Capítulo 93 El limbo

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habían caminado por un rato dentro de la caliente cueva, kara y lena no se separaban ni por casualidad, las manos de ambas seguian fusionadas en una sola entrelazando sus dedos con reverencia y cariño, de vez en cuando kara acariciaba el estomago aun pequeño de su mujer haciendo que lena se detuviera asombrada por los extraños gestos de su esposa –ellos estan bien cariño, deberias de preocuparte por linda que es la única que no tiene poderes, el limbo es una parte muy peligrosa para alguien sin magia –

kara volteo y miro a sam quien no tardo en señalar bajo su capa justo donde sus bien dotados pechos estaban, su hermana convertida en cachorro asomo la nariz para después su cabeza completa y comenzar a ladrar con la lengua bien de fuera, alex claro estaba refunfuñona al lado de su esposa caminando con los brazos cruzados – cosa pulgosa, aleja tu nariz de los pechos de mi mujer – rugió poderosamente

la cachorra miro perezosamente a la reina de ébano y sacó los dientes protectoramente mientras lamia la barbilla de sam –gggrrrrraaaaaa– despues volvio a tomar su lugar como almohadas para descansar –ggrrrrrraaaa –

–sam, aléjala de ahí– grito Alexandra

–cariño es un cachorro indefenso, podría morir en su forma humana, no podemos hacer que se convierta solo para que camine en sus dos piernas, ves ya se durmió – contesto la ninfa rascando sus orejas

–ggggrrrrrraaaaa– el rechinar de dientes de alex hizo reir a lena y a kara, zorel las escoltaba un poco detrás cargando a oisin que se había dormido de cansancio, gracias a rao su camino no fue muy pesado, habian visto varias animas sin perdón rogando por un poco de luz que lena emanaba por cada poro, la bruja les proporciono con un pequeño rayo formado con su potente magia el cual no tardaron en aferrarse, sam le había explicado a kara que esas animas estaban ahi porque habian cometido suicidio, Kara absorbió toda la información sintiendo pena por esas pobres almas que siempre estarían a la merced de la oscuridad, un poco después vieron algunos cadáveres andantes picando las piedras en busca de alguna gema o diamante ,sam también explicó que a los demonios les gustaban las joyas y a veces las cambiaban por la libertad que buscaban estas almas con tal de seguir adelante en su camino hasta la gran luz de rao

–raíces de ébano.... estamos cerca – dijo sam oliendo las enormes raices negras que llegaban desde las cúpulas de la enorme caverna – por rao – la ninfa se miro las manos que de pronto se tornaron transparentes, podía ver a través de ellas

alex puso cara de terror, estaba segura de que su hermosa esposa estaba a punto de trascender a la gran luz de rao, en otro instante linda hizo !pop! y se transformo de nueva cuenta en mujer –que diablos– exclamo la castaña

–ssshhhhttttttt– la callo alex tomándola de la boca esperando que ninguno de los demonios que estaban cerca supervisando los trabajos de la pobres almas los hubieran escuchado

–¿me llamaban mis señoras?– pregunto una calavera con cuernos que estaba ataviada con una armadura de picos de color negro, en su mano había un látigo con el cual torturaba a las pobres animas que trabajaban sin descanso

–hache– grito linda animada acercándose al esqueleto –ahora trabajas de azotador, te viene bien el traje – la castaña estaba muy alegre mirando a su demonio amigo pero algo no era como recordaba

–¿nos conocemos?– pregunto el demonio mirándola inquisitivamente

–claro, ¿recuerdas? en el desierto – linda se toco la barbilla esperando que la reconociera pero tal vez porque estaba en otra realidad –oh creo que no lo recuerdas –

–no te recuerdo pero solo mi creador pudo saber mi nombre de pila ¿que necesita mi princesa?–

–oh, pues– linda miro a su hermana y a lena esperando saber que pediría – quisieramos saber donde esta la salida, veras, mis amigas aqui y yo vinimos por error –

El don del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora