Si hubiera imaginado que al intentar entrar a la biblioteca de mi ciudad, en busca de unos libros, iba a terminar en un viejo templo rodeado de desconocido que me miraban como si quisieran matarte, lo hubiera pensado más de una vez. Sí, claro que lo hubiera pensado, después de todo, no todos los días usan un hechizo de transportación.–Hola –saludó un joven alto, con ojos tristes, con las vestiduras más elegantes y hermosa que había visto.
Ciertamente su ropa era ostentosa, un claro indicador de su procedencia noble.
–Hola –le dije desde el piso. Al ser transportada contra mi voluntad no había tenido mucha posibilidad de controlar mi llegada, por lo que había terminado en el suelo, en ese lugar desconocido – ¿Me pueden decir donde estoy?
Miré alrededor del pequeño y abandonado templo; parecía que hacía años que no se usaba, y el desuso lo había convertido en un tétrico lugar, aún siendo de día.
Estaba en el interior junto con ese joven y otras cinco personas más: dos hombres y tres mujeres; muy diferentes entre ellos en estilos y aspecto, de edades entre veinte y treinta años.
–¿Fue usted? –me preguntó el mismo joven. Tenía los ojos enrojecidos, no me hablaba con agresividad, solo tristeza.
-Disculpa pero no se de qué hablas –le dije, claramente confundida. Me levanté del suelo al entender que no iba recibir ningún tipo de ayuda.
-Thomas, es una tontería, esto no funcionará –dijo con un tono ofuscado un enorme sujeto, corpulento, con una gran barba, y vestido con una armadura plateada.
-¿Cómo conoce a Hannah? –me preguntó el sujeto llamado, aparentemente, Thomas.
-Creo que me confunden con alguien... –intenté decir. sin entender de que quién me estaba hablando.
Tampoco tengo idea de quién crean que soy. Lo que sé es que siento que me están metiendo en algo muy malo.
-Deje la formalidad Thomas –exclamó enojada, una chica rubia de cabellos hasta el cuello; era más baja que yo, su vestido también era elegante. Se dirigió a mi con una mirada fulminante –¿Que hiciste con mi hermana?
- Lilly, no deberías actuar así –dijo una chica pelirroja, aunque bonita y bien vestida, no parecía del mismo estatus que Thomas y Lilly –. Todavía no sabemos lo que sabe, no tenemos idea de nada.
-Hannah me dejó escrito un mensaje en papel diciendo "cuando llegue sabrá", había un hechizo también, pero no sabía como utilizarlo –continuó hablando Thomas, ignorando por completo todo lo que decían los demás –. Ya han pasado tres días desde que desapareció, y nadie sabe nada.
Mi atención se centró en el joven que más se veía afectado, y parecía realmente querer saber algo de esa chica.
-Lamento escuchar eso –hablé casi en un susurro; no lo conocía pero podía ver el dolor en el rostro de ese joven, se notaba realmente preocupado y abatido –pero no conozco a nadie con ese nombre, ni siquiera se donde estoy.
-No dirá nada –dijo Lilly a Thomas completamente colérica –. Si no nos sirve, mátala o sáquela de Duskwood, pero haga algo.
Luego de eso salió furiosa del viejo templo, el joven noble solo suspiró cansado. Yo quede pasmada después de la amenaza que acababa de recibir, pues estaba siendo culpada de algo de lo que no tenía idea, en un lugar desconocido, por una muchachita enojada, caprichosa, y desesperada. Aún así, no sentía que corriera peligro con estas personas. Llamemosle intuición o algo así.
-No le haga caso Thomas, ella solo quiere encontrar a su hermana –habló por fin la joven mujer de cabellos largo y oscuro, con lentes finos y frágiles –,así como yo quiero encontrar a mi mejor amiga y usted a su prometida.
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Había una vez en Duskwood
FantasyEn un pequeño reino, existe un remoto pueblo en el que pasan sucesos extraños. Duskwood está llena de leyendas y misterios, y la desaparición de Hannah Donfort parace estar conectado a una de ellas. Nuestra protagonista deberá resolver este misteri...