Capitulo 59 Escondidos

287 46 26
                                    


–kara ¡levanta más la espada! – ordeno Alex levantando su pesada espada cual si fuera una pluma de su esposa –tienes que dominar el peso de esta arma si no, no podrás matar a ningún demonio –

Era muy difícil levantarla hasta para la musculosa rubia, la espada le había pertenecido a la reina Joanne, reina del tornach pueblo de la luz, lena había regresado al castillo donde días antes habían acampado a la luz de las estrellas guiada por Egräm y sus corazonadas pensando que tal vez ahí estaba el arma de la joven reina

Lena había pensado que kara tal vez podría usar el arma debido a que ella era igual de rápida que los guerreros de tornach y tan fuerte como Alexandra así que no dudo en llevar el arma sagrada a su novia, solo que kara no era la adecuada para blandirla – es algo extraño Alex, me cuesta mas trabajo que levantar troncos– uno de los ejercicios impuestos por Alex para aumentar su musculatura y fuerza de las piernas era hacer sentadillas con un tronco sobre sus hombros, actividad que le encantaba a lena ver en todo su esplendor – no puedo – grito la rubia sin fuerza

Kara tenía puesta solo una prenda ligera junto con un pantalón de manta que tuvo que subir hasta las rodillas para ser más ágil ante el ataque incansable de su mentora, hacia mucho calor y sus prendas estaban prácticamente mojadas de sudor – ponte tu capa, necesito que aprendas al menos a levantarla–

Kara obediente pero ya sin fuerza se coloco su capa roja, justo como lo dijo Alex pudo al menos levantarla sin que le pesara hasta morir – creo que funciono– kara volvió a atacar a Alex que no tardo en subir la intensidad de los golpes para sacar de balance a la rubia

–cierra la boca lena, te podrías comer un hada– como siempre Sam y lena miraban atentas la temible practica y como siempre lena quedaba embebida observando a su fuerte rubia

Lena rodo los ojos cerrando la boca, tal vez si estaba babeando un poco –¿crees que dentro de poco pueda pelear sin que termine tan cansada? Parece que esa espada esta drenando su energía– dijo la bruja y Sam asintió

–puede que tengas razón... la reina Joanne también era mestiza como yo – dijo Sam sabiendo que la reina Joanne era hija de una ninfa y de un hechicero – puede ser que su espada haya quedado su esencia y debido a eso este absorbiendo la fuerza y energía de kara–

–me rindo– kara cayo de rodillas al punto del desmayo mientras Alex se acercaba furiosa por haber abandonado la pelea –no puedo siquiera respirar–

Lena y Sam corrieron a auxiliar a la rubia, lena coloco una de sus prendas debajo de su cabeza en lo que Sam le daba agua con una cantimplora de estómago de cabra la cual puso sobre sus labios intentando que kara tomara un poco de esta – dale un poco de elixir de Ennis– sugirió lena a Sam quien guardaba todas las pócimas medicinales

–dale baba de sapo, es mejor que el elixir– sugirió Alex pensando aun que kara estaba siendo un poco dramática

Kara estaba completamente recostada sobre el pasto respirando dificultosamente– es la espada, esta drenando su vida– lena alejo el arma celestial esperando que kara reaccionara

Ya en la tarde y después de un merecido descanso kara salió de su habitación para ir a tomar un baño, pero primero tendría que ir a buscar a su novia porque no pensaba hacerlo sola, así que se coloco su bata de baño que le confecciono Sam y tomo sus aceites especiales para salir en busca de lena quien de seguro estaba en las recamaras de Alex y Sam , antes de que saliera de la habitación vio que la pesada espada estaba reposada junto a la puerta –no se que te hace tan especial– dijo retirándola de su paso tratando de cargarla hasta su armario cuando de pronto sintió un enrome peso sobre ella –¿Qué mierda? –

El don del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora