Capítulo 71 Sam y el don del destino parte 3

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hola chicas 

la verdadera guerra va a comenzar, kara deberá que pasar por una gran prueba y Alex tendrá que ir por sam al inframundo, lena vera de nueva cuenta su mundo desmoronarse ¿podrán ellas con la gran batalla que se avecina?


no supo cuánto tiempo estuvo viendo su cara perfecta y sus labios rojos a pesar de que había perdido mucha sangre, solo supo que cuando despertó de su ensoñación estaba convertida en mujer, ingreso sin pensarlo en una cueva para mantenerla caliente, en lo que ella conseguía comida y algunas ramas para la fogata la dejo bajo su fina capa aterciopelada, era una noche fría y sabía que si la mujer lobo no conseguía calor, no podría sobrevivir

Sam retiro la flecha que apenas había tocado su pecho gracias a que se había quedado en su pechera de combate, para que no se desangrara hizo un tapón con algunas hierbas y pócimas mientras Alex aun estaba en su nube de algodón gracias a la pluma de Sam, a la ninfa ya no le preocupaba la flecha si no las enormes arras marcadas en sus costillas

Cuando la mujer despertó Sam ya estaba convertida en ave tratando de volver a encender la hoguera que se había apagado con la humedad de la mañana –¿Qué tratas de hacer pequeño? – Sam brinco escuchando la hermosa y melodiosa voz de aquella guerrera de ébano – ¿tu me salvaste? – Alex no recordaba nada tal vez por alguna pluma de Sam que había utilizado para anestesiarla, El pajarillo voló hasta su mano y entonces Alex noto que estaba completamente mojado por la nieve – oye pequeño, te voy a ayudar un poco – con sus pocas fuerzas Alex hizo aparecer una llama de su dedo calentando un poco al cardenal, Sam aleteo alegre sintiendo el calor entrar por cada poro de su piel o tal vez era amor

Cuando llego la noche Sam estaba afuera de la cueva tratando de calmar su rápido corazón suspirando a cada rato caminando de un lado a otro tan nerviosa como nunca antes se había sentido – inhala y exhala..... inhala y exhala Sam...... No va a pasar nada, ella es solo una guerrera.... uff aquí voy – Sam tomo sus ramas que había juntado para hacer la fogata y sus peces para alimentar a Alex, además de su estomago de cabra lleno de agua fresca para tomar, sintió que sus pasos tambaleaban al entrar a la cueva, Alex se había quitado la capa negra y su ropa de cazador para atender sus heridas que estaban en todo su torso

En cuanto cruzaron sus miradas ambas dejaron de respirar –lo.... Lo siento – Alex trato de ocultar su rostro sonrojado tapándose completamente con su capa pero el rápido movimiento la hizo que se doliera de las partes heridas –aaaahhhhh– se tiro sobre su costado

Sam llego tan rápido que en cuanto sus manos tocaron su piel no pudo aguantar el sonrojo y agacho su cabeza –no te muevas, te vas a lastimar – Sam trato de colocar ambas manos sobre las costillas de Alex pero la misma guerrera la detuvo tomando las manos de Sam entre las suyas

La bruja sintió un enorme poder entrar por sus dedos, la boca seca y su garganta sin fuerza –me duele – dijo apenas en un hilillo de voz

Sam asintió mirando sus hermosos ojos café mirando de nuevo la herida para poner toda su concentración –esto tardara un poco, no te muevas–

–¿Por qué me ayudas? – pregunto Alex

–estas herida, es mi deber –

–¿Cómo te llamas? – Alex levanto la barbilla de aquella joven que de inmediato se puso roja

–Sam.... Solo Sam –la guerrera se rio a pesar de su dolor dejándose llevar por las sensaciones que le traían el estar junto a esa enigmática chica

–bueno Sam....mi nombre es Alex, soy hija de los reyes de ébano... soy princesa de ébano y muy pronto reina de Olsen, mis padres unirán el reino con el reino de los guardianes – dijo con un tono de angustia – vine a la guerra esperando zafarme de mi encomienda real –

El don del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora