El don del amor

Capítulo 17 Un poco de suerte y mucha valentía

–¿prometen guiar con honor y sabiduría el valiente pueblo de ébano con todas las fuerzas de su mano? – pregunto lena con mucha desenvoltura y brío, la reina tenía puesto su vestido de gala de color esmeralda luciendo su espléndida corona, estaba parada delante de Sam y de Alex que se encontraban agachadas mientras hacían el juramento de coronación delante de todo el pueblo para reclamar los tronos dejados tiempo atrás por el rey Jeremiah y la reina Eliza

Kara estaba viendo en primera fila como sus amigas se disponían a tomar juramento, la rubia llevaba puesto un nuevo vestido que días atrás lena mando a confeccionar con tela del valle de anwyn de color azul claro, kara era la portadora oficial de las coronas usadas por las nuevas reinas – lo juramos– gritaron al unisonó

–¿prometen amor a su pueblo, vivir por su pueblo y morir por su pueblo? – lena sostenía la espada real de Jeremiah mientras pegaba sobre su hombro a ambas mujeres

–lo juramos–

–les declaro, las nuevas reinas del pueblo de ébano– aplausos y vítores se escucharon en toda la sala real que estaba completamente decorada con banderas negras con escudos de color verde, todo el pueblo estaba sentado en enorme mesa de 50 invitados cada una esperando la coronación y el banquete que estaba por comenzar

kara se acercó para proporcionarle a lena las coronas de ambas mujeres, la primera en levantarse para sentarse en su nuevo trono fue Sam, su enorme y hermoso vestido rojo deslumbraba a cualquiera que se le quedara viendo más de cinco segundos su esposa no podía estar más que encantada de ella, en su pecho se había bordado con hilo dorado el hermoso escudo de ébano, había dejado su antiguo vestido de seda para vestirse como toda una reina – estoy orgullosa de ti mi querida Sam– la morena recibió el abrazo sincero de lena para hacer lo mismo con su esposa Alex

Alex por su parte tenía un bellísimo traje de gala negro con una ligera armadura del mismo color, en cuanto sintió el peso de la corona se coloco de pie para seguir a su esposa en el trono, los asistentes aun aplaudían y Alex hizo su primer mandato real – siéntense por favor, sean bienvenidos a la mesa real, esta fiesta es para ustedes–

Kara vio como de la cocina salían infinidad de platillos que flotaban hasta llegar a la mesa, la rubia volteo a ver a lena sorprendida de lo que veía y se dio cuenta que lena miraba las mesas con gran concentración, tenia la mano estirada en la misma dirección de donde los platos y jarras salían –¿tú lo estás haciendo? – pregunto kara mirando la vajilla de plata con carnes, pastas, frutas y pasteles de gran variedad ser dirigidos hacia las mesas como si meseros invisibles los transportaran

–así es, Pero no soy la única– lena hecho un vistazo hacia atrás donde Alex y Sam hacían el mismo ademan con las manos – ¿me quieres ayudar? – kara asintió, con mucho gusto ayudaría a la reina a cualquier cosa que le pidiera, camino hasta donde ella estaba para recibir la indicación – coloca tu mano derecha así– la mano de kara se levanto imitando a lena, la reina coloco su mano encima de la de kara sin perder la coordinación de sus movimientos –siente la magia kara –la rubia podía sentir inexplicables cosquillas en toda su espalda, podía percibir el olor tan agradable de lena, podía sentir como su magia recorría su cuerpo desde la punta de los dedos hasta los pies y de regreso

–oh si, la siento– no estaba segura que sentía en ese momento, la presencia de lena o su magia recorrerla completa

–concéntrate, piensa en algo que te agrade y mantén esa sensación..... en cuanto la tengas mira el plato que sigue tus ojos deben de seguirlo imagina como se mantiene en el aire gracias a ti y colócalo en la mesa que esté disponible–

–se ve sencillo, pero no lo es– dijo kara haciendo muecas raras tratando de concentrarse

–cuando estes lista lo harás hasta con los ojos cerrados– lena cerro sus hermosas esmeraldas mientras continuaba con aquella ceremonia