Décima Séptima Parte

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Nunca tendría que haber dicho que era un maravilloso día apenas comenzó, por lo menos tendría que haber esperado un par de horas. 

Después de la llamada de Jessy, me obligué a levantarme para entrar a casa que estaba a unos metros. Jake seguía en su forma espectral o espiritual, o lo que sea, a mi lado.

Cuando entré tuve que ignorar el desastre que había quedado de anoche, después de la cita de amigas con Jessy.
Me senté en el pequeño sillón y  cerré los ojos. Una vez más intenté hablar con Cleo, pero no respondió.

-No responde Jake.

-Hoy no deberías ir a casa de Hannah –me dijo Jake, que había dejado su forma presencial, y me hablaba através del cristal.

-Pero debemos continuar con la investigación –dije aun con los ojos cerrados –debemos saber si Cleo está bien.

-Su cristal está funcionando, así que debería estar bien –su voz era suave y tranquila, eso me dio confianza – hoy no deberías usar tanta magia, además, tengo otros planes para ti.

-¿En serio? –dije más tranquila por Cleo, pero intrigada por lo otro – ¿que haremos?

-Más tarde te digo, antes tengo que terminar de hacer unos arreglos, pero quiero hablar de la visión de Cleo en el bosque.

-¿Pudiste verlo? 

-Brevemente y poco claro, y solo  porque estamos vinculados –hizo una pausa, y suspiró –debo pedirte una cosa, que podría comprometerte y tener graves consecuencias, sobre todo con la confianza.

-Me estás asustando hechicero –abrí los ojos de golpe

¿Que podía pedirme para arriesgar algo tan importante como la confianza?

-Te pido que no le cuentes a nadie sobre la visión, no por ahora por lo menos.

-¿Por qué no? Cleo debería saberlo.

-Porque creo que el secuestrador te indujo a esa visión para asustarte –Jake se escuchaba tan impasible como siempre, a excepción de hace un rato que parecía asustado por mis visiones –.Además podrían tomar ese aviso como una amenaza y dejar atrás la búsqueda en el bosque.

-Jake, si alguno de ellos está en peligro debería avisarles –mi tono de voz no era el más suave, de hecho sentía que mi enojo estaba aumentando.

-Sé que la visión te asustó, pero recuerda que esto se trata de encontrar a Hannah, y para eso necesitamos a todo el grupo enfocado en eso.

No sé porqué lo había olvidado, pero ese era él, el hechicero frío y calculador. El misterioso hombre que no puede decir nada, el que tiene como misión encontrar a alguien importante para él.

-Mis amigos no son fichas de ajedrez que puedes desechar –repliqué enojada. Era la primera vez que me refería al grupo como amigos, y lo sentí extraño, de una manera positiva –. Ellos no son medios para un fin.

-Por favor Scarlett, te pido que confíes en mí…

Y esta era yo, una mujer que se dejaba influenciar por una simples, pero poderosas palabras como las eran el pedir confianza. ¿Después de todo lo sucedido en mi pasado, como podía acceder así, sin pensarlo tanto? 
Supongo que en esta disputa interna ganó mis sentimientos y no mi razonamiento.

-Confío en ti –suspiré después de una pausa.

De repente pensé que a mi madre no le gustaría saber que de a poco afloran sentimientos, que no puedo controlar, por un hechicero. Creo que diría que no aprendí nada.

-Gracias Scarlett, es la decisión correcta.

-Solo lo hago por ti hechicero, no hagas que me arrepienta –solté sin pensar.

Había una vez en DuskwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora