Quincuagésima segunda parte

644 74 32
                                    


Si Jessy llegaba a conocer a mi madre estoy segura que se llevarían de maravilla. Pues estaba nos reprendiendo exageradamente como si fuera ella, al tenernos sentados en el sillón de la sala de la cabaña a Jake y a mí.

Cuando regresamos, aparecimos a unos metros de la casa, así que apenas le dio tiempo a Jake para colocarse la máscara, ya que Jessy apareció segundos después por la puerta. Y luego con una simple seña nos llevó hacia adentro.

Desde entonces no para de llamarnos irresponsables, desleales, mentirosos, entre otras cosas. Por supuesto que Jake se llevó la peor parte.

- No tengo idea si los hechiceros tienen otra noción del tiempo, pero para nosotros las personas normales, dos horas son dos horas –dijo Jessy poniendo dos dedos frente a Jake.

- Lo lamento Jessica, no me di cuenta y perdí la noción del tiempo –dijo Jake con pena. 

- ¿Haciendo qué exactamente? –puso la manos en las caderas esperando una respuesta.

- Hablamos, y luego Jake me mostró lo que sabe hacer –respondí, dije sonriendo con picardía hacia él.

- Perfumes –dijo tragando con fuerza, y sacando el frasco, que no sabía que había traído, y sacaba del bolsillo –era lo que quería mostrarle.

Y ese era mi hombre. Tímido y vergonzoso con los demás, salvaje y apasionado conmigo. Interesante combinación. 

- Vamos Jessy, déjalos tranquilos –intervino Lilly que había estado presente todo momento, y me miraba con interés –ni son tus hijos, ni son dos adolescentes. Ellos sabrán como ocupan su tiempo.

- Oigan, el señor Thomas dice que la cena está casi lista –dijo Lex asomando su cabeza por el ventanal que daba a la terraza.

- Esa es nuestra señal para correr –le susurré a Jake mientras me ponía de pie.

- Bien, gracias Lex –le respondió Jessy mostrándole una pequeña sonrisa al joven discípulo. Y este se sonrojó. 

- Lex llama a Jan, dile que nos vamos –le dijo Jake.

- ¿Yo puedo quedarme maestro? –preguntó el muchacho.

- No quiero que los molestes Lex –replicó Jake cruzándose de brazos.

- Vamos deja que el niño se quede –le dijo Lilly –no nos vendría mal tener un hechicero aquí después de todo.

- ¿Ves? a la señorita Lilly no le molesta –Lex había entrado por completo, y sonreía de oreja a oreja.

- Bien, puedes quedarte, pero busca a Jan.

El muchacho salió a la terraza donde estaban los demás.

- Jessy, la ternera está buenísima –dijo Dan apareciendo de la misma forma que Lex –deja de hacernos perder el tiempo extranjera. Vamos a comer.

- Tienes la barba sucia  Dan –dijo Jessy riendo.

- Pues deja de reírte y ven a ayudarme –contestó Dan tratando de limpiarse la barba.

Jessy y Lilly salieron a la terraza junto a Dan, dejándonos solos a Jake y a mí.

- ¿Vas a contarle a Jan lo de Adelí? –le pregunté.

- Sí, y no tengo idea de lo que pueda salir de esa conversación, solamente espero que me den un poco de respiro para concentrarme en Hannah y el Hombre sin rostro.

- Solo plantea el problema y deja que ellos dos arreglen el asunto, o en todo caso con todos los demás –le mostré una sonrisa cálida.

- Es lo que quiero, pero por otro lado me siento responsable, debería tratar de ayudarlos de alguna forma.

Había una vez en DuskwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora