Cuadragésima sexta parte

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Lex estaba en los límites de un espantoso bosque lóbrego, esperándonos con inquietud.

Estábamos por incursionar a un terreno más pantanoso y de aire pesado, con árboles antiguos y enmohecidos, con ningún sendero en específico, donde muy pocos rayos de luz lograban penetrar las enormes y frondosas copas de los árboles.

Jake había despertado poco antes de llegar aquí, y me pidió cambiar de lugar, pues estaba avergonzado por haber dormido, y no quería incomodarme por más tiempo. Sonreí y pensé “si tan solo supiera”.

- ¿Por qué no has avanzado? creí que te encargarías de reconocer el lugar –le dijo Jake una vez que estuvimos junto a él, aún sobre Edriel.

- ¿Ya viste ese lugar? si ponemos un pie allí, seguro nos caerá una maldición –dijo el muchacho con nerviosismo.

- ¿De verdad lo que más te preocupa es recibir una maldición? –le preguntó con sarcasmo.

- Ser un hechicero no me exenta de recibir maldiciones, recuerda que aún soy un joven pupilo –dijo Lex cruzado de brazos, y con una sonrisa irónica.

- ¿Es un bosque peligroso? –pregunté sin ocultar mi temor. Pues a simple vista, tenía sentido las tonterías de Lex.

- Es solo un bosque muy antiguo, nada para preocuparse –dijo Jake con serenidad –pero si el Dark Mistery Forum está aquí, es probable que usen esa tontería de la maldición como ventaja.

Sin perder más tiempo, Jake ordenó a Edriel que avanzara, y el caballo obedeció sin problema. Pero Lex y yo nos lanzamos una mirada de temor compartida.

 
- En mi opinión, deberíamos esperar fuera del bosque, acampar ahí hasta que oscurezca y cuando comprobemos que nadie viene, nos vamos –decía Lex, en su caballo mientras nos internábamos en el bosque –.Además, hay menos riego de perdernos si no nos adentramos tanto a este asfixiante lugar ¿A usted también le falta el aire maestro? Estoy seguro que te pasa lo mismo Scarlett.


Lex me lanzó otra mirada para que fuera su cómplice, pero en su lugar sonreí y negué con la cabeza, y le dije.

- Deja de ser un cobarde, Lex.

- Así que así siente la traición –dijo el muchacho apoyando su mano en el lado derecho de su pecho de forma dramática –nunca creí que alguien que apenas conocí ayer me traicionara así. Hoy he aprendido una gran lección.

- Deberías recordarla, jamás confíes –dijo Jake con voz neutra. Y siendo honesta, no sabía si se lo dijo en broma o de forma seria. Ante la duda reí.

- No puede ser que tu primera lección para el niño sea “jamás confíes” –reí, solo para que se entendiera que este pequeño asunto se trataba de algo tonto. Aun así, tenía que decir lo siguiente para que Jake entendiera mi punto –de no haber confiado en mí, no habríamos llegado a este punto.

Jake guardó silencio por un tiempo prolongado, hasta que paramos en un punto que no vi nada particular, excepto unas pequeñas flores lilas, que para mi sorpresa, Jake se bajó de caballo para recolectarlas.

- ¿Para que las necesitas? –pregunté con curiosidad.

- Es para un proyecto en el que trabajo –dijo sin más.

- Ya veo –no le pregunté más, porque parecía que no diría más. Así que también me bajé del caballo, y Lex hizo lo mismo desde el suyo.

- Maestro, sin ánimos de molestar, ¿Cuánto más debemos avanzar?

- Por ahora, no quedaremos aquí.

- ¿Por qué aquí? –pregunté.

- Si pasamos este punto, posiblemente nos perdamos –dijo Jake, parándose de repente. Guardando en un bolsillo las flores recolectadas –ustedes pueden quedarse por aquí, yo estaré cerca.

Había una vez en DuskwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora