Capítulo Final parte 4: La boda, perspectiva de las reinas

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Lena observaba con adoración como su esposa terminaba de arreglar su capa color rojo, estuvo admirándola unos largos segundos hasta que aquellos hermosos ojos azules se encontraron con los suyos.

—¿Me veo bien? —Preguntó la rubia girando a verla.

—Es imposible que no te veas bien, mi sol. —Lena sonrió y se acercó a ella para colocarle la corona en la cabeza. —Ahora estás completamente perfecta.

—Nadie se compara a ti. —Kara tomó la mano de su esposa y la besó sin despegar su mirada. —¿Cómo te sientes?

—Estoy bien, mi sol... Ya me resigné. —Lena sonrió al escuchar la risa de su esposa y envolvió sus brazos en su cintura.

—Estará en buenas manos.

Ese día era la boda de Lori y Selene, y a pesar de que toda la familia quería simplemente compartir un momento de felicidad, había que seguir un protocolo y eso significaba; invitados de todas partes que nunca habían visto, llevar vestidos, capas y coronas.
No era del todo malo, su esposa siempre iba a verse perfecta con sus trajes reales.

—¡Rao! El título de reina te queda demasiado corto. —Comentó Kara admirándola con una sonrisa.

—¿Me veo bien? —Lena giró sobre si misma y después sonrió con algo de timidez.

—Eres mi mayor orgullo, Lena Luthor. —Kara también acomodó la corona que descansaba en la cabeza de su esposa.

—Pensé que tu mayor orgullo eran nuestras hijas. —Lena volvió a abrazarse a la cintura de Kara y sonrió cuando sintió un beso sobre su cabeza.

—Lo son, pero sin ti no las tendría a ellas y... No tendría nada de lo que tengo ahora de no ser por ti, mi reina. Me hiciste ser la mejor versión de mi misma y también hiciste de Krypton el mejor lugar para vivir.

Lena solo se abrazó al fuerte torso de su esposa. Se sentía algo extraña siempre que le daban tanto mérito por los buenos años que Krypton tenía y sigue teniendo.

—No me des tanto crédito, mi sol, no fui yo sola.

—Fuiste el cerebro de todo, tuviste la iniciativa... Te debemos tanto, mi amor, habrán estatuas, libros y hasta días en honor a ti, te lo aseguro.

—Te amo tanto. —La ojiverde se acercó a su esposa y le plantó un pequeño beso en los labios. —Vamos a la boda de mi pequeño rayo de sol. —Dijo con un resoplido de resignación haciendo reír a la rubia. —No te burles tanto, ya quiero verte  cuando Ellen se case con Ruby.

Kara paró de reírse y frunció el ceño.

—Es muy pronto para que se case.

—No, no lo es.

—Lo es. —La rubia gruñó.

—No vas a poder evitarlo, Kara Zor-El.

—Aún soy la reina, crearé una ley que prohíba que Ellen Zor-El Luthor se case antes de los 40.

—Yo también soy la reina así que no permitiré esa ley. —Ambas reinas salieron de su habitación y empezaron a caminar hacia el gran salón donde se llevará a cabo la ceremonia.

—Eres mi esposa, debes apoyarme, no ir en contra mía. —Kara se cruzó de brazos molesta pero un beso en la mejilla de parte de su esposa y ya se calmó. —De acuerdo, permitiré la boda.

Lena rodó los ojos. ¿Así se vería ella cuando la palabra "matrimonio" y "Lori" estaban en la misma oración?

Los invitados ya estaban llegando pero no iban a convivir con ninguno de ellos por ahora. Se encontraron con la familia quienes vestían las mejores prendas que podían tener para la ocasión.

—Me va a dar algo. —Susurró Lena al ver a su pequeña rubia con su traje color azul y rojo. Sus cabellos dorados estaban adornados con algunos girasoles pequeños, elección de Lori, y su rostro estaba cubierto por una ligera capa de maquillaje.

—Mami... —Lori vio a su ojiverde madre y sus ojos se iluminaron antes de lanzarse a abrazarla. —Estás preciosa.

—Tu también lo estás, mi rayo de sol. Que suerte tiene Selene al casarse contigo.

—Estoy asustada. —Susurró Lori y Lena solo la abrazó más fuerte. —Quiero ser una buena esposa y madre, ella se lo merece.

—Lo serás, mi niña, vas a ser la mejor de todas. —Lori asintió respirando hondo y después miró a su madre Kara para después abrazarla.

—¿Algún consejo? —Ambas rubias se miraron y Kara le dio un beso en la cabeza a su hija mayor.

—Dile que la amas y demuestraselo. Recuerda que amar es una decisión de todos los días y no creas que porque se casó contigo no debes seguir conquistándola, trátala como si fuera el primer día. —Lori asintió ante las palabras de su madre y volvió a abrazarla. —Y no le lleves la contraria, mucho menos embarazada. —Le susurró lo último sonriéndole después a su esposa quien las miraba de forma sospechosa.

—Llegó la hora. —Anunció J'onn quien oficiaria la ceremonia

Lori respiró hondo y se acercó a la joya de la verdad a esperar a su futura esposa.

Kara veía a su hija mayor con una sonrisa, entendía lo que estaba pasando por su mente en ese momento. Sabía porqué la corona le pesaba y que no podía quedarse quieta.

Lo sabía porque ella se sintió así cuando iba a casarse con Lena.

Recordaba ese momento con tanta claridad que a veces sentía que estaba allí nuevamente. Los nervios, la ansiedad, la felicidad, la responsabilidad de darle la vida que merecía a su esposa.
Cuando vio a Selene caminar con aquel hermoso vestido que ella misma había diseñado, rápidamente recordó cuando Lena era quien caminaba hacia ella, con ese hermoso vestido rojo.
Cuando vio los ojos lagrimosos de su hija mayor, recordó cuando ella misma quería llorar, agradecida con la vida y con Lena por haberla escogido.
Cuando escuchó el juramento y los votos que ambas se decían, recordó cuando su esposa y ella desnudaron su corazón ante muchas personas para confesarse su amor y prometer cuidarlo.

—¿Estás bien, mi sol? —Preguntó Lena cuando vio a su hija y su nueva esposa darse el beso que sellaba su unión.

—Solo estaba recordando cuando éramos nosotras las que estábamos ahí. Fue de los mejores días de mi vida.

—¿Cuáles otros has tenido? —Lena acomodó la chaqueta de su esposa y se perdió en esos azules ojos que tanto amaba.

—Todos los días desde que me casé contigo, han sido los mejores de mi vida. —Kara le sonrió a su esposa quien sintió derretirse ante las palabras que había dicho. Lena la amaba, todos los días reafirmaba aquello.

—¡Rao! Eres el amor de mi vida. —Lena le dio un corto beso en los labios a su esposa. —Solo deseo que Lori y Selene se amen de la misma forma que tu y yo.

—Van por buen camino, mi reina. —Kara abrazó nuevamente a su esposa y sonrió al ver a su hija y su nueva esposa.

Lena solo vio a su pequeño rayo de sol sonriendo y con aquel brillo en sus ojos que tanto conocía.

Y supo que todo iba a estar bien.

La Heredera del Sol (AU SUPERCORP) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora