueños. —Soltó sin poder evitarlo, tomando la cintura de su esposa.

—¿Amor? —Sam abrió sus ojos impresionada. Alex tenía su mirada llena de odio.

—¿Quién eres? —Preguntó el chico frunciendo el ceño al ver el agarre de Alex.

—La esposa de la mujer con la que estás coqueteando. —Lo miró mal unos segundos y después miró a su esposa. —Llevas mucho tiempo en esta reunión, ¿ya trataste los temas importantes?

—Sammy iba a mostrarme el castillo.

Sam cerró sus ojos intentando no encontrarse con la mirada destructiva que su esposa debía estarle dando al canciller.

—"Sammy" no es guía turística, el castillo te asignará una que estará encantada de contarte la historia de cada piedra con la que fue hecho.

—¿Quién te crees tu para hablarme así?

—La mano derecha de las reinas de esta nación, miembro del consejo real, directora general de la organización médica de Krypton... y la esposa de esta mujer. —Alex se llevó a Samantha lejos de aquel tipo y solo cuando estuvieron lo más alejadas, la soltó.

—Al... cálmate. —Pidió Samantha intentando tocar a su esposa pero esta se alejó. La castaña sintió un dolor inexplicable. —Alex...

—¿Mostrarle el castillo? ¿Desde cuándo los temas comerciales de tu reino se tratan dando un paseo? —Alex giró a verla con los brazos cruzados.

—Solo quería ser amable.

—Y gracias a eso, el idiota de allí te estaba coqueteando.

—Te estás pasando con tus celos, Alexandra.

—¡Oh, disculpa! ¿Te ofendió que le dijera idiota a tu amiguito? Debí dejarte ahí dándole sonrisitas.

—¡Rao! No voy a hablar contigo mientras te comportas como una imbécil. —Sam empezó a alejarse de Alex con algunas lágrimas en sus ojos.

La Heredera del Sol (AU SUPERCORP) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora