Capítulo Final parte 1: Lori y Selene

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—¿Lori? —Susurró Selene cuando escuchó como la ventana de su habitación se abría.

—Buenas noches, amor de mi vida. —La rubia menor sonrió acercándose a su prometida, pero después hizo un puchero al estilo Zor-El. —No voy a poder dormir sin ti.

—Yo tampoco, mi amor. —Selene le dio un beso en los labios y la abrazó. —Solo será esta noche, ¿si?

—De acuerdo, porque después tendrás que aguantarme tooodas las noches de tu vida. —Lori volvió a acercarse a su prometida y le dio otro beso. —Ahora si me disculpas, voy a hablar con nuestro pequeño.

—Todo tuyo. —Selene se acostó en la cama y levantó su camisa dejando su abdomen descubierto, tenía apenas unas tres semanas.

—Hola mi pequeño girasol, se que estás muy chiquito para entenderme o saber siquiera donde estás, pero quiero que sepas que te amo y que espero que cuides de tu mami esta noche... —Lori dio un beso en el abdomen y continuó. —Es que la rara de tu tía inventó una regla de que los que van a casarse no deben verse en la noche previa al matrimonio. —Lori bufó y Selene solo soltó una risa. —Pero tu madre es algo rebelde y aquí estoy, antes de mi despedida de soltera definitiva con el tío Mon-El... ¡Ay! —Lori miró mal a su prometida quien le había dado una palmada en el hombro.

—Te lo ganaste.

—¿Te importa? Estoy teniendo una conversación privada aquí. —La rubia le sacó la lengua y Selene rodó los ojos. —Bueno, no iré a una despedida de soltera porque tu otra madre es una celosa... De todas formas el único lugar donde quiero estar en este momento, es aquí; con tu madre y contigo.

—Te amo tanto. —Susurró Selene acariciando el cabello rubio de su prometida. —Ya quiero casarme contigo.

—Deberíamos casarnos ya... tú y yo.

—No creo que sea prudente cancelar una ceremonia que lleva planeándose hace meses.

—Mañana tendremos que seguir muchos protocolos... —Lori suspiró y se levantó de la cama. —Ven aquí. —Tomó las manos de Selene y la llevó hasta la ventana. —¿Recuerdas lo que te dije cuando pregunté si me dejabas ser tu novia?

Selene sonrió mirando los girasoles que su chica había pedido plantar para ella.

—Dijiste que querías darme girasoles todos los días así como tu madre Kara a tu mami Lena. —Lori sonrió acariciando el anillo de la casa de El que descansaba en el dedo de su chica.

—Yo, Lorelai Zor-El Luthor, princesa heredera de Krypton... —Ambas soltaron una risita, estaban siguiendo el protocolo de su boda de mañana. —Quiero que sepas que no habrá día en el que no te diga que te amo; no pasará un segundo de tu vida sin que sepas y sientas que eres lo mejor que me ha pasado, que gritaré a los cuatro vientos, hasta quedarme sin garganta, que eres el amor de mi vida... —Lori se acercó y tomó de la cintura a su pelirroja quien tenía lágrimas en sus ojos. Las hormonas actuando. —Prometo que te haré sentir la mujer más amada y deseada de todo el universo; que mis manos no van a tocar otro cuerpo que no sea el tuyo, ni mis labios besarán otros diferentes a los tuyos, prometo tratarte como la reina que eres y serás, hasta el día que muera. —La rubia volvió a acercarse al oído de su prometida y susurró traviesamente. —También prometo darte los orgasmos más deliciosos, que tus lágrimas solo sean de placer y... que tus gemidos solo digan mi nombre. Te amo, hoy y siempre.

Selene soltó un suspiro pesado sintiendo su cuerpo temblar, pero respiró hondo y apretó las manos de su prometida.

