Siete meses han pasado desde que dejé que Adelí se sacrificara por todos nosotros allá en Duswood. Y las cosas no han salido exactamente como yo imaginé. Mucho menos ahora viendo como Jake se hunde cada vez más en una profunda oscuridad.Cuando Alan se llevó a Adelí a la capital frente a la corte del rey, ni él ni nadie creyó que la mataría allí mismo.
Jamás se realizó un juicio, ni siquiera fue torturada para que nos diera tiempo a ayudarla.Desearía que todo se arreglara con una batalla como siempre quise, pero no es tan fácil. No cuando un reino, y la cordura de un hechicero poderoso fluctúa de esta manera.
- Jan dijiste que Bloomgate estaría aquí -se quejó Jake con un tono frío y oscuro.
Me apenaba verlo tan cansado y consumido poco a poco por su propia magia.
- Llegará pronto, ¿por qué no descansas muchacho?
- No tengo tiempo para descansar, si no viene ahora mismo, me iré por mi cuenta.
- ¿Piensas desaparecer un mes entero nuevamente? ¿O quieres repetir el accidente y casi destruir una ciudad entera?
- Nadie murió -murmuró bajando la vista.
- Muchos resultaron heridos, Jake -negué con la cabeza al recordar ese episodio de hace dos meses -no puedes perder el control cada vez que te decepciones y no la encuentres. Y Alan no estará allí para cubrirte todo el tiempo.
- No necesito que Bloomgate venga detrás de mí -gruñó con desagrado.
- Quizá sí. No lo olvides muchacho, eres poderoso no invencible.
- No quiero lastimar a nadie Jan, solo quiero terminar con esta tortura -el rostro de Jake se suavizó, y se refregó el cabello con frustración.
- Lo sé muchacho, lo sé.
Estábamos esperando a Bloomgate en una casa solitaria, en medio de un desierto, paisaje poco común en Alenia. Pero el capitán aseguró que era el lugar más seguro cerca de la capital.
No me dio muchos detalles, pero dijo que tenía una sorpresa para nosotros. No soy aficionado a las cosas que no conozco pero Alan ha logrado que confíe en él, así que le di una chance.
Desde el incidente en Duskwood muchas cosas cambiaron de una forma que jamás imaginé. Ahora yo era el único líder de nuestro grupo de hechiceros fugitivos, pero con el apoyo de Bloomgate; y sospecho que su sorpresa tiene algo que ver con que ahora tenemos cierto alivio en cuanto a nuestras libertades.
Para muchos, el panorama es optimista, incluso para las personas de Duskwood, que a cargo de la joven Lilly Donfort ha logrado salir adelante. Pero para Jake, las cosas solo parecen desvanecerse en un futuro incierto y oscuro; sin la muchacha a su lado solo parece que está condenado a destruir todo a su paso.
Nos pusimos alertas cuando escuchamos un par de pisadas de caballo acercarse a la casa. Creamos un escudo de protección, cada uno cubriéndose así mismo. Sin embargo, cuando vimos entrar a Bloomgate acompañado con alguien misterioso bajamos el escudo.
- Creí ya habíamos dejado de tratarnos con hostilidad -dijo Alan con el semblante serio, y levantando el ceño.
- Nunca se deja de ser hostil cuando vives en un mundo peligroso -respondí un más relajado, pero sin quitar la vista al invitado misterioso. La capa y la capucha que tenía puesto, lo cubría por completo.
- ¿Quién es? -preguntó Jake, con tono filoso, señalando al extraño.
- Deberías cambiar tu tono frente a él -respondió Alan, con esa sonrisa que siempre tenía para Jake. Y que tanto irritaba al muchacho -a menos que quieras morir.
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Había una vez en Duskwood
FantasyEn un pequeño reino, existe un remoto pueblo en el que pasan sucesos extraños. Duskwood está llena de leyendas y misterios, y la desaparición de Hannah Donfort parace estar conectado a una de ellas. Nuestra protagonista deberá resolver este misteri...