Capítulo 49 La invasión

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Después de dos días llegaron a el portal que habían escondido dentro de la maleza, antíope y diana se habían deshecho de algunos orcos en el camino que querían hacerles daño, kara no había visto el poder de diana la limite como cuando hizo desaparecer un ejercito completo de orcos con tan solo un movimiento de manos, le alegro en sobremanera saber que lena había tenido la mejor maestra de todos los tiempos, kara obtuvo algunos días de descanso antes de reconocer las llanuras altas de misty donde en los adentros se encontraba la red de habitaciones de los enanos del valle de la roca, sabia que estaban cerca del palacio de james

Lena asumió que kara tendría que realizar el sacrificio más grande hasta ahora como la habría dicho alguna vez la predicción, lena estaba nerviosa pero también aterrada, no sabia lo que el oráculo le diría a kara– están ahí– señalo Alex encontrándose con un enorme campamento de enanos y guardianes a las afueras de su valle, james no estaba dispuesto a que si quiera el ejercito de Morgana pisara sus tierras

–mi padre y los elfos también están ahí – una gran mancha blanquecina se encontraba debajo de ellas, el ejercito de nura ya se había mezclado con el de su esposo el rey Paul– mi tío dijo que se nos uniría en los próximos días – dijo nía alegremente bajando en picada con su grifo

Sam no espero a bajar y se convirtió en cardenal para bajar ella misma como solo Sam sabia, en cuanto las hojas y el pasto tocaron sus desnudos pies se dispuso a flotar sobre este para llegar lo mas pronto a montar su campaña donde no saldría en toda la tarde, Alex y lena sabían que por esa razón la mitad ninfa se dejaba llevar por sus sentimientos, Sam era demasiado territorial y posesiva con su mujer lo cual le encantaba a Alex pero a veces pensaba que Sam era demasiado dramática –Sam no seas ridícula bebe, ni siquiera la voltee a ver–

–¿se molesto mucho? – pregunto kara a l ver que no le respondían a su amiga, acababan de descender en el grifo de nía – tan solo te pidió que le ayudaras con su bota – dijo kara recordando el único momento de descanso donde Kelly le había solicitado a la bruja le amarrara los listones de su bota de piel ya que ella tenia una mano lastimada por el indomable corcel negro que las transportaba– pero ni siquiera tu los ataste, tuvo que ser brainy –

–Sam por favor cariño abre la tienda– solicito de nuevo la bruja con la cara apoyada en la carpa que se suponía era la entrada – no tuve la culpa–

–Sam....¿Sam? – lena busco a su amiga que ya había hecho llorar a Alex, sin esperárselo lena entro a la tienda cortando la gran carpa, unos segundos y Sam ya se encontraba en la puerta

–Sam– susurro Alex entre sollozos

La castaña se abalanzo a los brazos de su mujer –lo siento....no tolero que este cerca de ti– trato de justificar sus celos – no puedo soportarlo, ella no desperdicia ninguna oportunidad y lo que mas me enoja no para de coquetearte–

–acaso no sabes que solo a ti te amo, porque según yo te lo recordé antenoche..... y la noche anterior..... y la anterior– gruño la pelirroja en los oídos de Sam, lena y kara rodaron los ojos sabían dónde se pelearía esa cruenta batalla

–bueno creo que nuestro papel acaba aquí– dijo lena viendo como ambas se hundían en un mar de lujuria y besos – vámonos kara, debemos de hacer nuestra campaña–

Las hadas ya habían anidado sobre los árboles con un poco de magia y varitas y madera ya estaban puestas como casas sobre las copas, la noche llego y con ella la fogata fue hecha, los enanos asaltaron la cava escondida del príncipe james, algunos elfos se aislaron en una de las orillas del campamento, si no fuera por finbar, finrar y fenrir, no se les hubieran unido a la celebración, nura se acerco de la mano con su esposo Paul quien había ordenado hacer dos sillas de roca, nunca permitiría que el bello cuerpo de nura se ensuciara al sentarse en el suelo a pesar de que esta le dijera que no importaba

El don del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora