Cuadragésima tercera parte

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Ver como Nymos creaba un campo de energía mágica, solo me hacía pensar más en el escape que tuvimos que hacer de Alan Bloomgate. El capitán estaba demasiado cerca, literalmente estaba a unos cuantos kilómetros de la casa.

- Jake, no puedo dejar de pensar que aparecerá en cualquier momento –dije nerviosa. Él había regresado en su forma espiritual, después de la llamada con Jessy. A la que finalmente convencí del por qué de mi repentina ida, y además de que no viniera a casa todavía.

- Lo sé, y estoy planeando algo por eso, pero por mientras, con Nymos estarás segura  -dijo Jake solo un poco más calmo –si es necesario, usen el mismo hechizo y vayan hasta donde puedan.

- O sería mejor si te devuelvo tu energía mágica –le dije sin pensar, aunque que era algo que había pensado eso.

-No, por supuesto que no –dijo rotundamente.

- Jake, hay muchas razones por las que no deberías compartir tu magia conmigo, y una de ellas es que pueden rastrarte a través de mi.

-No tengo idea de lo que sabes, pero no debes…

-Ni se te ocurra decirme que no me preocupe, Adelí me dijo suficiente para que este totalmente en contra –esta no era una discusión, era una lucha por ver quien cedía primero.

- No quitaré mi magia de ti Scarlett, es mi ultima palabra sobre esto –dijo tan terco como pocas veces.

- Y yo no quiero tener tu magia.

Al decir eso su forma espiritual desapareció dejándome sola allí. No podía creer que se haya ido así, pero entonces el cristal comenzó a brillar.

- Busca la esfera de cristal –dijo Jake una vez que contesté.

- Tu costumbre de irte sin avisar no es de buena educación –dije molesta – ¿para que quieres la esfera mágica?

- Para probar un punto –contestó seriamente.

- Bien, veamos que quieres demostrar –busqué la esfera que había ocultado junto a las cosas que había conseguido de Hannah, y la llevé a la mesa de la cocina – ¿y ahora?

- Ahora puedes verme aquí –dijo desde la esfera. Estaba de espalda, por lo que solo podía verlo desde atrás. Eso fue suficiente para olvidar que estaba molesta, porque tenía una inusual camisa blanca arremangada que mostraba sus brazos y sus manos, apoyadas sobre una mesa de piedra oscura; sus pantalones era los de cuero de siempre, y se amoldaban demasiado bien a su cuerpo, y mejor paro de describirlo, porque su cabello pelo negro revuelto era mucho para mi. De repente me di cuenta que Jake había estado hablando todo este tiempo –si no tenemos eso será más difícil ¿me estas escuchando Scarlett?

- ¿Qué? –si, efectivamente no había escuchado nada de lo que me dijo –por supuesto que te escuché.

- Entonces comprendes por qué no puedo desvincularme de ti ahora –él seguía de espaldas, pero se estaba colocando la capa y la mascara. 

Mierda…bien hechicero, ganaste por esta vez. 

- No te daré la razón, pero dejaré el asunto por ahora –dije para no darle la victoria completa – ¿podemos seguir con la investigación?

- Con eso me es suficiente –dijo girándose. Y por paz para mi mente, esta vez su camisa estaba atada en la parte frontal, por lo que no podía ver su pecho, pero su cadena con el ojo extraño seguí allí colgado –entiendo que es un tema delicado, pero tenemos hablar sobre Richard.

- Cuando salí a encontrarme con él sabíamos que había algo extraño, recuerdas que dijo “necesito decirte algo”.

- No solo eso, sino que dijo que tenía que “arreglar algo” –agregó Jake.

Había una vez en DuskwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora