Capítulo 33: La cena

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—Puedo preguntar... ¿Por qué invitaste a esa chica al castillo? —Kara entrelazó su mano con la de su esposa mientras caminaban hacia el comedor.

—Porque debes mantener a tus enemigos muy, muy cerca. —Lena sonrió al escuchar la risa de su esposa. —Solo quería ayudar a Lori, siempre que intenta avanzar, retrocede.

—Rubia tenía que ser. —Ellen pasó al lado de sus madres.

—¡Oye! —Kara abrió su boca indignada y miró mal a su hija menor mientras le acercaba la silla a su esposa. —Yo no retrocedí con tu madre, nunca.

—Utilizó su título en mi contra. —Acusó Lena y Ellen abrió su boca impresionada.

—¡¿Cómo te atreviste, madre?!

—¡Ya me disculpé por eso! —Kara hizo un puchero y ambas pelinegras no se pudieron resistir y la llenaron de besos.

El momento terminó cuando Lori apareció junto a Selene quien se notaba más nerviosa que la rubia pero de vez en cuando revisaba su labio roto.

—No la pongas nerviosa, mi reina.

—¿Yo? —Lena miró ofendida a su esposa. —¿Qué te hace pensar eso?

—¿Enserio quieres hablar de eso? —Lena bufó y Kara solo sonrió acercándose a su hija.

—Bienvenida, Selene. Espero que te sientas cómoda y disfrutes la cena.

—Muchas gracias por su invitación, reina Kara. —La pelirroja hizo una pequeña reverencia.

—Eres bienvenida, por favor siéntate.  —Lori guió a Selene hacia una silla a su lado y la acomodó para que se sentara.

—¿Dónde está el resto de la familia, mamá? —Preguntó Lori tomando asiento e ignorando las miradas burlonas de su hermana.

—No tardan en llegar. —Kara respondió y al instante llegaron los demás miembros de la familia.

—No podía perderme esta cena. —Mon-El sonrió con picardia mirando a Lori y a la pelirroja. —Soy Mon-El y estoy para servirte. —Se acercó a la pelirroja, hizo una pequeña reverencia y le sonrió.

Selene no entendía nada.

—¿Entonces eres tu? —Alura se acercó también y tomó con dulzura las manos de la pelirroja. —¿Cuál es tu nombre?

—Selene. —Contestó la chica rápidamente sintiéndose algo nerviosa.

Lori notó aquello y se levantó.

—Familia por favor, no incomodemos a nuestra invitada. —Pidió apartando a su abuela de Selene.

—¿Qué te ocurrió en el labio, Lorelai? —Eliza tomó el rostro de la rubia. —¿Estás siguiendo los mismos pasos de tu madre?

—¿Por qué siempre que regañan a Lori me terminan regañando a mi? —Kara frunció el ceño.

—Está siguiendo tus mismos pasos, así que es tu culpa que Lori sea una rubia tonta. —Respondió Alex haciendo reír a todos en la mesa.

—¡Oigan! —Kara se cruzó de brazos. —Aún soy la reina.

—¡Y yo la heredera! —Lori también se cruzó de brazos. —¡Podemos enviarlos al calabozo! —Dijeron ambas rubias y la mesa volvió a estallar en risas.

—No me respetan. —Kara bufó haciendo un puchero.

—Me convertiré en una tirana.

—No, no lo harás. —Dijeron Lena y Selene al mismo tiempo. Todas las miradas fueron hacia la pelirroja y su rostro tomó el mismo tono que su cabello.

La comida fue servida y después de que todos tuvieran sus platos, empezaron a comer en medio de charlas triviales.

—¿Entonces eres pariente de la costurera, Selene? —Alex inició otra conversación y la chica asintió rápidamente.

—Es mi tía.

—Ella ha hecho los vestidos de esta familia desde hace años. —Comentó Alura sonriendo. —Hizo la primera capa real de Lori, se veía muy adorable.

—Hasta que se tropezó con ella y cayó. —Alex hizo el comentario y Lori se sonrojó mientras todos se burlaban de ella.

—Pero te veías hermosa, mi rayo de sol. —Lena le guiñó un ojo a su hija.

—¿De dónde vienes, Selene? —Mon-El terminaba de limpiarse las lágrimas y volvía a centrar la conversación.

—Un pueblo algo lejano de aquí. Lismary.  —Respondió mirando a todos en la mesa.

—Creo que fui alguna vez. Sus tabernas son geniales.

—No puede haber taberna en el mundo que Mon-El no conozca. —Sam rodó los ojos y el castaño la miró ofendido.

—Lori le hace competencia. —Ruby se incluyó en la conversación. —Conoce todas las tabernas de Krypton.

—¡Eso no es verdad! —La mini rubia protestó.

—Creí que ese puesto le pertenecía a Kara. —Todos miraron a la reina que se dejaba limpiar algo de suciedad por su esposa.

—Afortunadamente ya no. —Comentó Lena y después miró a su hija. —Y espero que tampoco tú, Lorelai.

—No sé de que hablas, madre.

—Habla de tus días como compañera de aventuras con Mon-El. —Ellen no iba a desaprovechar la oportunidad de molestar a su hermana.

—Que buenos tiempos esos, Lori. Tu y yo juntos de cacería. —La rubia asintió con una pequeña sonrisa ante las palabras de Mon-El, pero al girar su cabeza se encontró con la ceja de la chica que tanto le gustaba.

Todo el comedor quedó en silencio. Kara tembló ligeramente en su lugar, Alex abrió su boca sorprendida, Sam hacía unas muecas de impresión, Ellen sonreía orgullosa y Lena la miraba con satisfacción.

No lo hacía nada mal.





(...)




—Lamento mucho si mi familia te incomodó. —Lori se acercaba a la chica quien miraba con tranquilidad el jardín.

—Es bastante curiosa, pensé que serían más refinados y silenciosos. —Selene sonrió. —No son para nada lo que pensé.

—Respecto a lo de mi tío Mon-El...

—¿Tus pequeñas aventuras? —Interrumpió con algo de molestia. —¿Por qué dejaste de hacerlo?

—Bueno... —La rubia hizo una mueca. —Me di cuenta que una futura reina no debía tener esa reputación.

—¿Solo eso? —Lori vaciló unos instantes pero finalmente habló.

—También porque conocí a alguien y... ya nadie podía llamarme la atención como ella.

—¿Ella?

Selene miró los ojos verdes de la rubia, su rostro con algunos golpes pero igual de hermoso y su labio roto. No podía seguir reprimiendo aquellas ganas tan insufribles de probar sus labios, así que tomó suavemente su rostro y se acercó plantando un delicado beso en los lastimados labios de la chica.

Fue corto, pero suficiente para empezar.

—Creo que a "ella" también le llamas mucho la atención. 

La Heredera del Sol (AU SUPERCORP) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora