El don del amor

Capítulo 18 El deseo solemne de la princesa elegida

–vamos– grito kara al frente del ejercito empuñando valientemente la espada, a decir verdad era un arma un poco pequeña en comparación a las grandes y pesadas espadas que empuñaba el ejercito de metal, apenas kara asomo la cabeza y por lo menos cinco orcos ya se le habían echado encima pero gracias a que estaba resguardada por el valioso ejercito no pudieron siquiera tocarle un pelo – eso estuvo cerca– miro sobre su cabeza y se dio cuenta que james peleaba con unas cuantas gárgolas mientras su hermana y algunos otros soldados trataban de tirar a los trolls que intentaban invadir el castillo atravesando el puente de piedra, kara no era muy diestra con la espada pero era una excelente gimnasta y una disciplinada atleta así que no le costo mucho deshacerse de sus oponentes con simples movimientos

Sin darse cuenta un troll casi la alcanza, pero gracias a sus reflejos pudo agacharse a tiempo –kara ¿Qué haces aquí? ¿había ordenado que te resguardaran? – dijo lena aventando al troll con ayuda de su báculo y dejándolo desmayado estrellándolo en una de las paredes –debes de irte y ponerte a salvo–

–no lena, estoy aquí para pelear, traje ayuda– dijo orgullosa de haber podido llevar al ejército metálico, lena miro a su alrededor y era verdad, no se había dado cuenta que las enormes estatuas rechinantes no dejaban que nadie se acercara a su alrededor , algunos peleaban con trolls derribándolos tirándolos por las paredes de piedra, otros peleaban con orcos y huargos mientras unos cuantos intentaban cerrar la puerta de madera que limitaba el castillo con el puente empedrado –ves, he sobrevivido y no puedes obligarme a dejarlas pelear solas, estamos en esto juntas, ¿no lo habías dicho tu?–

Lena lo había dicho, era una tontería de todas formas intentar detener a kara sabiendo que no tardaría en buscar la manera de ayudar – esta bien, pero permanece detrás mío– dijo lena a regañadientes, al menos cerca podía ver que nadie la dañara

–lena, los trolls lograron derribar la puerta sur, Alex no resistirá mucho– dijo james volando sobre ellas en su hermoso Pegaso negro – ustedes síganme – indico al ejercito de kara que en cuanto vieron que no hubo contrincantes con quien pelear se quedaron inmóviles hasta recibir la orden de la elegida

–oh creo que es culpa mía– dijo kara disculpándose con lena, había visto a james ir a todo galope a ayudar a Alex y sabia que los chicos no se moverían sin una orden suya, pero no sabía si había una palabra mágica o una clase de frase –los encontré en le palacio, a decir verdad, apenas nos estamos conociendo y no se bien como hacer esto–

–si es el ejercito que creo que es, deberías de dar una orden para ver si reaccionan, no sabemos cómo se encuentre Alex y tal vez no resista mucho tiempo–

–ok.... Soldados síganme– grito kara corriendo hacia la puerta sur, pero sin respuesta –¡oh vamos!..... chicos el palacio esta en peligro– kara se acerco a uno de ellos y trato de moverlo de su lugar –por favor, no me dejen quedar mal–

–kara, tienes que decir tu nombre y ordenarles que se muevan– dijo lena exasperada ya había pasado mucho tiempo

–yo kara danvers les ordeno que me sigan, el castillo esta en peligro y necesitamos resguardarlo– enseguida se dieron media vuelta y comenzaron a caminar detrás de kara haciendo que el palacio retumbara a cada paso

En cuanto kara diviso la oscura figura de la reina de ébano que peleaba cuerpo a cuerpo con solo tres soldados de su guardia contra una decena de gárgolas también pudo darse cuenta que no estaba sola, brainy dirigía una pequeño grupo de soldados con ballestas las cuales disparaban sobre los trolls y las gárgolas voladoras, alzo la vista y también pudo ver a james y Sam en una torre, Sam disparaba varias de sus plumas envenenadas mientras james le cubría la espalda, algunos pobres aldeanos trataban de bloquear la entrada con piedras y troncos picudos que no podían hacer mucho daño a los invasores que eran prácticamente hechos de piedra