—Yo, Selene Renth, futura reina consorte de Krypton... Prometo hacerte feliz cada día de tu vida; ser el lugar seguro al que quieres llegar después de un día malo y ser la persona con la que quieres estar en un día bueno. —La pelirroja sonrió ampliamente. —Prometo decirte y demostrarte lo mucho que te amo, consentirte como la princesa de mamá que eres, desearte y adorarte como si no hubiera un mañana. —Lori la miró con ojos brillosos y Selene intentó tragarse las lágrimas. —Mis labios no anhelarán otros que no sean los tuyos, mi cuerpo solo querrá ser tocado por ti y mi corazón solo latirá para ti, hasta el día en que muera. —Selene también dejó escapar una sonrisa coqueta y se inclinó mordiendo la oreja de su rubia. —Prometo que mi cuerpo solo va a desearte a ti; que mis manos siempre estarán dispuesta a arañarte la espalda, mis gemidos solo tendrán tu nombre y... solo tu podrás sentir el calor de mi vagina envolviendo tu miembro. Para siempre. —Finalizó disfrutando como los verdes ojos de su rubia se volvían oscuros.

—¿Aceptas ser mi esposa? —Preguntó Lori con el deseo palpable en su voz.

—Sí, hoy, mañana... siempre será un si. —¿Tú aceptas ser mi esposa?

—Todos los días de mi vida voy a aceptar ser tu esposa. —Contestó rodeando su cintura. —Bajo la bendición de Rao y las estrellas...

—Nos declaro recién casadas. —Terminó Selene antes de lanzarse a besar los labios de su esposa con desesperación.

Lori empezó a quitar la ropa de su esposa y soltó un suspiro de satisfacción al verla desnuda. Al poco tiempo, la rubia también se encontraba sin ropa y con su miembro muy dispuesto para entrar en su lugar favorito. Lori besó y chupó los pechos de su esposa a su antojo mientras Selene dejaba algunas caricias en su miembro y mientras Lori volvía a subir para besar sus labios, la pelirroja empezaba a moverse con algo de desesperación.

—Amor... —Susurró Selene mirando esos ojos verdes que tanto amaba. —Entra, hazme tuya.

Lori no pudo evitar el gemido que se apoderó de su garganta cuando escuchó eso. La rubia era un amor todo el tiempo, el ser más dulce y delicado que podría existir. Pero en el sexo... Lori olvidaba los buenos modales y se transformaba en una salvaje adicta al sexo.
Selene lo sabía de primera mano, cuando su tierna rubia apretaba más fuerte su cintura, cuando soltaba pequeños gruñidos y... ¡Oh! Cuando entraba en ella con algo de desesperación.

—Te sientes muy, muy bien. —Susurró con voz ronca empezando a mover sus caderas como sabía que le gustaba a su pelirroja.

—R-Rao... L-Lor ¡Ah! —Selene empezó a morderse el labio con algo de fuerza al sentir como su esposa llegaba al punto correcto.

—¿Te gusta así? —Susurró la rubia en el oído de su esposa, mordiéndolo después. —¿Te gusta qué te lo haga así?

—S-Sí... ¡Ah! Mierda, Lorelai. —Selene casi gritó cuando su esposa hizo presión en su cuello, manteniendo el ritmo fuerte en sus embestidas.

—Gime mi nombre otra vez, quiero que te vengas gimiendo mi nombre. —La rubia estaba conteniéndose para no venirse sin esperar a su esposa.

—L-Lo... Lo-relai... ¡Mierda, no pares! —Exclamó como pudo mientras sentía su cuerpo temblar. Se aferró al brazo que aún ejercía presión en su cuello y soltó un fuerte gemido diciendo el nombre de su esposa con algo de dificultad.

Lori tampoco tardó en venirse, sus brazos temblaron y se escondió entre los pechos de su esposa mientras sentía su orgasmo y gemía.

—¡Eres maravillosa, Rao! No me canso de ti. —Murmuró la princesa dejando besos por todo el pecho de la pelirroja. —Maravillosa y mía, muy mía.

—Muy tuya. —Selene soltó una pequeña risa y acarició los suaves cabellos de su chica. —Me encantas, eres mi mejor elección.

—No te vas a arrepentir de haberlo hecho. —Lori le dio un beso en los labios y las arropó.

La Heredera del Sol (AU SUPERCORP) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora