Capítulo 67 Resguardando la última esperanza

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Kara salió de un tirón del espejo y cuando regreso en sí, Lilian aún se encontraba parada frente al espejo, la habitación había cambiado ahora parecía una habitación sombría y vieja con telarañas por todas partes y en algunos lugares había cosas destruidas, la misma Lilian que antes tenía un vestido de color brillante y morado ahora estaba un poco más transparente con el vestido más desgastado – Morgana solo ha venido aquí una vez, estaba buscando el espejo de balajt –Kara se removió en el piso y se dio cuenta que el espejo se había roto con su salida, Lilian tomo un pedazo de este y se lo envolvió en un pañuelo –creo que deberás de llevarte esto–

–¿es lo que yo creo que es? –

–fui dueña del espejo de balajt desde que ganamos en la guerra, este espejo fue fundido con los pedazos que quedaron del portal del infierno– Lilian ayudó a levantar a kara para conducirla hacia la ventana– se me pidió que lo sellara para que ya no hiciera daño, soy su eterna protectora por los milenios, pero deberás de llevártelo ahora te será útil en su momento–

Afuera se veía un cumulo de nubes muy extenso sobre el valle de nazgul que comenzaron a relampaguear –¿Cómo funciona? –

–lo usaras en su debido momento querida, yo permaneceré aquí cuidando de lo que queda de él–

–¿te volveré a ver? – pregunto guardando el pedazo de espejo en una bolsa de su capa

–primero tienes que cumplir con tu deber, vete kara sospecho que lena está en peligro, pero kara.... También deberás de resguardar a Sam, presiento que Morgana ira por ella – kara también lo había sentido, su corazón se estrujaba con cada rayo que veía estrellarse, la rubia sin poder aguantarlo más abrazó a la que seria su suegra si estuviera viva, kara sintió como la imagen de Lilian se desvanecía entre sus brazos

–gracias– susurro kara saliendo de la habitación, corrió por los pasillos oscuros esperando ser encontrada por diana y su escolta, bajo por las torres más debajo de lo que ella debía, sin quererlo llego alas catacumbas, de lo primero de lo que kara se percato fue del intenso olor a muerte y desolación, la rubia camino esperando ver a sus hadas o alguna puerta para salir lo antes posible de ahí, de pronto su collar se jalo hacia un lugar en particular, la reencarnación de Lara Zorel le hizo caso como siempre a su increíble instinto de meterse en problemas

Llego a la puerta de madera donde solo una ventana de barrotes otorgaba la poca luz que había en la celda, kara sea somo para ver quien estaba dentro

En un rincón había un hombre envuelto en una capa de color café roída, kara no sabia como abrir esa prisión, vio que en la puerta había un extraño símbolo de seguro puesto para menguar la magia de quien estaba dentro de esta, kara miro hacia el pasillo le había parecido ver algo, se concentro en el candado para utilizar un poco de su fuerza pero era inútil tal vez era por el símbolo, tal vez la suerte no era del todo muy útil en esos momentos o tal vez sí, kara jalo los tornillos de las bisagras de la pesada puerta y voilá como por arte de magia, kara la hizo a un lado entrando a auxiliar a pobre hombre que parecía le habían dado una paliza en las ultimas horas – creo que estoy soñando – dijo el pobre calvo – alura....– exclamo reconociendo el lugar –¿Qué haces aquí? –

–no soy alura.... Soy kara danvers y algo me ha traído aquí– dijo mientras lo ayudaba a levantarse

–¿no eres alura?..... pero eres un hada, lo puedo sentir– apenas y salieron al pasillo y fue como si el golpeado hombre hubiera recobrado un poco de aliento –bendita seas kara danvers –

El hombre tomo la mano de kara con toda la intención de absorber algo de la magia de su salvadora –espera ¿Qué haces? – exclamo la rubia sintiendo como la magia se drenaba de su cuerpo

El don del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora