Trigésima Parte

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Mientras me arreglaba para la sorpresa de Jessy, me llamó para asegurarse que estuviera en casa, a lo que le respondí que “claro, donde más podría estar”.
Luego de eso me dijo que la esperara con mi cristal en mano y bien vestida. Así que en eso estaba, aguardando su llegada, con la tarde avanzando con lentitud.
Tres golpes sonaron en la puerta trasera, y enseguida supe que mi amiga había llegado.

-Hola Jessy –dije sonriendo cuando le abrí la puerta.

-¿Preparada para una pequeña aventura? –dijo levantando su canasto mientras entraba a la casa.

-Mientras no sea una con terror me apunto –dije siguiéndola a la cocina.

-Hoy no  habrá nada terrorífico –al decir eso sacó una esfera de cristal mágica – ¿tienes el tuyo no?

-Claro, ¿pero no entiendo para que lo quieres?

-¿Sabías que puedes vincular las esferas mágicas? –preguntó Jessy sacudiendo su esfera entre sus manos –dame la tuya, y tu cristal.

-Todavía no entiendo Jessy –dije dudosa al darle mi bola mágica y mi cristal colgando en mi cuello.

-Ya lo sabrás –dijo mientras acomodaba los objetos sobre la mesa, ordenándolos como si estuviera a punto de hacer algún ritual –ahora, toma tu cristal, y con él toca tu esfera. Entonces, concentra tu energía en mí y yo haré lo mismo, como si quisiéramos comunicarnos normalmente. Así se conectaran también las esferas y podremos vernos mutuamente.

-Jessy ¿Porqué crees que esto funcionará? Y de donde sacaste esa esfera de cristal y esa información –mi curiosidad crecía cada vez más.

-Bueno, estaba comprando por el mercado y pasé frente al puesto del orfebre y me ofreció algunas cosas, pero cuando vi que tenía también objetos mágicos como esta fantástica esfera no pude evitar comprarla –la emoción con la que Jessy contaba eso era contraria a mi cara.

-Jessy, ese tipo seguro te estafó –dije aburrida.

-Ya sé la fama que tiene el señor Elion, pero, creo que esto es verdad –dijo todavía ilusionada –además, no perdemos nada si lo intentamos.

-No sé, tal vez dinero –dije sarcástica.

-Es mí dinero así que no importa –me replicó –ahora sostén tu cristal y concéntrate en mí.

No le discutí más porque sabía que era inútil, así que hice lo que me dijo, y aunque nuestros cristales comenzaron a brillar al mismo tiempo nuestras esferas no emitieron ni una tenue luz. Jessy pidió que lo intentáramos dos veces más , aún esperanzada, pero nada ocurrió. Su decepción era cada vez más notoria, y me sentí mal por ella, pues definitivamente el orfebre la había estafado.

Fue entonces que recordé que con el hechicero si podíamos comunicarnos por las esferas, y me pregunté como lo hacíamos, a lo que concluí que era por la magia que compartíamos. Entonces tuve una idea repentina.

-Jessy quiero intentar algo, pero no debes hacer ni una pregunta –dije lo más seria posible.

-Tenías razón, me estafaron Scarlett –dijo mirando con decepción su esfera.

-Jessy ¿me escuchaste? Voy a intentar hacer algo, pero debes prometer que no me harás ninguna pregunta y cerraras lo ojos ¿de acuerdo?

-Has lo que quieras, si no funciona no habrá ninguna aventura –ella ni siquiera me miraba, solo estaba sentada, y deprimida.

-Bien, lo tomo como una promesa –dije blanqueando los ojos. 

Aunque no sabía si funcionaría quería intentarlo, después de todo, Jessy estaba aquí para distraerme de este encierro. Así que extendí mis manos hacia las esferas, enfoqué la magia que Jake me prestó, y através de mis manos las transferí hacia ellos. La  energía mágica que pasaba por mi cuerpo y llegaba hasta mis manos era tan reconfortante y calida que no podía evitar pensar en Jake. Esto era parte de sí, esta magia que tocaba cada fibra de mi cuerpo era él, y estaba conectado a mi a un nivel tan profundo que no podía explicarlo; entonces una imagen de él apareció en mi cristal. Estaba de espalda, y sin su capa, lo que dejaba al descubierto su cabeza y cuello. Su cabello era de un negro tan oscuro como una noche sin estrellas ni lunas, y esta revuelto porque se había pasado la mano por detrás, su cuellos era de un tono claro, como si le faltaran horas de sol.

Había una vez en DuskwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora