Capítulo 16 Sentir la magia

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–vamos kara levanta más los brazos– kara junto con una decena de niños estaban entrenando a plena luz del día, Alex la había levantado en cuanto el gallo comenzó a cantar y apenas los destellos del sol estaban asomándose por el valle –los niños lo están haciendo mejor que tú, emplea un poco más de fuerza–

Kara estaba rodando un enorme tronco de un lado a otro en el solar que había escogido, sus músculos estaban demasiado cansados y no había recibido nada de alimento en todo el día, su cuerpo estaba muy sudado haciendo que la seda de su ropa prestada se pegara más a su cuerpo, lena y Sam veían como una cansada sudorosa y atlética rubia hacia una perfecta sentadilla para parar el tronco y aventarlo al otro lado – creo que deberías de tomarte esto lenita, se ve que tienes la boca demasiado seca – dijo Sam burlándose de su amiga dándole un cuenco con agua– nuestra aprendiz tiene unas nalgas de ensueño, si sigue entrenando con Alex todo el cuerpo será divino ¿no crees? –

–mmmhhhmmmm– Sam volteo a ver a su amiga que se veía había perdido totalmente el habla –¿Qué? –

–¿tan mal te pone ella? – dijo Sam riéndose de su amiga – ¡vamos kara! ¡dice lena que tienes un bello culo! – grito la morena a la rubia que estaba apenas intentando levantar el pedazo de tronco con forma de rueda

–¡oh mierda! –kara perdió el equilibrio y el tronco aplasto la mitad de su cuerpo

Una hora después kara había recibido gustosa un buen masaje de parte de Sam mientras lena y los niños preparaban algo de comida para el almuerzo

Después de comer kara y Sam tendrían su primer lección – estoy aquí para enseñarte las destrezas del arte del tacto – Sam levanto sus manos y las coloco con las palmas abiertas delante de kara – pon tus manos de esta manera kara– dijo Sam para que kara obedeciera – debes de aprender que con nuestras manos podemos derrumbar barreras, podemos amar, podemos sentir, podemos hacer magia – Sam hizo un ademan con sus manos y de estas salieron pétalos de flor de color rojo que soplo sobre kara

La rubia estaba muy impresionada con la nueva reina de ébano, Sam tenía una alma genuina y dulce que le atraía a kara, no entendía porque esa alma tan bella tuvo la mala suerte de haber sufrido tanto –¿crees que algún día pueda hacer eso? – dijo intentando hacerlo también

–primero debemos de cambiar tu formad de pensar ¿kara crees en la magia? –

–no creía hasta que las conocí, aun no puedo entender porque soy tan especial– kara volvió a hacer el ademan y entonces salió un pequeño pétalo sorprendiendo a ambas

–eres especial para mi – Sam tomo el pétalo y se lo llevo a la boca –mmmmmm rosa, mi flor favorita– kara se comenzó a reír apenada, lena le había dicho que era imposible no sentirse con bochorno cerca de Sam, el don de la seducción estaba muy presente en ella –¿quieres que te muestre algo increíble? –

Kara sintió como niña pequeña, soñó despierta con un viejo recuerdo de cuando era niña, se acordó que una vez su madre en la feria estatal de Utah, le había llevado a un show con magos donde había dos magos uno joven y otro un poco más viejo ambos estaban haciendo trucos muy buenos mientras hacían bromas entre ellos, el chico joven llamo a kara para que le ayudara a sacar una carta y que el viejo pudiera adivinar, cuál fue su sorpresa que el mago adivino sus cartas una por una y de su oreja saco la última carta haciéndola reír de sorpresa, fue un momento mágico pero lo mejor fue cuando el mago le regalo una enorme paleta de colores para susurrarle a la cara "la magia siempre estará en tu corazón" el mago hizo un ademan como si le arrancara algo de su pecho y apareció una paloma que hecho a volar después haciéndola aplaudir

–¿kara que estás haciendo? – kara abrió los ojos observando a Sam que había aparecido miles de pétalos, pero había una nube de polvo azul que hacía flotar los pétalos alrededor de ellas como si estuvieran rodeadas de una extraña fuerza –es tu magia kara–

–¿mi magia? – por un momento más esa extraña bruma las rodeo haciéndolas sentir bien, plenas y felices

–oh perdón– lena había llegado con un plato de frutas recién cortadas sacándolas de su trance

En cuanto escucho la voz de lena kara sintió que esa conexión se acababa y los pétalos cayeron en picada –eso estuvo muy bien kara– dijo Sam felicitando a su aprendiz – es toda tuya lena – Sam camino hasta su amiga para tomar una manzana y retirarse hasta sus aposentos con su esposa

Ya era de tarde, les había tomado un rato con cada una de ellas –ya va a anochecer.... Creo que ya podemos empezar con nuestra lección– lena estaba usando un tono diferente de voz, no era la voz serena y calmada de siempre, era una voz tersa y con un tono sexi, era como si lena hubiese estado esperando por ese momento en todo el día – vamos kara– lena estiro su mano para que kara la tomase

Caminaron juntas despacio entre los enormes arboles de ébano, lena tomaba de la mano a kara, la rubia siempre se preguntó porque se sentía tan bien al lado de lena, era como si ya se hubiesen conocido y después de una larga espera sus almas se reconocieran, se sentía tan natural que a kara le costaba recobrarse cada vez que se separaba de ella

Después de un rato de caminar llegaron a un claro donde lena le pidió que cerrara los ojos –esta noche vas a aprender a sentir tu entorno y la magia que hay en este, quiero que te concentres en algo que te hace feliz–

–¿algo que me hace feliz? – ahora mismo me siento feliz, pensó kara, ojalá nunca me sueltes – ¿puede ser cualquier cosa? –

–lo que tú quieras– dijo lena sonriendo – ¿estas lista? –

–si–

Lena comenzó a desprender su energía para comenzar con su lección – escucha tu entorno..... respira profundamente..... siénteme...–

Era lo único que kara estaba haciendo, sentirla.... quería poner atención a todos los sonidos de fondo, quería al menos poder respirar con normalidad, pero el tacto de lena no la dejaba concentrarse –tengo unas pequeñas fallas técnicas – dijo haciéndola reír

–concéntrate– dijo lena jugando con kara – si no apruebas la lección, mañana te enviare a Alex todo el día –

–me estoy concentrando, me estoy concentrando– después de unas cuantas risitas kara al fin pudo concentrarse

Podía escuchar a los pájaros nocturnos llamarse entre ellos

Podía escuchar el viento mover las hojas de los árboles

Podía escuchar la respiración pausada de lena

–kara..... abre los ojos – En cuanto la rubia abrió sus dos hermosos zafiros sintió que el aire de sus pulmones se le iba –no te espantes, estoy aquí para detenerte –

Estaba volando, con ayuda de lena se habían elevado hasta la copa de los árboles, no se movían, simplemente estaba ahí flotando sobre las ramas más altas –es mágico– dijo captando cada vez las imágenes a su alrededor–gracias lena–

–no soy yo.... Eres tú kara, la magia viene de ti, yo solo te estoy enseñando el método que sé– lena miro sobre ellas y la hermosa luna – a la luna parece gustarle –

–es hermosa– kara dejo de mirar el brillo de la luna para mirar el brillo de la hermosa mujer que se encontraba delante de ella – ¿seré lesbiana igual que mi hermana linda? ¿Por qué jamás nadie me había atraído como lena? – pensó kara –que bueno que no puedes escuchar lo que pienso–

–¿es algo malo? –

–jamás ningún pensamiento que te involucre sería malo– de inmediato kara se reprendió por haberlo dicho en voz alta – digo, no podría pensar en algo erróneo saliendo de ti, eres perfecta– ¡mejor cállate kara!

–oh, gracias–

–¡hay chicas! ¡Van a seguir coqueteando allá arriba! ¡tengo hambre y frio! – la risa de Alex acompaño a la de su impaciente esposa asustando ambas mujeres flotantes

–¡oh mierda! – kara esperaba caer en algo blandito

El don del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora