—No, no conozco a su hija, de hecho, es la primera vez que la veo —Carla hace silencio—. Además, apenas se le puede ver el rostro.
—Entonces. ¿Por qué la observas así de manera?
—¿De qué manera la observo? —la más joven mira a la señora extrañada.
—Con dolor —la intensidad en la mirada de Carla aumenta al escuchar la respuesta de su acompañante, sus ojos verdes muestran confusión ante la mirada triste de aquella mujer. Sus ojos grises la envuelven por unos segundos de tal manera que la empiezan a desconcertar.
—Créame, lo menos que siento es dolor por cómo se encuentra su hija, todo lo contrario —separa las miradas, la gemela no soporta que la analicen y la edad de la mujer que está a su lado le hace dudar, tanta experiencia mostrada, es como para resguardarse todo lo que lleva encima y ha guardado dentro de sí misma.
—Raro que no la conozcas —la señora Angela ignora el comentario de la chica, sabe que hay otra persona fallecida por causa del accidente y no quiere preocuparse, no por el momento, por algún familiar de esa persona, buscando información sobre su hija, ya que esta ha sido la causante de tal desgracia.
—¿Por qué es raro que no la conozca? ¿Acaso es alguien famosa? Porque yo lo que veo ahí —señala a la paciente—, es a una mujer común y corriente. ¿Tengo que saber algo?
—No —responde la señora sonriendo, es la primera vez que lo hace desde que supo la tragedia que había arrebatado la vida de su nieta y puso la de su hija en peligro, es raro encontrarse con alguien que no sepa quién es Amanda—. ¿Cómo te llamas?
—Señora, no quiero faltarle al respeto, pero mi nombre a usted no le interesa.
—Si me interesa. Cuando llegué, usted estaba aquí en este mismo lugar, viéndola. Al principio no me interesó, pero el que haya regresado ya se me hace extraño.
—¿Acaso su hija no puede tener alguna conocida, desconocida para usted?
—Acabas de decir hace menos de un minuto que no la conoces, no intentes tomarme el pelo, ni hacerme pasar por tonta, jovencita —Carla sonríe con malicia, ha logrado provocar a la señora.
—Y no la conozco, pero la voy a conocer, eso téngalo por seguro.
—¿Cuál es el interés?
—¿Por qué pregunta tanto? —la chica se desespera bajo el interrogatorio de Angela, tanto de sus palabras, como el de su mirada.
—Se trata de mi hija, niña. ¿Cuál es el interés?
—Mi vida, el interés es recuperar mi vida —Carla relaja su cuerpo, no quiere desmoronarse ahí mismo, no delante de la madre de su objetivo.
—Explícate —pide la señora, que ha cambiado el rumbo de su mirada y ahora la tiene puesta en su hija.
—No creo que, a la madre de la asesina de mi hermana, le gustaría escuchar, que no voy a descansar hasta vengarla, hasta hacerla pagar todo lo que causó, por todo lo que se llevó.
—Fue un accidente —susurro la señora, que ha quedado perpleja, incapaz de procesar en su mente todo lo que ha escuchado en la voz de aquella muchacha.
—Accidente bastante raro para la noche que hacía, o su hija iba drogada o conducía como loca, para matar a Keila con un golpe.
—Ella no —dice Angela dando un paso hacia atrás, la mirada de Carla ha vuelto a caer sobre Amanda y puede ver todo el odio y rencor que es dirigido hacia su hija.
—Señora Angela.
Se acerca un hombre, Carla lo mira y se da cuenta que es el mismo que lloraba desconsoladamente hace un rato atrás, lo analiza varios segundos y vuelve a mirar a la paciente. ¿Acaso aquella mujer es tan importante en la vida de estos para que se pusieran así? Ella está viva, tiene otra oportunidad en este mundo, no como su hermana, que se ha ido para siempre.
—Marcos.
La señora presta atención al recién llegado, quita los ojos de aquella joven de aspecto oscuro, tanto su ropa, como su pelo, como su mirada, en general, todo lo que ve en esa persona es oscuro y eso más de asombrarle, empezó a preocuparle.
—Ya hice todos los trámites, he llamado a los más cercanos, muchos de ellos ya vienen en camino. Usted debería ir a casa y descansar un poco, nos esperan unos días largos y tediosos.
—No voy a dejar a mi hija sola —dice la señora mirando a Carla, esta la mira momentáneamente y sonríe de lado.
—Yo me quedaré con ella. Por lo de la niña solo toca continuar, hay que resignarse y continuar —Angela suspira y lo mira fijamente, para ser el padre de su nieta fallecida, está siendo bastante fuerte, se muestra seguro, aunque por dentro este totalmente destrozado.
La de mayor edad, solloza, pero controla el llanto, Carla la mira, disfrutaba ver a las personas sufrir, pero aquella señora no despertaba ese sentir de disfrute, todo lo contrario, le duele su dolor. Sus ojos se cristalizan y voltea el rostro.
—¡Carla!
Una chica de cabello rubio grita su nombre y llega hasta al lado de ella, se tira a sus brazos llorando, la peli negra no hace gesto, solo atina a abrazar a su amiga, dejando un poco de dolor en ese gesto.
—Me acabo de enterar, apenas he leído tu mensaje y salí para acá —dice la recién llegada recuperándose un poco—, es que aún no puedo creer que a Keila le haya pasado algo así.
—Leti, desdichadamente fue así —Carla observa a Angela y esta la mira atentamente. La joven no muestra emoción alguna, es como un alma oscura que vaga en busca de más oscuridad, demasiado vacío y mucha energía negativa para su tranquilidad. No se atreve a dejar a su hija sola, no con alguien velando por su estado, pero sin desear el bien, todo lo contrario.
—No la dejes sola por favor, Marcos —pide la señora observando a su hija y luego a su ex yerno. Carla la sigue en silencio y detrás de ella Leti la mira extrañada, pero manteniéndose cerca de ella.
—Iré a empezar los tramites, sé que no debes tener cabeza para nada ahora mismo —la rubia sonríe con dolor.
—Gracias Leti —Carla no se detiene—. Señora Angela, yo no soy tan cobarde como para aprovecharme del estado en el que se encuentra su hija, ese momento llegará solito. Tenga buen día.
Se da la vuelta y se dirige por donde se ha ido su amiga, dejando a una señora callada en medio del pasillo, Angela suela un suspiro de alivio y se dirige hacia su casa, nada bueno serán estos días y su hija no da señal de querer despertar.
ESTÁS LEYENDO
TATUAJES. (Editando).
RomanceSu hermana Keila sufre un accidente tras el cual fallece en el hospital, ese mismo día una periodista famosa corre con la misma mala suerte, siendo la causante de la muerte de la joven y de su amada hija. Carla la hermana de la fallecida buscará v...